"Producir está más difícil que nunca, porque el costo de la materia prima aumenta cada quince días y es difícil ponerle un precio a tu producto, ya que la economía varía constantemente y no permite que mantengas un precio competitivo", dice Eleazar Rizzo a BuenosAires/12.
Es el dueño de Alfajores Nurko, una empresa familiar de Berazategui que obtuvo la medalla de bronce en el mundial que se celebró en el predio de La Rural y que eligió al mejor alfajor del mundo 2023. Rizzo dice que "uno nunca quiere ser el caro de la góndola", pero advierte que ese deseo "genera que termines absorbiendo los aumentos, lo que es un riesgo porque en el vaivén de la economía podés quedar mal parado y es peligroso".
Nurko es una empresa familiar. En temporada llegaron a ser siete trabajadores, pero son cuatro habitualmente. Rizzo, sus hijos, y su esposa. A lo sumo, de ser necesario, suman algún sobrino o un amigo. "Somos una fábrica chica, que si bien logramos el premio, estamos crecimiento de a poco", describe. El alfajor de chocolate que salió premiado como tercer mejor alfajor del mundo en 2023 está hecho con dulce de leche "de primera calidad", según su creador. La pieza de 70 gramos cuenta con un baño de cobertura de chocolate, y tapitas con ingredientes que "le dan notas de sabor a naranja".
La fábrica de Alfajores Nurko está situada en Villa España, en calle 151 entre 29 y 30, y además del alfajor de chocolate negro que salió premiado, producen alfajores de chocolate blanco, maicena, y una línea de mini alfajores de chocolate negro, blanco, de tapa extra cacao bañada en chocolate blanco, de maicena y glaseado con impalpable. También producen copitos de chocolate blanco y negro.
Alfajores Nurko forma parte del programa Góndola Local, una política del municipio de Berazategui que vincula a las empresas locales directamente con los compradores, que son autoservicios y supermercados. Rizzo explica que eso "evita a los intermediarios", lo que permite que "el comerciante acceda a los productos a un precio mejor que el de un distribuidor", acción que "termina beneficiando al consumidor".
Amplía Rizzo: "En este programa es muy importante el municipio, porque es quien realiza el listado de comercios y empresas y realiza el "match" entre uno y otro, en rondas de negocios y demás. El municipio hizo una tarea muy importante yendo comercio por comercio y distribuyendo listas con las empresas inscriptas en el programa, para que finalmente los interesados compren allí".
El dueño de Alfajores Nurko, con casi 50 años, tiene su corazón en Berazategui. La infancia que vivenció allí explica el amor que tiene por el distrito del sudeste del Gran Buenos Aires. "Tuve una infancia muy linda, de jugar a la pelota en la esquina, tirar bombitas de agua en carnaval y remontar barriletes junto a mis amigos, cosas muy de barrio y muy tranquilas, porque me crié en una época donde los vecinos eran muy unidos", relata.
Rizzo cursó la escuela primaria en el San Pedro Pascual, la secundaria en el Politécnico de Berazategui, y a nivel terciario se recibió de licenciado en comercio internacional en la Universidad Nacional de Quilmes. Mientras estudiaba, trabajaba en el reparto de productos similares a los que hoy produce. Rizzo cuenta que repartía, sobre todo, alfajores de maicena en miniatura "para solventar los gastos de estudio y aportar algo en casa, en busca de proyectar un futuro", pero llegó un momento que la venta era tan importante que pensó directamente en fabricar los productos que vendía.
Así nació Alfajores Nurko, hace 13 años. Rizzo cuenta que "Nurko es una mezcla de letras que no tiene un sentido", y cita como ejemplo a los nombres de Tofi y Milka. "Justo había hecho un curso de marketing relacionado en marcas y fonemas, entonces fui buscando, mezclando letras, y me gustó. Me pareció una marca que sonaba a chocolate, que tenía fuerza como para emprender, y fui por ese lado", agrega el productor.
En el mundial 2023 participaron 500 competidores, y para hacerlo había dos modalidades. Enviar muestras, como hicieron la mayoría de marcas de otros países, o colocar un stand durante los tres días de competición. Alfajores Nurko eligió la segunda opción, montó un stand propio en La Rural, y Rizzo cuenta que eso generó que "tenga mucha fe en que íbamos a ganar con el alfajor de chocolate negro". "Nos dábamos cuenta del impacto que tenía porque le dábamos de probar a la gente y nos llamó la atención que pasaban muchos catadores y les impactaba muy bien el alfajor", dice Rizzo a BuenosAires/12, y agrega que "eso se mantuvo durante los tres días de la feria y nos fue elevando la vara, pero hasta que la marca no estuvo premiada no sentimos la explosión de alegría que tuvimos".
Indica que al contexto económico se le hace frente "poniendo esfuerzo, ganas y trabajando el doble de lo que lo hicimos el año pasado". "Pudimos mantener las ventas y seguir remándola en este momento donde el agua está muy turbia", dice el productor, y agrega: "Redoblar los esfuerzos es nuestra política, porque no podemos esperar que todo sea bueno para salir del bache, hay que saber pasar la tormenta porque el sol en algún momento tiene que salir, y hay que estar bien parados para ese momento. Quizás este no es el momento para decir 'vamos a progresar económicamente', pero hay que fortalecer las raíces y estar firmes por si todo se encamina".
Al hablar sobre el futuro, Rizzo indica que "siempre hay que soñar porque si no todo está perdido", y cuenta sus anhelos a este diario: "Mi sueño es que la empresa crezca, terminar dentro de un parque industrial y poder exportar el producto, ya que eso realizaría mi sueño de lo que estudié, que es el comercio internacional. Exportar el alfajor sería lo máximo".
El productor de Berazategui les habla a aquellos que sueñan con emprender cuando dice que para hacerlo "nunca vas a dejar de tener miedo, por lo que hay que intentarlo igual". "No hay que tratar que todo salga tan redondo, ni que los números den tan exactos, hay que meterte en movimiento porque los melones en la carreta se acomodan solos", aconseja, y sentencia: "En mi experiencia personal le doy razón a ese refrán, a veces decís cómo voy a hacer, cómo voy a pagar el alquiler, cómo voy a costear esta máquina, pero aparece un crédito, se levantan las ventas, o aparece un campeonato y sacas una medalla de bronce". Agrega Rizzo: "Cuando vas con buena intención hacia lo que querés lograr, el camino siempre se abre".