El embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, reconoció la soberanía de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas. Lo hizo a través de su cuenta de Twitter, en la que se refirió a los funcionarios británicos designados por la corona como “máximas autoridades de la isla”, una designación que le corresponde al gobierno argentino debido a la disputa abierta por soberanía. Este hecho no solo es inédito porque ningún diplomático se había expresado de esa manera desde la usurpación de 1833 sino porque, además, “compromete la negociación de Argentina con el Reino Unido”, advirtió la exembajadora Alicia Castro.
La declaración que desató el escándalo diplomático, y sobre el cual el Palacio San Martín aún no se expidió, fue a propósito de la visita al Cementerio de Darwin del titular de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekian, quien colaboró con el viaje a las islas de familiares de los soldados caídos en la guerra de 1982.
“Colaboración, agradecimiento y reunión cumbre en Malvinas: Eduardo Eurnekian fue recibido por las máximas autoridades de las islas”, escribió Sersale en su cuenta de Twitter, junto con una foto de Eurnekian abrazado al gobernador ilegítimo de Malvinas, Robin Christopher, y al embajador británico en la Argentina, Mark Kent. También estuvo Fergus Cliff, comandante de las Fuerzas Armadas de las islas, y Roger Spink, miembro de la Asamblea Legislativa malvinense. Todos designados por Londres.
Las ilegítimas “máximas autoridades” de la colonia británica a las que se refirió el embajador argentino fueron designadas por Londres y su reconocimiento por parte del embajador “sin dudas puede ser utilizado por la parte británica en futuras negociaciones” porque, de alguna manera, “afianza la presencia británica”, advirtió Alicia Castro, durante una entrevista por Radio 10.
“Hay que recordarle a Sersale que hay una provincia que se llama Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que es la que debiera ejercer la autoridad a nivel provincial” en el marco de país conducido por un gobierno federal, puntualizó la embajadora.
Ante la larga lista de respuestas y repudios por su tuit, Sersale borró ese mensaje y lo reemplazó con otro en el incluyó la foto pero quitó la expresión de la discordia.
A pesar de que el hecho podría haberse caracterizado como un error diplomático, Castro se refirió a una recurrencia de declaraciones similares que echan un manto de sospecha sobre la postura del gobierno de Mauricio Macri en la cuestión Malvinas, una situación colonial reconocida como tal por la ONU en 1965 y sobre la cual hay emitida 41 resoluciones que instan a ambas partes a negociar la soberanía facíficamente.
“Es impensable como un error porque Sersale es un viejo embajador de carrera” que conoce la relevancia del lenguaje diplomático, dijo y recordó que el propio canciller Jorge Faurie, había “cometido errores o cuestiones intencionales para favorecer a la parte británica”. Al respecto recordó cuando el titular del Palacio San Martín se refirió a los kelpers como “pueblo de las islas Malvinas”, siendo que ni la ONU los cataloga de esa manera debido a la vigencia de la disputa por soberanía.
También recordó el acuerdo entre Argentina y Gran Brenaña firmado en diciembre de 2016 y denominado “Foradori-Duncan”, con el que “el gobierno está deliberadamente favoreciendo los intereses británicos porque la Argentina se comprometió a remover obstáculos para hidrocarburos, pesca y navegación”.
A esto le sumó los vuelos que se harán desde la Argentina hasta Malvinas y con los cuales, según Castro, “el país no gana nada” porque no lo hará la línea de bandera nacional, sino los de propiedad extranjera que opera en la Argentina. “Ceder es conocer muy mal a los británicos, que aumentaron la militarización en el archipiélago y determinaron que los vuelos se hagan por terceros países, no por una empresa argentina”.