El juicio contra la policía Gimena Antonia Núñez, por falso testimonio y encubrimiento agravado en el crimen de Cintia Fernández, seguirá el próximo viernes. La madre de la víctima, Ana Fernández, consideró que la acusada no actuó sola para direccionar la investigación.
Núñez está imputada desde 2019, luego de que se detectaran irregularidades en la declaración que brindó cuando fue citada como testigo en el juicio que se seguía contra el ex policía Mario Condorí, que terminó condenado por el homicidio agravado de Cintia Fernández.
"No actuó sola, porque ella actúa por anuencia de alguien, que está muy por encima de ella también. Son la mano de obra barata, ejecutora de muchos, tanto de políticos como del mismo poder judicial", afirmó Ana Fernández, en declaraciones a Radio Nacional.
Ana declaró en la primera audiencia, el 29 de abril; rememoró lo vivido la noche del 3 de mayo de 2011 en el departamento del barrio Parque La Vega, sus intercambios con personal policial desde aquel momento y las distintas irregularidades que fue detectando a lo largo de la investigación y que la llevaron a cuestionarla y a realizar presentaciones judiciales.
"Mi testimonio fue del momento en que conocí a esta mujer, a esta delincuente y de cómo me doy cuenta de que me siento entrampada por ella y su equipo direccionando la causa de mi hija hacia otra persona, hacia mi persona y hasta a la misma persona, la memoria, de mi hija", dijo Ana. El accionar de Núñez "es lo que nos llevó a nosotros 10 años prácticamente en llegar a juicio, por eso ella queda detenida por falso testimonio y ahora se la juzga por lo mismo, por encubrimiento agravado. Quedó demostrado en la primera detención que había un encubrimiento agravado desde la hora cero", sostuvo
Ana consideró que Núñez trató de "proteger a sus pares, a la Policía", pero también apuntó contra quienes estaban al mando de la fuerza durante el gobierno de Juan Manuel Urtubey, el ahora ex secretario de Seguridad, Aldo Rogelio Saravia, y el ex ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Pablo Kosiner. Dijo que "nombre y apellido" porque tiene la valentía "para decir quiénes son las personas que me jodieron la vida, y le jodieron la vida a mi hija, que hoy la tengo en una urnita. Si yo digo 'la policía', 'los políticos', no, no son todos", afirmó.
Recordó que el policía Condorí, condenado por el crimen de su hija, "era la mano derecha manejándole la camioneta a Saravia", "cuando lo sacan de la Brigada pasa a una división tan sensible como la de Trata de Personas", señaló.
"No estoy en contra de toda la Policía porque sería de necia, sino contra un grupo enquistado de corruptos", manifestó Ana. También hizo notar que en 2011 hubo muchas causas impunes, como el crimen de las jóvenes francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, asimismo, "desapareció María Cash; entre comillas, 'se suicidó' el comisario (Néstor) Piccolo", y "todos estos personajes fueron comunes en las causas", dijo respecto a las autoridades que intervinieron.
Manipular la información
En la primera jornada del juicio también declaró el procurador general de Salta, Pedro García Castiella, quien antes fue el abogado querellante de Ana Fernández. En esta oportunidad prestó declaración como testigo de manera presencial y renunciando a toda prerrogativa.
García Castiella explicó que asumió en representación de la querella cuando la investigación estaba avanzada, y destacó el estancamiento al que se había llevado el trámite durante la instrucción, con el sembrado de numerosas hipótesis falsas que iban desde juegos sexuales, problemas psiquiátricos y aparente suicidio, hasta el involucramiento de un tercero inocente.
Para García Castiella, el antiguo sistema de instrucción facilitaba la liberalidad con la que la policía podía manipular la información que se proporcionaba al juez de instrucción, y en ese sentido aplaudió la implementación del sistema acusatorio en Salta y el trabajo de investigadores especializados bajo la supervisión de un fiscal. Destacó que durante todo ese periodo de introducción de hipótesis confusas, Núñez estuvo al frente de la investigación.
Según indicó el procurador general, el ahora ex juez de Impugnación Abel Fleming evitó que la causa quedara impune y permitió que se retomara la investigación para llevar a juicio a Mario Condorí. También mencionó que Núñez fue desplazada de la dirección de las investigaciones al advertirse que había dispuesto diligencias que no habían sido autorizadas por el juez Antonio Pastrana y que habrían servido a la estrategia para liberar de sospecha a Condorí.
El procurador dijo que Núñez había omitido en sus informes aclarar que tres meses antes del hecho había sido compañera laboral de Condorí en la misma División de Homicidios. Esta información se conoció recién en la audiencia de debate y motivó que el fiscal Ramiro Ramos Ossorio la acusara por falso testimonio.
García Castiella dijo que cuando se inició la investigación del crimen a cargo de Núñez no se relevaron testigos que tenían información valiosa en la escena del hecho, no se secuestró documentación que fue encontrada en el departamento de la víctima y se cometieron otros errores "groseros" que perjudicaron el avance de la causa. Mencionó que, de no haber sido así, la investigación podría haber sido resuelta en pocos meses y no en ocho años, como finalmente aconteció.
Durante la jornada del martes declaró un efectivo policial que revistaba en la Dirección de Seguridad Personal en 2011 y que intervino en el departamento de la víctima junto a un compañero y la acusada.
El Tribunal de Juicio presidido por la jueza Cecilia Flores Toranzos e integrado por Gabriela Romero Nayar y Marcelo Rubio, dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo viernes 3 a las 9.30.