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OTRA FUENTE DE LUZ EN EL CIELO
La noche de dos lunas

Un haz de luz brillante como diez lunas iluminará esta noche durante un breve lapso diferentes zonas de Europa, si tiene éxito un experimento ruso. El haz es emitido desde un reflector puesto en órbita por el Mir.

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Por James Meek y Ian Traynor desde Moscú y Bonn

t.gif (862 bytes) En el intento más audaz por reacomodar el orden natural de los cielos desde que Dios dijo “Hágase la luz”, los científicos rusos van a inundar esta noche partes de Europa con el brillo de una luna artificial. Si todo marcha según lo planeado, un haz de luz de alrededor de 7 kilómetros de diámetro proyectado desde el espacio iluminará el norte de Alemania y Bélgica poco después de la puesta de sol. Si resulta ser una noche clara, la luz, brillante como 10 lunas, será visible a 320 km de su epicentro. La luz cósmica será proyectada desde una “sombrilla” gigante adherida al remolcador espacial ruso Progress, separado de la estación espacial Mir. Los cosmonautas en el Mir dirigirán el aparato para reflejar los rayos del sol sobre la superficie de la Tierra. Durante un período de 13 horas, el experimento conocido como Znamya 2,5 iluminará seis “zonas” sobre la Tierra durante cuatro minutos cada una. Tres de las zonas están en el sur de Rusia, en el norte de Kazakhstan y Ucrania. La cuarta zona, entre Frankfurt en Alemania y Lieja en Bélgica, se encenderá desde las 18.50 hasta las 18.54 hora local. La luz aparecerá mas tarde en algún lugar entre Quebec y Winnipeg en Canadá, antes de iluminar la zona final entre Calgary y el lago Dayville en los Estados Unidos.
El único problema es que nadie fuera de Rusia parece saber nada sobre el experimento. “No escuché nada, pero no es sorprendente porque a menudo nos enteramos de los experimentos rusos espaciales por los diarios o la TV”, dijo Raimund Lentzen, el jefe de la Oficina de Astronautas Alemanes cerca de Colonia. Un vocero del ministerio tecnológico en Bonn estaba igualmente perplejo. “Es un poco pronto para las bromas del Día de los Inocentes, pero esto parece una,” dijo. Igor Ivanov, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, estaba en Bonn el martes para discutir asuntos más terrenales como la crisis de Kosovo, y no discutió la iluminación. “No debería ser un problema”, dijo Ulf Mehrboldt, un astronauta alemán que voló en dos misiones de la Nasa con los Estados Unidos y que pasó un mes en el Mir en 1994. “Ellos no necesitan permiso: el sol brilla en Alemania también, así que no se puede prohibir eso.”
La sombrilla reflectora, de 25 metros de diámetro, fue construida por una empresa rusa llamada Cosmic Regatta. Cuando se le preguntó si los países involucrados en el experimento sabían de él, el subdirector técnico de la empresa, Oleg Saprykin, dijo que había una conciencia general. No hay ninguna ley que prohíba iluminar el país de otros, dijo. “Hemos publicitado nuestras intenciones en Internet, les dijimos a los medios. No espero que haya protestas. Norteamérica financió parte de la investigación científica para este experimento, de manera que saben lo que está pasando”, dijo Saprykin. Añadió que la reacción de los colegas del exterior fue mixta. “Por un lado recibimos cartas de astrónomos reprendiéndonos por interferir en sus observaciones. Al mismo tiempo recibimos cartas de agradecimiento de gente por hacer esto y ofreciéndonos trabajo.” Saprykin dijo que habría observadores en la Tierra en el norte de Europa para tomar nota de la brillantez del Znamya 2,5. El proyecto es una herencia de la era soviética, cuando cualquier instituto científico ruso que se preciara soñaba con alterar el curso de la naturaleza a escala bíblica. Los científicos ansiaban revertir el flujo de los ríos en Siberia y hacer que los desiertos florecieran.
La idea detrás de la lámpara espacial eventualmente era usar una red de reflectores para convertir la noche en día en las ciudades del Artico ruso. Pero la tecnología involucrada también es vital para cumplir la ansiada visión de generar electricidad canalizando la energía solar a estaciones terrestres. Lograr que el haz de luz se mantenga quieto sobre un punto en la Tierra es excepcionalmente difícil, ya que significa coordinar los movimientos de tres objetos moviéndose a velocidades increíbles relativas entre sí: el Sol, la Tierra y la nave espacialProgress. El reflector debe estar posicionado en lo que los científicos llaman el “terminador”, la zona orbital entre el día y la noche. El Progress y el Mir giran a 18.000 millas por hora relativa a la Tierra, de manera que el reflector tiene que girar rápidamente para mantener la luz del sol en el mismo punto. “Hay un período bastante limitado durante el cual el Progress puede iluminar la Tierra, el período durante el cual cruza el terminador”, dijo Saprykin. Rusia planea seguir avanzando con esta línea de experimentación: tienen pensando poner en órbita un Znamya 3, de mayor magnitud, en el 2000. Pero es claro que dependerá del éxito que obtengan.

Traducción: Celita Doyhambéhère

 

A favor y  en contra

El “espejo” que desplegará el Mir tiene una estructura tipo abanico, está recubierto de aluminio y mide 25 metros de diámetro. Sus mentores enumeran las potenciales ventajas del experimento: podría iluminar zonas que normalmente están meses en la oscuridad, como Siberia, o escenas de desastres naturales para poder socorrer víctimas en horas de oscuridad. Si el experimento tiene éxito, dicen, podrían poner otros 200 espejos en órbita. Científicos europeos, en cambio, han puesto el grito en el cielo al enumerar las posibles desventajas. “Podría preanunciar un futuro en que la oscuridad está bloqueada –dice el profesor Colin Pillinger, de la Universidad Abierta de Londres–. Habría un caos: hay que pensar en los animales nocturnos que evolucionaron durante millones de años para aprovechar la noche para cazar, y en las semillas que requieren oscuridad para crecer”. Los más contundentes en su oposición son los astrónomos: aseguran que la observación de estrellas será aún más difícil de lo que es ya con la “polución lumínica” que interfiere con su trabajo.

 

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