En medio del drama por las inundaciones históricas que afectan a Porto Alegre y cientos de otras ciudades en el sur de Brasil, la ayuda humanitaria comenzó a llegar para paliar la emergencia que mantiene a cientos de desplazados y localidades enteras sin suministro de agua potable ni electricidad.

Esta inundación ya es considerada como la peor catástrofe climática en la historia de Rio Grande do Sul. Por ahora las autoridades contabilizaron 95 muertos, 131 desaparecidos y 372 heridos, según datos de Defensa Civil.

"Las cifras siguen aumentando y lamentablemente anticipamos que siguen siendo muy inexactas porque la emergencia está en desarrollo", dijo el gobernador del estado, Eduardo Leite.

Se destinarán 200 millones de reales (unos 40 millones de dólares) para atender la emergencia, anunció Leite.

En más de 400 municipios afectados, incluida Porto Alegre, capital del estado, casi 160.000 personas fueron evacuadas de sus viviendas por las inundaciones provocadas por desbordes de ríos tras las fuertes lluvias.

Cargamentos de ayudas y donaciones provenientes de todo el país comenzaron a llegar a las ciudades afectadas donde "la demanda más urgente es el agua", destacó Sabrina Ribas, vocera de Defensa Civil.

"Estoy al límite. Dios me libre de quedarme sin agua", contó Elizabeth, una mujer de 67 años que no reveló su apellido, mientras cargaba baldes en uno de los grifos disponibles en Alvorada, población próxima a Porto Alegre.

Solo dos de las seis centrales de tratamiento de aguas están funcionando, informó la alcaldía de la capital estatal, que decretó el racionamiento. "No hay previsión de normalización del sistema", señaló.

En una operación "similar a una guerra", la Marina brasileña enviará el miércoles a Rio Grande do Sul su navío "Atlántico", el mayor buque de América Latina, con dos estaciones móviles de tratamiento de aguas.

Donaciones

En un barrio de Canoas, en la zona metropolitana de Porto Alegre, los botes navegan de acá para allá rescatando a quienes decidieron quedarse en sus casas hasta último momento, o no pudieron ser evacuados antes.

Un grupo de vecinos se refugia bajo un toldo improvisado. Parado junto a una gran olla de comida, Altamir Postal, explica que todos los alimentos provienen de donaciones: "El que necesita viene y come".

En la región, unos 15.000 militares, bomberos, policías y voluntarios trabajan para rescatar a las víctimas en aeronaves, embarcaciones y vehículos de todo tipo.

La logística para distribuir agua y víveres es incesante, con "helicópteros que van y vienen para atender especialmente a municipios colapsados", mientras se intenta liberar las rutas, detallaron desde Defensa Civil.

El presidente Luiz Inácio Lula de Silva dijo que los "fondos de emergencia comenzarán a ser liberados" este martes para "los primeros socorros". Y aunque todavía no se "tiene dimensión de los estragos", reiteró que "no faltarán recursos para atender las necesidades" del estado. El mandatario advirtió también que si las lluvias demoran las cosechas en esta región agropecuaria, "tendremos que importar arroz y frijoles" al país para evitar incrementos de precios, advirtió.

Solidaridad en la región

Países como Uruguay y Argentina aportaron o pusieron a disposición equipamiento para rescate y personal especializado. Equipos de una decena de estados colaboran en el operativo, detalló el gobernador Leite.

Figuras brasileñas también contribuyen, como el futbolista Neymar, que mandó un avión con donaciones, según una foto publicada en Instagram. Estoy "orando para que todo vuelva a la normalidad", escribió el astro.

Advertencia por lluvias

La situación podría empeorar: el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) alertó de tempestades de "gran peligro" en el sur del estado para los próximos días con intensas lluvias, vientos y posiblemente granizo.

Además de bajas de temperatura, se esperan precipitaciones en el centro y norte del territorio, que hacia el viernes y sábado podrían incrementarse y "perjudicar los trabajos de rescate", dijo la meteoróloga Catia Valente.

El río Guaíba, desbordado sobre Porto Alegre, continúa en un nivel histórico de 5,28 metros. Las estructuras de cinco represas tienen "riesgo de rotura", según el gobierno.

Imágenes satelitales mostraron que "la inundación cambió el mapa de la región metropolitana" de Porto Alegre, dijo el sitio especializado MetSul.

Denuncias de robos

Además de las acciones de rescate y reubicación de familias, las autoridades locales intentan garantizar la seguridad, en medio de denuncias de robos de viviendas y temores de saqueos en zonas de Porto Alegre y su región metropolitana.

Para ello, movilizaron unos 1.000 policías en todo el estado y solicitaron refuerzo de otras fuerzas, indicó Leite.

Además, la Secretaría de Seguridad del estado dijo que responsabilizará con "todo el rigor posible" la difusión de noticias falsas sobre la tragedia.