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ENTREVISTA A EARL OWEN, EL CIRUJANO QUE HIZO EL PRIMER TRASPLANTE DE MANO

Hacia el hombre reconstruido

Dice que el próximo paso será trasplantar brazos e incluso piernas. Este cirujano australiano que saltó a la fama al trasplantar por primera vez una mano espera ver la evolución de su paciente para lanzarse a otros desafíos. Aquí explica paso a paso cómo fue la intervención.

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Por Alejandra Dandan


t.gif (67 bytes)  El transplante de otros órganos externos del cuerpo --brazos, piernas-- es el próximo desafío que se proponen los cirujanos autores del primer implante de mano realizado en Francia. Saben que existen un millón de receptores potenciales y ahora esperan la evolución de la mano trasplantada en septiembre, al australiano Clint Hallam. Earl Owen, presidente Mundial del Colegio Internacional de Cirugía, integró el equipo de médicos que con esta experiencia revolucionó la medicina. De origen australiano, el científico comenzó a concebir la idea del trasplante cadavérico en 1970. En diálogo con Página/12, Owen recorrió el proceso que lo llevó a constituir el grupo que practicó la cirugía en Francia. También analizó experiencias anteriores y anticipó el desarrollo de esta nueva alternativa científica.

--¿Por qué comenzó a pensar la posibilidad del trasplante?

--Por un accidente un chiquito de dos años había perdido un dedo meñique y en 1970 lo reimplanté. Entendí próximo el momento del trasplante de órganos cadavéricos de extremidades: sólo debería aguardar medicamentos capaces de evitar el rechazo. Sin la inmunosupresión, el trasplante no duraría ni diez minutos. Comencé a capacitar cirujanos de todo el mundo sobre el modo de reimplantar miembros. Quiero que esto se enfatice: esto (el trasplante) no lo hice solo. Fue un esfuerzo de cuatro países, del Equipo Internacional del Colegio de Cirujanos.

 

--Pero Hallem fue paciente suyo durante dos años.

--Pero fue un esfuerzo conjunto. Todos los cirujanos tenían pacientes en lista de espera. Había italianos, franceses, norteamericanos, todos esperando. Por esa capacitación iniciada en el '70 ahora hay muchísimos cirujanos en el mundo que pueden hacer esta tarea. Yo soy simplemente un cirujano, sino hubiese contado con el equipo de Lyon no hubiese podido hacerlo.

--¿Hubo algún otro intento de trasplante de órganos externos cadavéricos?

--Este es el primero a nivel mundial.

--Sin embargo hubo un antecedente en Ecuador que fracasó.

--En 1964 y fue un desastre. En Ecuador los cirujanos no sabían que iba a haber rechazo. No dieron ningún tipo de inmunosupresión. Como sacaron el órgano del hermano de la persona que lo iba a necesitar tuvieron la impresión de que no iba a haber rechazo. Por supuesto se produjo un rechazo inmediato. Se hizo sin ningún tipo de sustento científico.

--¿Cuál es el enemigo mayor de estos trasplantes?

--No hay un solo enemigo de estos trasplantes, no hubo rechazo. Este trabajo fue el más científicamente probado, evaluado y comprobado de todas las épocas. Estamos en una posición única, es singular porque la mano está en la superficie: podemos tomar biopsias cutáneas, muestras sanguíneas que en otro trasplante no puede hacerse. Y funciona. La persona lo está utilizando. Y si empieza el rechazo vamos a empezar inmediatamente a usar otras drogas aunque sólo exista un indicio del rechazo.

--¿Cómo está Hallam en este momento?

--La cirugía se completó el 23 de septiembre y está perfectamente bien. La mano no está funcionando del todo todavía porque los nervios están comenzando a crecer y deben desarrollarse hacia abajo para que el hombre comience a tener sensaciones en las manos. Pero enfatizó el "todavía". Puede levantar un objeto, aunque no siempre. El cerebro le indica a la mano qué es lo que debe hacer y él sabe que ésa es su mano controlada por su cerebro. No es una mano extraña. Pero es el único hombre en el mundo que tiene dos conjuntos de huellas digitales diferentes.

 

--¿Cuál es el tiempo de recuperación total?

--Un año para que le vuelva la sensación a la punta de los dedos, pero todos los días se nota un progreso en relación con el movimiento de sus manos.

--Las operaciones sobre manos son complejas desde el punto de vista estético. ¿Cuál es la búsqueda que se establece?

--Se hace una selección impresionante del donante. En otros trasplantes se necesita el tipo de sangre igual, y también el tejido idéntico. Pero para las extremidades se necesita que el tamaño sea exactamente igual, color, sexo idénticos, incluso los vellos. Y la forma: debe buscarse compatibilidad de tamaño. Es muy importante desde el punto de vista corporal que sea absolutamente igual.

--¿De qué depende que se avance?

--Si sabemos que este caso es exitoso --y creemos que lo será--, entonces haremos otro con un pedacito más del brazo, no sólo antebrazo. Finalmente consideramos el hecho de hacer trasplante de piernas. Es muy importante que comencemos con las extremidades superiores. Hay más piel y musculatura en las inferiores por lo que es más sabio comenzar de a poco.

--¿Hasta dónde se puede continuar?

--No se sabe. Desde el año '70 se empezó a pensar, pero esto viene desde el 1900, incluso lo han anticipado escritores de ciencia ficción.

--Algunos cirujanos plantearon la posibilidad de aplicar este tipo de cirugía a un pene.

--Yo sólo puedo hablar sobre los temas en los que soy experto. En países asiáticos se ha reimplantado el pene, o parte de la nariz, cara o cuero cabelludo, perdidos en accidentes. Entonces en teoría está incluido el pene en ese grupo y las técnicas existen. No quiero hacer especulación alguna porque alguien podría convertirme a mí a Mell Gibson.

--¿Cuáles son los condicionantes de tipo ético?

--El equipo se reunió para estudiar todos los puntos de vista: el moral, el ético, la imagen. Para prever cualquier problema que pudiera surgir. En Estados Unidos se hizo una revisión sobre la técnica y tecnología entendiendo que se podían comenzar los ensayos clínicos. Y en octubre del '97 mi equipo decidió llevarlo a cabo.

--¿Cree que el espectro pueda ampliarse y acercarse a estereotipos planteados por la ciencia ficción?

--No podemos hacer ningún tipo de especulaciones. Soy científico. Somos lentos, pero somos muy minuciosos. Cuando hagamos la evaluación en unos meses, seguiremos adelante si la evolución es exitosa. Y pasaremos a los próximos trasplantes de manos. Dentro de algunos pocos años vamos a poder expandir más la ciencia. El primer implante del dedo índice no sabíamos si iba a crecer. Ahora pasaron 28 años y es muy común. Pero no quiere decir que nos acerquemos a la ciencia ficción, seguimos en el tiempo con el trasplante de mano.

 


Un venezolano que espera

 

t.gif (862 bytes) Earl Owen está en el país participando del XXXI Congreso Mundial del Colegio Internacional de Cirujanos. Poco afecto al protocolo, el científico australiano hace rodar desinhibido su bolso por los pitucos salones del Hotel Sheraton. Tiene cerca a un venezolano que él mismo invitó. De nombre Alfredo Marando el hombre puede ser el primero al que le trasplanten una pierna. Perdió el órgano en el '89 por un accidente de moto y hasta septiembre no había concebido la posibilidad de reemplazar su prótesis por una pierna real. "Vi la noticia --cuenta Marando-- y vi una esperanza. No podía creerlo". El hombre se conectó con Owen vía Internet. El médico pidió los exámenes clínicos y ahora Marando participa del congreso para saber lo que pasará con él.

Owen explica que no son los médicos quienes buscan pacientes sino al revés. De todos modos no todos pueden recibir el implante de un órgano externo. El científico indica que para seleccionar la persona debe tenerse en cuenta su imagen psicofísica. "Para el caso de Clint Hallam un especialista estuvo trabajando una hora por día durante dos semanas. Y le pareció que era el paciente ideal para aceptar como propio el miembro ajeno." Entre las características Owen prescribe que el receptor debe ser una persona tranquila y capaz de resolver cualquier dificultad. "En el momento en que había perdido el miembro --dice Owen-- él sabía en su corazón y en su cerebro que iba a recuperar su brazo. Y después sintió que había recuperado su propio brazo."


EN ITALIA AGUARDAN EL TRASPLANTE DE PENE

Dos mil en la lista de espera

 

Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Por ejemplo, una historia de amor. El le confiesa a ella: "Yo te amo pero me siento desdichado en mi cuerpo de varón y he decido convertirme en mujer". Ella responde: "No importa, querido: el pene que te extirpes me lo implantaré yo, así seguiremos deseándonos y, si algún día te arrepientes, te lo devuelvo y listo". O bien, el triunfo de la terapia superbreve: "Señora, el psicodiagnóstico indica que usted padece envidia del pene: vaya y póngase uno". Miles de historias disparatadas podrían encabezar esta nota pero ninguna superaría a la realidad: más de dos mil personas están en lista de espera para trasplante de pene en Italia. Nacidas mujeres, las que aspiran a recibir el deseado órgano están, por así decirlo, en perfecta armonía con su contrapartida de varones que, al convertirse en mujer, pasarían a ser donantes.

El 4 de este mes, Nicoló Scuderi, cirujano plástico de la Universidad "La Sapienza" de Roma, anunció que estaba en condiciones de realizar un trasplante de pene. El órgano provendría de un cadáver o de un hombre vivo. Para esto último se coordinaría la operación de la mujer que se deseara hombre con otra de un hombre que se deseara mujer.

El Ministerio de Salud italiano aún no autorizó la nueva operación, pero, en estos días, unas 2000 personas nacidas mujer se anotaron en lista de espera. Las intervenciones para cambio de sexo están autorizadas en Italia desde 1982, e incluso hay un Servizio per l'Adeguamento tra Identità Fisica e Identità Psichica, integrado por médicos y psicólogos especialistas, que tiene su página en Internet.

En la ruta del transexualismo, la dirección mujer-hombre es más difícil que la contraria, ya que requiere la construcción del pene, que suele hacerse mediante un músculo tubular tomado del antebrazo de la candidata a varón; la sensibilidad erógena se mantiene relativamente, conservando la estructura del clítoris en su sede original, en la base del "neopene".

Para lograr la erección es necesario insertar además una prótesis, similar a la que se usa en ciertos casos de impotencia masculina, pero sucede que el "neopene" no es muy adecuado para soportar estas prótesis, ya que carece de los "cuerpos cavernosos", huecos, propios del órgano masculino. Además, los cirujanos deben fabricar una "neouretra" de unos veinte centímetros, hecha de tejidos no habituados al pasaje de la orina.

El trasplante no tendría esos inconvenientes aunque debería provenir, como todo trasplante de órganos, de personas con tejidos compatibles, y el receptor recibiría de por vida medicación para evitar el rechazo. De todos modos, ninguna operación de este tipo se efectuó hasta ahora y el profesor Scuderi reconoció no estar seguro de que sus penes trasplantados consigan la erección.

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