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Por Dan Glaister Desde Londres El sábado pasado por la tarde, doce horas antes de morir, Stanley Kubrick estaba sentado en la ultraprivacidad de su casa en Hertfordshire, rodeado por los aparatos del típico nerd. Se había enfrascado en una actividad sorprendentemente mundana: el director adicto al trabajo estaba pegado a la televisión, viendo el partido de rugby entre Irlanda e Inglaterra. Probando que podía atender más de una actividad a la vez, Kubrick además hablaba por teléfono con un viejo amigo y colega. Supuestamente debían estar discutiendo el diseño del afiche para su último film Eyes Wide Shut, pero Kubrick aprovechaba para hacer comentarios sobre el partido. Yo le decía: `¿Stanley, no podemos cortar? Yo también estoy tratando de ver el partido, recuerda ahora Julian Senior. Senior es el vicepresidente de la sección de publicidad y difusión para Europa de Warner Bros., el estudio detrás de Eyes Wide Shut y, en rigor, de todos los films de Kubrick en los últimos diecinueve años. Ese sábado a la tarde trataba de disfrutar de su fin de semana; Kubrick, en cambio, le sacaba provecho. Stanley no entendía el significado de la frase fin de semana, dice Senior. Su trabajo era su vida. Estaba excitado por el lanzamiento de la película, quería hablar del cronograma de difusión. Era la misma voz que escuché en los últimos veinte años, joven, vibrante, explica el ejecutivo. Había tenido gripe un par de semanas atrás, pero aparte de eso no había ningún signo de enfermedad. Me dijo: `Pensemos bien lo que vamos a hacer. Dame una lista de las cuatro o cinco principales revistas y los mejores periodistas. Vamos a hacer algunas entrevistas. Kubrick había terminado un trailer de 90 segundos del film, que fue exhibido primero en absoluta privacidad para un par de los más encumbrados ejecutivos de la Warner y Tom Cruise y Nicole Kidman, que obligaron al operador a mantenerse de espaldas durante la proyección. El miércoles pasado, tres días después de la muerte de Kubrick, ese mismo trailer fue exhibido ante más de tres mil ejecutivos en la convención de propietarios de cines que se llevó a cabo en Las Vegas. Y no pudieron despegar sus ojos de la pantalla. El trailer comienza con Kidman totalmente desnuda frente a un espejo mientras se quita los aros, en tanto que Cruise, también sin ropas, entra en cuadro y comienza a acariciarla. Al día siguiente, cuando la Warner quiso difundir esos mismos 90 segundos por las principales cadenas de televisión de Estados Unidos, se encontró con que ninguna estaba dispuesta a emitir el trailer por considerar que el material era demasiado explícito. Solamente se atrevieron a mostrar 10 segundos, que en la Argentina se pudieron ver el jueves por la noche a través de la señal E!. El episodio no hizo sino atraer aún más la atención sobre Eyes Wide Shut. Teniendo en cuenta que las especulaciones sobre el film ya estaban en un punto afiebrado antes de la muerte del director, tras su fallecimiento, a las 4 de la mañana del domingo, la usina de rumores llegó al punto de sobrecarga. Con un período de filmación propiamente dicho de quince meses, y más de dos años y medio de trabajo, Eyes Wide Shut se convirtió en una de las producciones más largas de la historia. La pregunta ¿Habrá terminado Kubrick su película? pasó del humor a la ansiedad: ante su muerte, los fans fueron ganados por el pánico, y atiborraron las líneas de chat en Internet con especulaciones sobre lo que hará el estudio con la obra del maestro. No es novedad que el contrato de Kubrick incluye una cláusula por la cual sus películas sólo pueden ser lanzadas cuando él lo ordena, y en la versión que él entrega. Por ello, en la red abundan las expresiones de temor acerca de si Eyes Wide Shut llegará efectivamente a las pantallas, a pesar de que la Warner ya tiene anunciado su estreno en Estados Unidos para el 16 de julio. Para dar un ejemplo, La naranja mecánica nunca fue autorizada por Kubrick para su exhibición en Inglaterra, dadas las protestas sobre los efectos que podría tener en una juventud impresionable, y en un establishment aún más impresionable. Por ello, un Eyes Wide Shut no terminado por el director sería casi un sacrilegio. Después de todo, ¿alguien podría imaginar al perfeccionista por excelencia permitiendo aun desde la tumba que otro terminara su film? A través de los años hubo varios proyectos de Kubrick que nunca vieron la luz, incluyendo uno sobre Europa oriental y el largamente rumoreado (todo era rumor con Kubrick) film anterior a Eyes Wide Shut, titulado AI, una abreviación para Artificial Intelligence, Inteligencia Artificial. Los directores tienen la mala costumbre de morirse en la mitad de una producción, y muchos dejaron trabajos a medio hacer que luego fueron filmados por sus sucesores. ¿Ya vieron el nuevo film de Kurosawa? No todavía, pero ya está en etapa de producción: un año después de la muerte del director japonés, su director de fotografía está filmando un guión que dejó su maestro. Y el hábito de traer a un director para que finalice el trabajo de otro usualmente a causa de una discusión con el estudio o con un actor llevó a Kubrick a abandonar Hollywood e instalarse en Inglaterra. Convocado para reemplazar al director Anthony Mann en Espartaco, la experiencia de Kubrick con el protagonista y productor Kirk Douglas lo convenció de que la única manera de jugar el juego de Hollywood era en sus propios términos. Pero, por una vez, la paranoia alrededor de Kubrick está fuera de lugar. Lo que será estrenado es la película de Kubrick, remarca Julian Senior. El film está terminado, el trailer está hecho, estábamos trabajando en el afiche. Incluso llegamos a hablar de cuáles serían las fotos para difusión, dice el ejecutivo, para luego cobrar un tono amargo: Stanley terminó su vida una semana después de terminar su película. Los ejecutivos de la industria cinematográfica de Estados Unidos no serán los primeros en ver el film completo y terminado. Ese privilegio lo tuvo el martes pasado un selecto público de cuatro personas: en una sala de exhibición del cuartel central de Warner en Nueva York se instalaron los dos presidentes de la compañía, Terry Semel y Robert Daley, y el dúo protagonista, Tom Cruise y Nicole Kidman. La exhibición fue altamente emotiva. Cruise estaba en Nueva York antes de viajar a Australia para comenzar a trabajar en la secuela de Misión: Imposible. Kidman se recuperaba de un dolor de garganta provocado por su actuación en la pieza de Broadway The Blue Room, en la que lleva a cabo un breve desnudo en escena. Ambos se veían tristes, y la actriz repetía que Stanley era como una figura paterna para mí. La única copia del film existente hasta ahora fue recogida por un miembro del equipo de Warner en el hogar de Kubrick cerca de Londres, llevada a Nueva York y devuelta a Inglaterra inmediatamente después de la proyección. Como siempre con Kubrick, el secreto era todo. Antes y durante la filmación, los ejecutivos de Warner veían el guión en un hotel londinense, pero Kubrick no permitía que ese guión que sufría correcciones diarias saliera de la habitación. Es posible que incluso el coguionista Frederick Raphael no tenga una idea exacta de la forma final de la película. Pero ahora, con el lanzamiento fijado para julio en Estados Unidos y fines de agosto para Inglaterra, las lenguas comenzaron a soltarse. El director de 70 años afirmó que es su mejor película, y la gente de Warner (al menos los dos que la vieron) se manifestaron encantados con el resultado. Basada libremente en Dream Story, una novela corta escrita en 1926 por Arthur Schnitzler (el escritor alemán cuya versión de La Ronde sirvió de base para, precisamente, The Blue Room), Eyes Wide Shut es la historia de dos psicólogos especializados en sexo, cuyo trabajo se cruza en su vida personal. De acuerdo con Kubrick, en uno de sus raros comentarios sobre el film: Explora la ambivalencia sexual de un matrimonio feliz, y trata de igualar la importancia de los sueños y fantasías sexuales con la realidad. El film traslada la acción de Viena a la Nueva York actual. Filmada en los estudios Pinewood y en escenarios naturales de Inglaterra, va de un gigantesco baile de máscaras con cientosde extras a una menos concurrida orgía, también enmascarada. El personaje de Cruise se llama Bill. Eso, y algunos detalles de las locaciones, es todo lo que se sabe. Las fantasías de la pareja se cruzan e interactúan con sus vidas reales, dice Senior, quien vio casi todo el film. Posiblemente sea eso lo que conecta a Eyes Wide Shut con sus otras películas: Stanley tenía esta cuestión sobre manejar lo inmanejable. HAL, la computadora de 2001, debía estar supuestamente bajo control pero se vuelve incontrolable; la terapia de aversión de La naranja mecánica produce un resultado completamente diferente al que se esperaba; en Nacido para matar, los soldados convertidos en máquinas para Vietnam se vuelven en su propia contra. Ahora aparecen Cruise y Kidman interpretando una pareja de Manhattan que ayuda a la gente con sus disfunciones sexuales, y de pronto sus sueños comienzan a aparecer en la realidad. Otra vez, la teoría no logra superar la realidad. Aunque el tema de la película suena difícil, los films sobre disfunciones sexuales suelen ser bombas comerciales. De cualquier manera, en Warner tienen muchísima confianza en el panorama para Eyes Wide Shut. Tiene un encanto enorme, dice Senior. La pareja favorita de Hollywood, en una historia de obsesión sexual y celos. Uno de los temas que habíamos dejado para hablar el domingo era el Festival de Venecia. Los organizadores ya se habían puesto en contacto con nosotros, y si ahora alguien propone abrir el festival con la película como un tributo a Kubrick, sería muy grosero rechazarlo. ¿Y los rumores que aseguran que aún hay trabajo por hacer en el film? Kubrick bien podía tener aún algunas cosas en mente: era conocido por realizar el subtitulado para países extranjeros junto al traductor, o ir a los cines que exhibían sus películas para constatar si los controles de proyección y sonido estaban bien. ¿Perfeccionista? Como dijo un colaborador: No hay nada malo en ser un perfeccionista. Tom Cruise podría no estar de acuerdo con la frase. Sobre todo teniendo en cuenta que, durante la filmación de Eyes ..., y cuando el director le pidió por quincuagésima vez hacer una toma en la que sólo atravesaba una puerta, el actor le dijo a Kubrick que seguramente ya tenía suficiente material para trabajar. Kubrick terminó con trescientos mil metros de película, de los cuales logró llegar a una versión de dos horas y veintiún minutos. Curiosamente, la misma duración que 2001.
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