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DEUDORES
El cuadro de honor de las indeseables para los banqueros está encabezado por el Grupo Oleaginosa Moreno, una de las principales exportadoras del país. Su deuda con el sistema financiero alcanza la friolera de 213 millones de pesos. Le sigue la curtiembre del Grupo Yoma, con un pufo -cuentas impagas, en la jerga de los financistas- de 147,6 millones. Y luego, en el tercer lugar del podio, está anotada la fabricante de productos Adidas, entre otras marcas conocidas de vestimenta deportiva, Gatic, con un pasivo de 109,9 millones de pesos. Más atrás, otra curtiembre, Inducuer, se ubica con un pasivo de 75,6 millones. Pero de esos cuatro mayores clavos de la city, el de la familia política del presidente Carlos Menem es el más pesado. El Grupo Oleaginosa Moreno cerró un acuerdo para la transferencia de su control al holding suizo Glencore, lo que le permitiría empezar a poner en orden sus finanzas. Inducuer es un caso perdido: con su quiebra, sus dueños dejaron un muerto de regalo. Gatic está en negociación con sus acreedores. La situación de los Yoma es la más incierta, con el Gobierno intentando organizar un salvataje financiero, que no cuenta por ahora con el apoyo de los bancos oficiales acreedores ni con ningún candidato que se haya anotado para comprar la curtiembre.
De la investigación realizada por Cash para elaborar el listado de los principales deudores morosos del sistema financiero, en base a la información reunida por el Banco Central a febrero último, surge un dato que tiene más que ver con la política que con los propios banqueros. De los cuatro principales clavos de la city (Grupo Oleaginosa Moreno, Yoma, Inducuer y Gatic) tres han sido asistidos en gran parte por la banca oficial y dos de ellos tienen estrechos vínculos con el menemismo, hasta el punto que el propio presidente instruyó el rescate de su amigo Eduardo Bachkelian, de Gatic, y el de la curtiembre de su ex cuñado Emir. Casualidad o no, la única de ese lote que ha sido auxiliada por la banca privada -Oleaginosa Moreno- está en proceso de normalizar su situación.
Desde mediados de 1994, el Banco Central permitió el acceso público a la Central de Riesgo que alimenta la entidad monetaria con la información acercada por los bancos. El entonces presidente del BC y actual ministro de Economía, Roque Fernández, alentó esa iniciativa para permitir a los ahorristas conocer el destino que las entidades asignan a sus fondos y para que puedan evaluar, con esa información, el riesgo que asumen de acuerdo con la calidad de la cartera crediticia que posee su banco. Desde ese momento, la Central de Riesgo se fue ampliando cada vez más hasta reunir no sólo a los principales deudores, sino a todos los del sistema. Mensualmente el Central dispone de un CD conteniendo esa información, además de poder acceder -aunque con más restricciones- por Internet, en el sitio del Central, a los deudores bancarios. En ese relevamiento no se incluye el pasivo con Obligaciones Negociables (títulos de deuda) que las empresas tienen con entidades financieras.
Los bancos deben clasificar las deudas de las compañías según su riesgo. Tienen que tomar en cuenta, fundamentalmente, la capacidad de las empresas de generar un flujo de fondos suficiente para hacer frente a sus pasivos. Con ese criterio, los bancos califican las deudas en normal (Situación 1), con riesgo potencial o incumplimiento inadecuado (Situación 2), con problemas o cumplimiento deficiente (Situación 3), con alto riesgo de insolvencia o de difícil recuperación (Situación 4), e irrecuperables (Situación 5). También hay una última categoría (Situación 6), en la cual se incluye a los irrecuperables por disposición técnica, que no fueron considerados por Cash porque se trata de deudores que ya están quebrados y que las entidades no tienen la más mínima esperanza de recuperar una moneda.
De eso no se habla Privada u oficial, por una deuda morosa abultada o una menor, a la banca no les gusta hablar del tema. Ni aparecer como asistentes financieros de los integrantes de la lista de las indeseables. Prefieren presentarse como eficientes asignadores de créditos. Cuando fallan optan por mirar a otro lado y aspirar a que pocos se enteren. Más aún en momentos en que crisis financieras amenazan con afectar la solvencia de sus clientes y, por consiguiente, también la de sus propias contabilidades ante un deterioro de sus carteras de préstamos.
Si bien, tanto el presidente del Banco Central, Pedro Pou, y los mismos banqueros, minimizan el efecto de la crisis asiática en la salud del sistema bancario, existen datos que son para preocuparse. La actual tormenta financiera no ha precipitado, por ahora, una corrida y fuga de depósitos como la registrada en el Tequila, pero ha empezado a castigar las finanzas de empresas y particulares. Entonces, el seguimiento sobre el endeudamiento de las empresas se ha convertido en una tarea diaria de los banqueros. No quieren que una eventual corrida los sorprenda como en el Tequila. En esas turbulentas semanas de la primera mitad de 1995 muchas entidades exigieron la precancelación de préstamos, otras optaron por disminuir su asistencia crediticia, y unas pocas cortaron directamente el descubierto en cuenta corriente a la mayoría de sus clientes.
Ahora, sin que la situación sea tan crítica, los banqueros han tomado nota de la desaceleración en el crecimiento económico, que ha empezado a sentirse en la cadena de pagos. Según datos compilados por la central de riesgo Fidelitas, en los últimos tres meses se ha verificado mayores incumplimientos, lo que ha obligado a los bancos a reclamar en forma más enérgica pagos. Abril, por ejemplo, fue el mes récord de inicio de demandas comerciales de los últimos tres años, con 10.064 juicios, de los cuales el 75 por ciento fueron presentados por bancos. En lo que va del año, las demandas suman 35.980, 27 por ciento más que en igual período de 1997. En tanto, los pedidos de quiebra totalizan 3178, cifra similar a la del lapso febrero-mayo del año pasado, y las quiebras decretadas aumentaron el 10 por ciento respecto a 1997.
El total de financiaciones y garantías otorgadas por el sistema financiero alcanzó a los 92.507 millones de pesos. De ese monto, en febrero se habían otorgado préstamos por 72.119 millones. El 86 por ciento de esos créditos no registran mora (Situación 1, normal, según la clasificación del BC), y el 14 restante tiene diferentes niveles de morosidad. El panorama sería más preocupante, según admiten especialistas del sector, debido a que muchos bancos no están aplicando con rigurosidad las estrictas normas de calificación dispuestas por la autoridad monetaria. Eso se puede observar en la misma Central de Riesgo del BC donde un mismo cliente ha sido clasificado en situaciones diferentes por los bancos, según la rigurosidad que aplica cada uno con sus créditos. Por caso, para el Banco Mercantil la pinturería Colorín merece estar en Situación 2, con una deuda de casi 5 millones de pesos, mientras que para los bancos Tornquist, Supervielle y Trasandino los préstamos otorgados a esa compañía por un total de 9,7 millones deben estar con una nota un nivel más abajo. Para evitar groseras dispersiones en las evaluaciones, el Banco Central no acepta calificaciones con más de dos escalones de diferencia entre las notas que hayan asignado los bancos a un mismo deudor.
Además, algunas entidades realizan enjuagues contables para no castigar en exceso su cartera. Esta práctica, como la de demorar la disminución de categoría a las empresas endeudadas son aplicadas por los bancos para no tener que aumentar sus previsiones ante incumplimientos. De acuerdo a las normas dispuestas por el Central, los bancos deben aumentar su capital en proporción a su cartera irregular para así no perder solvencia.
Clavos, bulones, tachuelas Los bancos tienen un departamento de análisis de riesgo crediticio donde hacen un seguimiento estricto de la situación de los morosos para evaluar la capacidad de repago, como así también de las empresas demandantes de créditos para, teóricamente, no equivocarse en el momento de autorizar el desembolso de un préstamo. Los siguientes son los datos más importantes que contienen las carpetas de los principales deudores del sistema financiero.
Oleaginosa Moreno
Tiene una deuda con los bancos por 213 millones de pesos. Es una de las principales exportadoras argentinas. Es el mayor exportador mundial de aceite y harinas obtenidas de girasoles. Tiene cuatro plantas industriales. Es una empresa familiar, fundada a principios de siglo por Antonio Moreno, que se instaló en Oriente, un pueblito agrícola del sudeste bonaerense. Tiene una capacidad de molienda de casi 6000 toneladas diarias. Su grupo (incluyendo a Oleaginosa Oeste) factura casi 1000 millones de dólares por año. Sus problemas comenzaron por una excesiva exposición financiera con operaciones a plazo, que le provocó una corrida y la puso al borde del knock out. Su salvataje vino desde el exterior, cuando el grupo suizo de granos Glencore asumió el control de la compañía.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $-
Nación 23.511
Bansud 11.676
Galicia 11.652
BankBoston 10.098
Prov. Bs. As. 7.937
HSBC Roberts 7.827
Río 7.807
Francés 7.769
BEAL 7.021
Crédito Arg. 7.004
BNL 5.049
Quilmes 4.887
BNP 3.884
Supervielle 3.884
Gatic
Tiene una deuda con los bancos por 109,9 millones de pesos. Eduardo Bachkellian es el presidente de la firma, que tiene como marcas a Adidas, New Balance, Umbro, Reebok, entre otras. Sus estrechos vínculos con el menemismo lo salvaron de la quiebra cuando hace un año y medio no tenía los fondos para cancelar un Eurobono. Carlos Menem reunió en Olivos a los presidentes del Nación, Roque Maccarone y Provincia de Buenos Aires, Rodolfo Frigeri, para que accedan a auxiliarlo. Dos de las diecisiete plantas de Gatic están en La Rioja. Tiene también un pasivo con la DGI por 60 millones de pesos. Hace poco más de un mes, Bachkellian le presentó a sus bancos acreedores un plan de refinanciación de la deuda, proponiendo capitalizar el 30 por ciento de la deuda a cambio de acciones preferidas de la compañía y el 70 restante a pagar en siete años, a una tasa del 7,375 por ciento anual.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $-
Nación 55.413
Prov. Bs. As. 18.637
Medefin UNB 10.231
Ciudad 6.188
Almafuerte 5.229
Prov. Córdoba 4.988
Tornquist 4.328
Saenz 2.593
Social Córdoba 1.739
Valle de Las Leñas
Tiene una deuda con el sistema financiero de 47,8 millones de pesos. El complejo de esquí lleva una prolongada situación de moroso. Sus problemas datan de 1990. Su dueño original Ernesto Tito Lowestein entregó, en 1991, acciones a los bancos a cambio de una primera refinanciación. También los empresarios Mosché y Bameule aceptaron capitalizar un préstamo por casi 25 millones. Pero el negocio no caminó. Luego ingresaron los bancos Medefin-UNB, y tampoco avanzó. Ahora, con la caída de esa entidad, Las Leñas está en venta. El principal interesado es IRSA, la empresa del financista de Wall Street, George Soros. Pero algunas restricciones legales y juicios cruzados demoran la operación.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $-
Medefin-UNB 34.246
Tornquist 6.888
Nación 6.671
Baesa
Tiene un pasivo bancario, sin contabilizar Obligaciones Negociables, de 54,8 millones de pesos. La principal embotelladora de Pepsi Cola en la región tuvo un crecimiento vertiginoso en los primeros años de la convertibilidad. Pero cuando quiso repetir la experiencia en Brasil fracasó. Esa expansión frustrada actuó como salvavidas de plomo. Mientras los negocios en Argentina marchaban bien, los de Brasil naufragaban. Hasta que convocó a sus bancos para comunicarles que no podía pagar sus compromisos. Empezó a vender activos y hace menos de un mes consiguió la aprobación de sus acreedores para la refinanciación de su deuda.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $-
Citibank 40.001
Supervielle 10.296
BankBoston 3.404
Philco
Tiene una deuda de 72,1 millones de pesos. Empresa del ex presidente de la Unión Industrial Argentina, Jorge Blanco Villegas, fue comprada por la coreana Daewo, que a la vez era su principal proveedora. Cuando no pudo hacer frente a sus obligaciones convocó a un club de bancos para conseguir la refinanciación de su pasivo, con el asesoramiento financiero del Banco Crédito Argentino -comprado por los españoles BBV Francés-.
La fábrica de televisores, radios y autoestéreos entró en crisis ante la caída de la demanda interna y la competencia importada.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $-
BNL 25.019
HSBC Roberts 6.201
Bansud 3.531
Sudameris 2.681
Tornquist 2.307
Supervielle 2.190
BankBoston 2.096
Lloyds 2.073
Citibank 1.687
Mayo 1.526
Yoma
La curtiembre de la familia política del presidente Carlos Menem tiene obligaciones impagas con los bancos por 213 millones. Emir Yoma controlala empresa. En el año que su cuñado llegó al Gobierno, en 1989, el pasivo de la curtiembre era poco significativo. Con el correr de los años su deuda fue creciendo al ritmo de sus ventas, al tiempo de los beneficios fiscales que obtuvo al incorporarse en un régimen de promoción industrial. Ya cuando su situación financiera era insostenible a menos que los bancos oficiales siguieran asistiéndola con más créditos, el Ministerio de Economía incorporó a la Curtiembre Yoma en el régimen de capitalización de deuda y posterior venta de la compañía. Ahora está en búsqueda de un comprador.
Sus principales acreedores bancarios son:
-en miles de $ -
Nación 83.246
Ciudad 19.491
Prov. Bs. As. 19.204
Macro Misiones 17.300
Medefin UNB 3.445
Almafuerte 2.628
Río 1.462
De La Rioja 798
En la lista de morosos de los bancos hay otras importantes empresas, como Georgalos, Tabacal, Frigoríficos Rioplatenses, Massuh, Transporte Plaza, Vizental, El Detalle, José Minetti y Cía., Pinfruta. Con esas y las otras compañías, los banqueros esperan no escuchar el ingrato Que Dios se lo pague.
CUADRO DE HONOR
-deuda total,
en miles de pesos-
GRUPO OLEAGINOSA MORENO 213,0
YOMA 147,7
GATIC 109,9
INDUCUER 75,6
PHILCO 72,1
BAESA 54,8
FRIGORIFICO RIOPLATENSE 48,7
VALLE DE LAS LEÑAS 47,8
JOSE MINETTI Y CIA 45,5
PINFRUTA 36,9
Fuente: Banco Central.
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