La Dirección de Asistencia Directa para Situaciones Especiales (DADSE), el área a la que cientos de personas le reclaman medicamentos para enfermedades graves, poco frecuentes u otras, cuya entrega se cortó en diciembre, es un tembladeral. El miércoles último Sergio Eloy Díaz, quien estaba a cargo del organismo, anunció su renuncia ante el equipo a su cargo. Su salida se produce en medio de un reguero de amparos de pacientes que necesitan continuar sus tratamientos, a lo que se sumaron denuncias penales que incluyen hasta al presidente Javier Milei. Uno de los planteos es de carácter colectivo, presentado por seis organizaciones de pacientes y familiares que se han encontrado, para colmo, con que ningún juez lo quiere tratar.
El problema de base
La DADSE tiene por función proveer medicación, prótesis y otros insumos médicos a personas en situación de vulnerabilidad y sin ninguna cobertura médica. Parte de la demanda es para tratamientos oncológicos, pero también para muchas otras patologías que requieren drogas, en algunos casos de muy alto costo. El organismo dejó de hacer sus entregas periódicas a los pacientes que ya estaban registrados y suspendió nuevos pedidos en diciembre.
Estaba, en ese momento, bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello. La excusa fue que se había hecho una auditoría interna que habría mostrado irregularidades en la adquisición de los medicamentos y el pago a los proveedores. Pero no se sustituyó el sistema por otro sino que se paralizó todo. La DADSE pasó luego a la órbita del Ministerio de Salud, a cargo de Mario Russo, y empezaron a hacerse públicos algunos casos de personas que reclamaban sus tratamientos y otras que fallecieron en la espera, hasta ahora siete. Lo que todos cuentan es que al comienzo chocaron con un cartel decía que la dependencia estaba cerrada "por readecuación en los sistemas y procedimientos". A quienes llamaban por teléfono les pedían volvieran hacerlo en dos semanas, o más.
Situación actual
En el Ministerio de Salud dijeron a Página/12 que comenzaron a agilizar las convocatorias para que los laboratorios presenten presupuestos, y que el trámite se publica en la página oficial. También confirmaron la renuncia de Díaz. Cuando anunció su salida a los empleados de la DADSE, el funcionario habría dicho que no podía seguir trabajando en las condiciones actuales, pero no se explayó. Este diario intentó contactarlo pero no tuvo respuesta. Lo que está a la vista de todo el mundo son los amparos, denuncias y la gente y varias organizaciones que han hecho pública su desesperación.
Pero lo que está pasando puertas adentro de la DADSE es que quienes trabajan allí —unas 140 personas— se ven en la situación dolorosa e injusta de tener que elegir un puñado de casos para acelerar entre cientos. Esta última semana entre 1900 expedientes podían seleccionar 300 para compulsar costos. En el verano con suerte eran 20. Esto se está haciendo de manera espaciada, cada 25 según indicaron allegados al organismo, y tampoco implica que la medicación sea entregada de inmediato. A punto tal que uno de los empleados llamó a un paciente para avisarle que había llegado la suya y casi se desploma cuando le dijeron que había fallecido unos días antes.
Durante la gestión anterior las personas tenían su medicación en 22 días. Ahora una complejidad adicional es que la decisión de eliminar las oficinas descentralizadas que tenía Desarrollo Social en las provincias, que eran 56, quienes no viven en la Ciudad de Buenos Aires no saben, porque no tienen a mano, donde gestionar su medicación. Hay que tener en cuenta que el trámite para requerir cierta medicación se inicia en el municipio o la provincia y cuando no pueden proveerla (sucede a menudo) se debe pasar a la DADSE.
Lo que Pettovello denunció es que algunas de las compras se hacían a través cuentas de correo electrónico que eran personales y que no llevaban el nombre del laboratorio o droguería, aunque se correspondieran con uno. También planteó retrasos. De por sí nada de eso prueba alguna malversación o delito. Pese a todo el sistema de compulsa de precios se sigue haciendo igual, por e-mail, se han agregado algunos laboratorios, y la única diferencia es que también se carga todo en la página oficial de Salud.
Una particularidad es que Díaz todavía no tenía nombramiento. Quien firmaba todo trámite es el director Nacional de Asistencia Directa Compensatoria, que está por encima, Hernán Cohen Arazi, que lo hace como cardiólogo universitario. La DADSE ya tendría nuevo titular.
Desde el Ministerio de Salud aclararon a este diario que la renuncia, de todos modos, "no va a generar nuevas demoras" en los trámites que están en curso en el organismo.
Los amparos y denuncias
En los últimos meses se presentaron amparos individuales y hubo jueces y juezas que dictaron medidas cautelares que ordenaban entregar la medicación. En muchos de los casos increíblemente el Ministerio apeló sin importar la urgencia, las circunstancias ni nada. Algunos juzgados obligaron igual a que cumplir con la indicación en cuestión. Así, algunos pacientes lograron volver a sus tratamientos. Pero no fueron todos y otros no demandaron en forma personal.
Como el problema se prolongó hasta ahora, seis organizaciones decidieron presentar un amparo colectivo cuyo principal reclamo es que la DADSE cumpla su función, que se designe a las personas que haga falta y que deje de abandonar a las personas enfermas. Por si algo faltara, ahora no tiene director.
La presentación le tocó al juez en lo contencioso administrativo Walter Lara Correa. La expectativa era que dictara una medida cautelar. Pero después de una semana se declaró incompetente y mandó la causa al fuero Civil y Comercial. Por sorteo le tocó al juzgado 2, a cargo de Marcelo Bruno Dos Santos, quien tampoco quiso el expediente. Ya pasaron casi dos semanas. Es un tema urgente. Pero ahora hay que esperar a que la Cámara en lo Contencioso Administrativo defina quién es competente.
Esta misma práctica de pasarse los expedientes como una pelota entre distintos fueros ya se vio también con otros planteos contra el gobierno libertario como los pedidos de inconstitucionalidad y nulidad del DNU 70/2023 y otros que cuestionan algunos de sus artículos. Incluso fueron pocos los magistrados/as que avanzaron pese a los rápidos efectos que tuvo el decreto en la vida cotidiana. Todo, el problema de la DADSE también, tiene que ver con el ajuste extremo que aplica el Gobierno y que jueces/zas podrían mitigar, pero no lo hacen.
En las denuncias penales que hay en Comodoro Py —que apuntan a Milei, Pettovello y Russo— se pide que los investiguen por abandono de persona y por incumplimiento de sus deberes. Otro punto que piden dilucidar es qué se hizo con el presupuesto de 38.000 millones que la DADSE se llevó desde Capital Humano a Salud.
Más recortes
Hay funciones de la DADSE que son menos conocidas pero no menos esenciales y que están absolutamente paralizadas. Una es la entrega de medicamentos que se consideran de bajo costo pero resultan muy elevados para alguien desocupado/a o con trabajo precario (50 por ciento del salario vital y móvil), como drogas que se utilizan para epilepsia, para salud mental o hasta leche medicamentosa para bebés. Esto ya no se proporciona más. Antes la entrega era inmediata. Tampoco se proveen prótesis y elementos de ortopedia.
Para los niños que deben venir de las provincias a hacer tratamientos oncológicos u otros, se les daba un lugar donde residir con el plan "Hogar te acompaña". Quedan solo dos niños que lo reciben desde la gestión anterior. Pero no se facilita por ahora nada similar. Algo que tampoco se está realizando es el informe sobre la vivienda de chicos que están por ser dados de alta para acondicionarla en caso de que sea necesario.
Tampoco se otorgan cuidados paliativos para quienes están atravesando quizá la etapa terminal de una enfermedad y sufren dolores insoportables. Los cuidados ayudan a transitar esa etapa lo mejor posible. Pero la lógica parece la misma que la que sinceró la canciller Diana Mondino el día que en el programa de Mirtha Legrand cuestionó los préstamos a jubilados porque total van a fallecer. El día que familiares y pacientes presentaron su amparo por los medicamentos en una conferencia en el Congreso dijeron que tuvieron problemas con todos los gobiernos, pero "nunca como ahora existió la voluntad de que la gente se muera".