Oriundo de Culiacán, Sinaloa, El David Aguilar se viene abriendo camino hace veinte años en el oficio de cantor y compositor de canciones. Con su pluma afilada, ingeniosa y versátil, el cantautor mexicano escribió canciones con Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, Julieta Venegas, Mon Laferte y Caloncho, entre otros artistas. Después de visitar Montevideo y Santiago de Chile, Aguilar regresa a Buenos Aires para presentar su nuevo disco, Compita del destino (2024), una “colección de canciones” que recorre estilos variados a lo largo del continente americano: desde el norte de México hasta el Caribe, Brasil, Chile y Estados Unidos. “El Río de la Plata para los cancionistas en español es un punto principal de aprendizaje e influencia”, dice el mexicano antes de presentarse este jueves 16 de mayo a las 21 en La Tangente (Honduras 5317), con show apertura de Eugenia Sasso.
El músico mexicano cuenta que para hacer el disco sometió a votación 35 canciones con su equipo de producción y las más votadas fueron las catorce que quedaron. “En esas 35 ya había una tendencia por cómo las elegí. Las que creí que fueran las mejores canciones. No creo haber tenido un norte para la selección de esas canciones previas, fue muy intuitivo. Lo hicimos con el equipo de producción de Santa Marta, un proyecto radicado en Madrid”, precisa.
A diferencia de otros autores, Aguilar no compone exclusivamente para un disco en particular, sino que va juntando canciones a lo largo del tiempo hasta encontrar un hilo conductor entre ellas. Él los llama “colección de canciones” o “antiálbumes”. “Hay otros proyectos que implican selección de canciones ya hechas. Por ejemplo, tengo un álbum pendiente de canción regional mexicana con composiciones mías y otro de baladas. También un otro proyecto pendiente que es un homenaje a la compositora mexicana María Grever”, cuenta.
-¿Qué tiene que tener una canción para ser publicada?
-Que haya pasado tiempo después de haberla compuesto y que me siga gustando. Antes me pasaba algo con las composiciones: me gustaban cuando recién las terminaba pero un año después ya no me gustaban tanto. Ahora me empieza cada vez más a pasar que si termino la canción es porque sé que me va a gustar. Si no la termino es porque siento que hay algo que le falta y no sé qué es. Tengo muchas canciones a la mitad o que les falta alguito. Pero esas no las publico. Algunas se van quedando y ya no las vuelvo a ver. Uno va afilando su ojo. Otro criterio es lo que dicen los demás. Me ha pasado de que canciones que me gustaban mucho a mí a los demás no. Mostrar una canción a los colegas y amigos te va dando un norte. Y otro criterio es la mera intuición del autor. Pero es muy misterioso.
-¿Te considerás un compositor de canciones antes que un intérprete?
-Es verdad que ha aumentado, paralelamente a mi trayectoria de artista o cantante, el protagonismo de mi rol como co-autor o escritor de canciones. Pero yo no me siento más autor que intérprete. Me preocupo mucho por la interpretación, por proponer algo a nivel canto, arreglo, acompañamiento y estética de proyección. Me veo tanto autor de canciones como intérprete. Me considero un cantautor. Además tengo muy encendida la cultura del cover. Son inquietudes naturales que nacen de la creencia de que tengo algo que proponer como intérprete.
Una de las rarezas o perlitas del disco es la canción "Morra", que es una adaptación al castellano de "Woman", de John Lennon. “Fue a causa de escuchar hace veinte años a un trovador en la ciudad de Hermosillo”, dice sobre la idea de la versión. “El cantó solo una frase: ‘Morra, ve por un caguamón’. Caguamón es la botella grande de cerveza. Era como un chiste que él tenía: inventaba palabras diciendo morra en lugar de woman y a mí siempre me pareció genial. Porque es una palabra que conserva las vocales de woman. La palabra morra se usaba más en la frontera, en el norte, pero ahora ya se esparció por todo México. Busqué una posibilidad de traducción literal, y me pareció una linda travesura incluir esta adaptación en el álbum. ¡Le hice una intervención a un Beatle! Además, es una versión oficial, porque conseguí una autorización por parte de la editora del Reino Unido. Si cambiás la letra, tenés que pedir permiso”.
-¿La canción "Prieta" reflexiona sobre el racismo en México?
-Sí, es una sátira contra el racismo. La palabra prieto en México es ofensiva. Entonces, recientemente existió un movimiento que cobró bastante repercusión en los últimos tres o cuatro años, Poder Prieto, un colectivo que combatía el racismo y que estaba liderado por el actor Tenoch Huerta. La palabra prieto en México es muy fuerte; que ellos hayan hecho ese movimiento fue un parteaguas y me pareció que había la posibilidad de una canción ahí. Es la canción frontal del álbum, porque tiene un trabajo de composición que me marca un norte por dónde ir. Porque tiene un fraseo de la voz que proviene de lo urbano. Y la música proviene de Brasil, pero el arreglo trae una tuba de banda sinaloense. También tiene una percusión afro y un piano de latin jazz. "Prieta" es una olla de sincretismo musical. En esta canción conviven demasiadas cosas que me atravesaron alguna vez.
-"Luz de cabeza" también tiene una impronta urbana..
-Sí, es la otra que tiene algo urbano por el tipo de fraseo. Yo estaba intentando escribir un reggaetón, pero esto es lo que pude hacer. Es interesante abrir ese grifo como artista.
-Otra canción que le aporta un color especial al álbum es "Tuyo", con Jorge Drexler, ¿Era una colaboración pendiente?
-El álbum no iba a tener colaboraciones. Esta existió porque la canción sonaba parecido a las suyas. Intenté modificar la canción para que dejara de tener eso tan drexleriano. Pero no quedaba bien. Y al final tuve la idea de invitarlo a cantar y ya. Hay mucha gente con la que tengo pendientes trabajos. Con Natalia Lafourcade grabamos un EP que no ha salido pero está grabado. También vamos a publicar otro álbum con Caloncho.
-Cuando componés para otro artista, ¿lo hacés pensando en su estilo o tu método de composición es igual en cualquier circunstancia?
-No, según el artista. Yo he tratado de proponer un método de composición, pero si el artista me dice que no, vemos otra opción. Ahora llego con una forma de buscar la canción. Es un proceso que tiene que ver con el qué se dice primero. Cuando compongo con otro coautor o coautora, el ochenta por ciento es conversación. Escuchamos temas de referencia, maquetas e ideas. Y el otro veinte por ciento del tiempo es la mera escritura. Componer con alguien es ponerte de acuerdo.