No es aceptable, por ejemplo, que se insista que el uso de marihuana es la puerta de entrada para la cocaína. Los estudios demuestran que el denominado factor de riesgo es grande no porque los consumidores de marihuana usaron luego cocaína --solo una minoría lo hizo--, sino porque la mayoría de los usuarios de cocaína emplearon antes una droga más popular. Es probable que también consumieran alcohol y tabaco. La marihuana no provoca cambios químicos cerebrales favorecedores del consumo. Es que los propensos usan distintas drogas.

Mientras el consumo de drogas sea considerado inmoral no será posible considerar la manera de disminuir el daño.

En 1840, Abraham Lincoln decía sobre la prohibición alcohólica: "Intenta controlar legislativamente el apetito humano y hace criminales actos que no lo son; golpea los principios que fundamentan nuestro gobierno".

La dependencia merece ayuda en lugar de cárcel, donde nadie se cura. Contrasta la actitud de reducción del daño encarada por Suiza, Holanda, Gran Bretaña, España, Alemania, Australia y Canadá, con la actitud represora de los Estados Unidos, aunque últimamente California y Arizona han votado una actitud tolerante con la marihuana.

Algunos datos:

* En los Estados Unidos, la guerra contra las drogas lleva más de 70 años y crecieron el consumo y el comercio. Se estima que el 50 por ciento de las ganancias del crimen organizado corresponden al narcotráfico.

* Casi 40 millones de americanos habrían consumido drogas ilegales en 1996. Según la Universidad de Michigan, 45 por ciento de los alumnos mayores del secundario declararon haber consumido drogas de 1996. Más de 4.000.000 de norteamericanos sufren cárcel por drogas, y muchos sólo por consumo; 5.000.000 están en libertad bajo palabra y 2.700.000 a prueba. En 1996 se encarceló a 641.600 personas por marihuana, el 85 por ciento sólo por posesión. Jóvenes consumidores son introducidos en el mundo de la delincuencia.

* La calidad y potencia de la droga no es controlada y el riesgo del consumidor puede aumentar, aunque algunos juzgan esto como un justo castigo, tal como los antiabortistas se despreocupan del riesgo de la mujer embarazada expuesta a la práctica clandestina y riesgosa de interrupción del embarazo.

* El fabricante de alcohol o cigarrillos con existencia jurídica está expuesto a las demandas que hoy afectan a las tabacaleras. Estas sustancias causan una mortalidad enormemente superior a la de la droga: más de 1000 muertes al día para el tabaco y casi 300 muertes al día para el alcohol sólo en EE.UU., comparado con menos de 30 muertes al día para todas las drogas ilegales. El 54 por ciento de los convictos por crímenes violentos en EE.UU. habían usado alcohol, así como 40 por ciento de los culpables de accidentes de tránsito.

* No parece razonable que la sociedad deba soportar el costo. En los Estados Unidos, el arresto, el procesamiento y cinco años de cárcel de una persona cuestan 400.000 pesos. Gastados en rehabilitación, podrían ayudar a 100 adictos.

* Los políticos norteamericanos han ignorado los informes de las comisiones científicas que convocaron. En 1990, la Academia Nacional de Ciencias declaró que el tabaco y el alcohol eran más tóxicos que la marihuana y que el uso de metadona disminuía el consumo de heroína, la criminalidad y la propagación del HIV. En 1991, la comisión convocada por Bush declaró que era "trágica y sorprendente" la oposición federal al intercambio de jeringas y agujas de los adictos. En Liverpool, por poner un caso contrario, el 1 por ciento de los adictos son HIV positivos versus el 50 por ciento en Nueva York. La expansión del HIV es más preocupante que el consumo de droga. El programa de suministro de heroína a 1000 adictos en Suiza resultó en menor criminalidad, mayor empleo y menor gasto; en 1997 fue aprobado en un referendo por el 71 por ciento de los votos y mayoría en los 26 cantones.

El desafío es encontrar un camino intermedio entre la prohibición, con sus aspectos inhumanos, y la despenalización, con el posible riesgo de incremento en el consumo. Algunos piensan que en la adversidad sólo se trata de aguantar, pero no siempre el comportamiento de los fuertes es socialmente útil: después de todo, Hitler era un austero, incansable e inquebrantable trabajador, no bebía, no fumaba y era vegetariano, pero su adicción a matar en gran escala causó 40 millones de muertos.

* Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires.

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