Por Adrián de Benedictis "En este momento Racing es una empresa en marcha
provisoria. Ahora habrá que esperar que la sindicatura se expida dentro de los próximos
20 días, y luego, será el juez el que decida --tendrá 10 días hábiles-- el futuro
definitivo de la institución. Es decir que en 30 días el club puede ser rematado y, como
consecuencia, desaparecer", le aclaró la síndico Liliana Ripoll a Líbero.
"Mientras tanto no habrá más novedades. Se dirán muchas cosas en estos días, pero
la verdad la tendrá el juez. Personalmente cumpliré mi tarea con la responsabilidad
profesional que el caso requiere, y con suma transparencia. No habrá lugar para las
suspicacias, que quede bien claro", agregó Ripoll. Fuentes cercanas a la
institución le confiaron a Líbero que el empresario paraguayo Carlos Avila
estaría interesado en comprar la institución. De esta manera, salvaría al club de la
desaparición y lo convertiría en una sociedad anónima, imitando a muchos clubes del
fútbol europeo.
Durante el tiempo que dure la quiebra, los contratos firmados con
anterioridad carecerán de valor. En consecuencia todas las empresas que hayan acordado
algún convenio con el club, deberán verificar sus créditos ante el juez Enrique
Gorostegui --es el mismo que actuó en el caso Fassi Lavalle--, mientras que las
inhibiciones y los embargos quedan sin efecto. Este fue uno de los motivos principales por
los cuales Racing presentó su propia quiebra a través de una decisión de Daniel Lalín,
presidente hasta ese momento. Los embargos y las inhibiciones lo tenían ahogado
económica y financieramente. "Era la mejor salida, todo esto se debe a la
superación del pasivo sobre el activo. La Comisión anterior provocó este descalabro
económico, a tres días de las elecciones firmaron un contrato con Multicanal hasta el
año 2001, es una vergüenza", señaló Lalín.
Los más de 200 juicios que tiene Racing serán revisados por el juez,
y por lo tanto, los mismos serán remitidos al juzgado Civil y Comercial Número 16 de La
Plata. Curiosamente, las instalaciones del juzgado serán remodeladas especialmente para
poder albergar todas la fojas de los expedientes que serán enviados. En el momento en que
el juez tenga en sus manos la auditoría, citará a todos los acreedores para comprobar la
deuda, y una vez que este procedimiento esté completo, los citados acreedores se
reunirán con el síndico para negociar la forma de pago con el club, que pagaría hasta
donde alcancen los fondos. "Todo está bajo control, al juez voy a facilitarle todo
lo que sea necesario para que pueda desempeñar su tarea con tranquilidad. Los reclamos de
deuda deben ser estudiados con mucho cuidado, ahora muchos querrán aprovecharse de esto
para aparecer a pedir plata de cualquier lado", remarcó Lalín. El juez Gorostegui
tiene a su cargo, desde hace aproximadamente 11 años, 307 procesos en contra de la
institución de Avellaneda.
Para que la quiebra se pueda levantar, tendrán que estar de acuerdo
todos y cada uno de los acreedores. Uno de los principales es, casualmente, Daniel Lalín,
que pretende que el club continúe funcionando con normalidad. El problema lo generarían
los pequeños acreedores. Por el momento los socios de Racing continuarán pagando la
cuota y podrán acceder a las distintas actividades que realiza el club.
Por el momento todos los jugadores que lleguen a Racing serán a
préstamo, ya que la institución no puede inscribirlos como propios. El club solamente
les pagará el sueldo. Este es el primer caso en el fútbol argentino en el que la misma
entidad solicita su propia quiebra, ya que en casos anteriores como los de Temperley y
Deportivo Español, fue pedida por los acreedores.
Por su parte, la agrupación opositora "4 de Noviembre", a
través de su apoderado Oscar Cribari, realizó una presentación ante la Justicia para
que se investigue la deuda originada durante la gestión de Osvaldo Otero, antecesor de
Lalín. El proyecto consta de un proceso en el cual se investigaría a fondo la deuda
post-concursal que, según ellos, no sería superior a los 50 millones de dólares, entre
deuda exigible y no exigible. Algunos miembros opositores --en sus derechos como socios--
se presentaron la semana pasada ante el juez Gorostegui para que los ponga al tanto de la
situación del club.
De 12 a 62 millones
Por A. D. B.
"La deuda de 62 millones de dólares hay que
verificarla porque no creo que sea legítima. Desde que asumimos nosotros, lo único que
hicimos fue poner plata. En este club no entra un solo peso, y para colmo está todo
cobrado", puntualizó Juan José Tufaro, ombudsman del club. Tufaro aclaró que él
seguirá en sus funciones hasta que la Justicia indique lo contrario. "Los balances
del año '95 fueron rechazados; alguien tiene que hacer frente a todo esto; el síndico
solo no puede. Yo quiero a Racing y por eso doy la cara en este momento", agregó.
Entre los acreedores que citará el juez en los próximos días se
encuentra la Municipalidad de Avellaneda. Durante la gestión de Otero, Racing habría
firmado un convenio para financiar una deuda entre el club y la Municipalidad. Racing no
habría cumplido con lo pactado, y debido a eso la facilidad de pago caducó. "Esa
fue una de las tantas maniobras turbias que realizó la anterior dirigencia.
Personalmente, creo que los acreedores tendrán que modificar algunas cosas.
Lamentablemente, alguien saldrá perjudicado", explicó Tufaro.
Por otra parte, dirigentes vinculados con el club intentarán llamar a
una unidad por parte de las distintas agrupaciones para poder sacar a Racing de esta
situación crítica. "En este momento no debe existir oposición, estamos en una hora
crucial. Confiamos plenamente en la síndico y el juez, y esperamos que la resolución
definitiva no provoque la desaparición del club, porque eso puede provocar graves
enfrentamientos", dijo uno de los integrantes del departamento de relaciones
públicas de Racing.
Las acusaciones hacia la comisión anterior son varias. Una fuente
cercana al presidente Daniel Lalín le confesó a Líbero que "lo más
insólito de todo este análisis económico y financiero surge de la segunda convocatoria
de acreedores --durante 1995-- en donde la deuda ascendía a 12 millones de dólares (a
cancelar en cinco cuotas anuales). Esas obligaciones no se cumplimentaron y, por
consecuencia, el pasivo se incrementó a 62 millones de dólares".
"Todo es una maniobra"
Por A.D.B.
"Lalín y Otero hicieron este vaciamiento para comprar la quiebra.
Todo esto es una estafa, una mentira, una inmoralidad y una vergüenza", disparó el
ex presidente de Racing, Juan Destéfano. "Mientras se decreta la quiebra, el club
sigue comprando jugadores, esto es una trampa. Que la gente se dé cuenta que el club
está manejado por malandras. El juez debe blanquear el club, y si esta gente se llevó
plata, debe ir presa", argumentó.
Destéfano aconsejó al juez que efectúe una investigación seria para
que "la mafia" desaparezca de Racing. Sobre la abultada deuda del club, el ex
presidente admitió tener "una mínima culpa" porque cuando él dejó la
presidencia (en 1994) "el pasivo era de 12 millones solamente. De ahora en más que
la justicia diga si Destéfano robó, si Otero robó y si Lalín robó. Y si hay alguien
que metió la mano en la lata, que sea juzgado". |
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