Por Miguel Jorquera y Felipe Yapur
Esto es obra del
gobernador (Eduardo) Duhalde que no quiere que me presente en las elecciones internas del
justicialismo porque yo apoyo a Menem, gritó a la prensa en la puerta de su
mansión de Haedo el renunciado intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot. No era para
menos: el ex locutor estaba siendo detenido por la policía bonaerense y pensó que era su
oportunidad para convertirse en el primer preso político de la interna justicialista.
Luego calló porque sintió el dolor en sus manos esposadas tras la espalda y su famosa
sonrisa se apagó cuando los efectivos lo acomodaron en el asiento del patrullero y
partió para reunirse con el juez de garantía Ricardo Fraga, que lo encontró prima facie
responsable del delito de malversación de fondos públicos. Pero el malogrado político
supo que no estaba solo cuando apenas unas pocas horas después el mismísimo ministro del
Interior, Carlos Corach, atribuyó al actual proceso de campaña política la
detención de Rousselot. Desde el duhaldismo se mantuvo un estricto silencio.
El nuevo proceso que enfrenta el ex intendente está vinculado al fracasado intento de
traspasar, sin autorización, el hospital municipal al derruido casino de suboficiales de
la ex VII Brigada Aérea de Morón (ver página 2). Pero Rousselot no quiere hablar de
ello, por lo que antes de ingresar en la fiscalía repitió su letanía contra el
gobernador bonaerense. Una vez frente a los oficiales de Justicia decidió guardar
silencio y se amparó en su derecho constitucional de no declarar. Volvió a insistir en
su tesis conspirativa en la puerta de la Dirección de Investigaciones de la policía
departamental, con asiento de Merlo, donde quedó detenido. Allí Rousselot vinculó la
acusación del fiscal Andrés De los Santos y su detención a la puja por la candidatura
presidencial y la hegemonía dentro del peronismo entre Carlos Menem y Eduardo Duhalde,
más allá de la defensa de su propia gestión municipal.
Sin desentonar con los gritos del esposado Rousselot, Corach puso su granito de arena en
la guerra contra Duhalde cuando aseguró que hay que entender que estamos en
campaña política y las circunstancias en que se desarrolla la campaña van a provocar
este tipo de hechos. Pero ni las acusaciones del detenido menemista, quien pensaba
participar en la lista de Antonio Cafiero como precandidato a intendente por Morón (ver
aparte), ni las elípticas declaraciones de Corach contra Duhalde, lograron arrancar una
frase al gobernador. Uno de sus operadores, en tanto, consideró una ridiculez
los dichos menemistas y otro prefirió ironizar al decir que a Rousselot se le está
apagando la buena estrella.
Pero la intención de Rousselot de convertirse en un preso político no es
gratuita. Ya que no podrá participar de la interna intentará, al menos, herir a Duhalde,
su histórico adversario. El ex locutor no olvida que ambos, junto a Alberto Pierri,
fueron los primeros menemistas allá en los lejanos años ochenta. Pero Duhalde le
arrancó su intención de ser el compañero de fórmula de Carlos Menem en 1989 y eso
nunca se lo perdonó. Por eso grita que ahora está pagando con la cárcel su lealtad
menemista.
No todos somos santos, se hicieron cosas buenas y también se habrán hecho cosas
malas, sorprendió ante algunos periodistas Teresa Catarcio, la esposa del
suspendido intendente que el lunes de esta semana presentó su renuncia indeclinable para
evitar el juicio político y la destitución, que estaba prevista para el próximo lunes
22, y así poder presentarse otra vez como candidato a un cuarto mandato municipal si es
que triunfaba su lista en la interna peronista del 9 de mayo. Las declaraciones de la
segunda esposa del detenido ofuscaron a Fabián, hijo de Rousselot, quien asumió como
portavoz del ex locutor ahora incomunicado.
No cabe duda de que esto responde a intereses políticos de oscuros personajes de
Morón como el senador Horacio Román, que maneja la Justicia y a la policía a su antojo,
y así evitar que mi padre sea nuevamentecandidato a intendente, repitió Fabián a
quien quisiera oírlo. El vástago tampoco se olvidó del nuevo intendente Guillermo
Crespo a quien calificó de fantoche y títere de Román:
¿Cómo puede ser que varios medios llegaran a mi casa antes que el fiscal y la
policía? Es una puesta en escena preparada para ver esposado a esa persona deleznable que
todo el mundo quiere ver destruida, dijo irónicamente el hijo de Rousselot.
Pero Fabián también tiene su historia. Supo ser cronista del viejo Canal 11 pero
abandonó para dedicarse a la política aunque ahora le tengo asco.
Actualmente mezcló su pasión por la computación con la función pública, fue el
encargado de la Red Administrativa Municipal a la que la oposición calificó de un
nido de corrupción y por la que enfrenta tres causas judiciales:
enriquecimiento ilícito, junto a su hermano Gerardo que ocupó
alternativamente las secretarías municipales de Economía y de Gobierno; el supuesto robo
de importante y valioso material informático; y la adjudicación irregular a
la empresa Siemens de una multimillonaria licitación de un sistema de emergencias
comunal, similar al 911 de Estados Unidos. En todas ellas también está involucrado su
padre.
Frente a la Fiscalía
Unos cien partidarios de Rousselot, entre ellos varios barrabravas del Deportivo Morón
que actúan como su fuerza de choque, se juntaron frente a la Fiscalía para vivarlo y
reclamar su libertad. Allí, varios de los hombres que acompañaron su gestión volvieron
a descargar su batería contra el senador Román, impulsados desde el menemismo que ya
había hecho público su apoyo a Rousselot responsabilizando a un sector de la Justicia
provincial de favorecer los planes políticos del gobernador bonaerense.
Los rousselotistas no olvidan la decisiva participación de los concejales que responden
al senador Román en la votación que terminó con la suspensión del ex intendente, la
aprobación del juicio político, y el tratamiento de su destitución que se hará la
semana entrante, independientemente de la renuncia del ex intendente para demostrar
su culpabilidad en el multimillonario perjuicio al erario municipal. Román que
compartió amores y odios con Rousselot, además de la alianza política que gobernó
Morón durante las tres gestiones municipales, nunca lo pudo derrotar en una interna.
Nunca nos ganaron y ahora tienen miedo de volver a perder, por eso Duhalde y Román
no quieren que Juan Carlos sea candidato, repetían los partidarios del encarcelado
ex intendente que tampoco perdieron la oportunidad de demostrar sus sentimientos
políticos y vivaron a Menem. Aunque en esta oportunidad ya saben que el ex locutor no
podrá jugar en la interna y no podrá ir por un cuarto mandato.
Fórmulas peronistas Tanto el menemismo como el duhaldismo bonaerense mantuvieron hasta la noche
de ayer el misterio del nombre de los compañeros de Antonio Cafiero y de Carlos Ruckauf.
El primero en develar el enigma fue la gente del senador ahora menemista, quienes poco
antes de las 21 anunciaron que el precandidato a vicegobernador es el intendente de
Quilmes, Federico Scarabino. El duhaldismo, por su parte, esperó un poco más y, tal como
se venía diciendo desde hace días, el elegido fue Felipe Solá.
La sede del duhaldismo en Capital Federal era anoche un verdadero hervidero de dirigentes
presentando los avales, pero también era posible ver aquellos que intentaban realizar un
último y desesperado intento para ver si lograban incorporar su nombre en las listas, ya
sin importar el lugar y el cargo. Lo importante es participar, estar, verse en la boleta.
El menemismo bonaerense no escapó a las cavilaciones y pelearon duro Scarabino y la
diputada Irma Roy por ser los compañeros de Cafiero. Pero allí no terminó todo. Los
ultrarrecontramenemistas que integran César Arias y Roberto Fernández
anunciaron que estarán en la lista de diputados que presenta Luis Patti.
Ayer, el ex funcionario de la administración Menem se encontró con Duhalde y Ruckauf a
solas para escuchar la buena nueva. Otros duhaldistas contentos eran los que ya quedaron
firmes en la lista de diputados nacionales. Encabeza la fila el actual vicegobernador,
Rafael Romá, lo sigue José María Díaz Bancalari, luego Graciela Giannettasio y recién
en cuarto lugar el primer orteguista, Pablo Fontedevila. |
Dos señales de la soledad del Jefe |
Por M.G.
Si es verdad que, además de sus propios méritos ante el Código Penal, Juan Carlos
Rousselot fue castigado por ser un ultramenemista ultraminoritario en Buenos Aires, quiere
decir que Carlos Menem ya tiene su poder a precio de saldo. Ni siquiera puede mover
influencias en favor de sus leales. Y sus leales son pocos; cada vez menos.
El jueves a la noche, cualquiera pudo hacer la misma constatación mirando Hora
Clave. Participó Alberto Kohan por teléfono, y a Eduardo Menem lo grabaron. En el
piso, en vivo, Menem estuvo defendido por el director de cine Víctor Bo y la asesora
presidencial Eva Gatica. Frente a ellos, el vicepresidente de la Legislatura Aníbal
Ibarra y la diputada radical Elisa Carrió. Una lucha entre dos profesionales de la
política y la abogacía y dos aficionados, como ellos mismos se definieron sin
vueltas. Bo dijo que era un amateur y Gatica repetía a cada momento:
Somos tan nuevitos....
¿La producción de Mariano Grondona no buscó otros defensores de Menem o no los
consiguió? ¿Hora Clave revela una tendencia de la televisión o de la
política argentina? Siempre hay que tener en cuenta el rendimiento del
debate, dijo ayer Grondona a Página/12. Y explicó que la semana pasada habían
estado los representantes del oficialismo menemista como Rubén Marín, Jorge
Escobar, Jorge Castro y Rodolfo Barra. En cuanto a Bo y Gatica, según Grondona ambos
tendrían una ventaja por comparación: A veces, el que tiene más responsabilidades
partidarias es más cauto.
Bo y Gatica, por cierto, no fueron cautos. Esquivaron un análisis sesudo sobre la
imposibilidad constitucional de Menem de presentarse para un nuevo mandato. Usaron otros
argumentos. Para decirlo en palabras de Bo: El país tiene problemas, pero qué
problemas tendría sin Menem... Ustedes (a Carrió e Ibarra) no saben gobernar, y Menem es
el único que puede manejar este avión, el único con prestigio internacional. La boleta
con el nombre de Menem tiene que estar en el cuarto oscuro.
Difícil ser más crudo. Imposible encontrar mejores indicios de la soledad de Menem. |
Del riñón menemista con 28 causas
penales
Hubo un tiempo en que era el
único pilar de Menem en la provincia. Con energía, acumuló causas por corrupción como
nadie.
Viejos tiempos: Rousselot con el
entonces candidato Menem.
Desde su intendencia de Morón, fue uno de sus primeros apoyos. |
|
Por S.R. y M.J.
A diferencia de otros
personajes que ingresaron al menemismo a partir de sus aportes económicos de campaña,
Rousselot nunca tuvo para ofrecer mucho más que su sonrisa. En 1985 se alió con el
gastronómico Luis Barrionuevo, quien le prestó la estructura de su sindicato y su
amistad con el radical Enrique Nosiglia para convertirlo en el primer menemista
bonaerense. Y no le fue mal: en 1987 se consagró como intendente de Morón, lugar en el
que meses antes había arrasado en la interna peronista, erigiéndose en uno de los pocos
triunfadores del menemismo en la provincia que por aquella época dominaba el renovador
Antonio Cafiero. Empezaba una carrera que hoy lo llevó a la cárcel y que le valió a
acumular 28 causas penales.
Aquel éxito electoral le deparó a Rousselot un reconocimiento inmediato: el entonces
gobernador riojano lo designó secretario organizador de la nueva corriente peronista
denominada Menem, presidente de los argentinos, una línea que apuntaba
obviamente hacia las elecciones de 1989. Rousselot volvió de esa forma al centro de la
escena política después de los años de ostracismo que vivió durante la dictadura
militar. Chaqueño, educado en Resistencia por los padres salesianos del Colegio Don
Bosco, el ex intendente de Morón ahora caído nuevamente en desgracia tuvo su primer
contacto con la fama como periodista.
La popularidad de Rousselot creció en la década del 60 cuando relataba fútbol y
boxeo por Radio Colonia, rodeado de comentaristas como Enzo Ardigó o Dante Panzeri. El
dueño de aquella emisora, Héctor Ricardo García, le abrió después las puertas del
resto de su emporio periodístico Crónica y Canal 11 y su sonrisa empezó a
brillar en televisión.
Su experiencia frente a las cámaras de TV le sirvió de catapulta para alcanzar la
Dirección General de Canal 7 en el retorno peronista del 70. Rousselot pasó
después al Ministerio de Bienestar Social para convertirse en vocero de López Rega,
cuando el Brujo era la cabeza intelectual, operativa y económica de la Triple
A y hombre fuerte del gobierno de Isabel Perón.
El desembarco de los militares en el poder precipitó la vuelta de Rousselot a Chaco y
marcó el comienzo de una de sus tantas malas rachas. En esa provincia compró el diario
Norte, del cual fue titular hasta 1977 cuando la dictadura intervino el periódico y lo
traspasó a la familia Romero Feris. Los militares le sacaron también el resto de sus
bienes un piso en Charcas y Agüero y un avión, lo encarcelaron poco más de
un mes y lo condenaron a no ejercer periodismo en el Chaco ni en 500 kilómetros a
la redonda. Sin trabajo y en la calle, Rousselot puso proa rumbo a Mar del Plata. Su
amistad con el ex dictador y jefe de la Armada Eduardo Massera le permitió, al menos,
encontrar un trabajo en esa ciudad: portero en el edificio de Corrientes 1620. La derrota
militar en Malvinas le abrió de nuevo las puertas de la televisión y su función de
presentador oficial de los actos de Herminio Iglesias lo devolvió a la política.
Electo en 1987, fue destituido antes de cumplir dos años de gestión por adjudicar sin
licitación un ambicioso plan de cloacas al grupo Socma, de la familia Macri. La Corte
Suprema menemista anuló la causa de la justicia bonaerense, por lo que Rousselot pudo
presentarse nuevamente a las elecciones que ganó en 1991. Entonces volvió a la carga con
su plan cloacal, del que sólo desistió cuando los vecinos salieron a la calle en
protestas masivas
Otra causa famosa fue la de la autopista del Arroyo Morón, diseñada para cruzar el
distrito entero, con peaje. La licitación terminó en farsa cuando la empresa ganadora,
de origen malayo, desistió y le vendió sus derechos a otra contratista. Esta también
desertó y transfirió el contrato a la constructora Gualtieri. Para peor la obra implica
que la Fuerza Aérea ceda 16 hectáreas de su base en El Palomar. Rousselot ofreció
cambiarlas por un jet de uso civil y la construcción de un polvorín en Tandil. La obra,
que todavía no fue construida, le valió al intendente otro proceso por abuso de poder. A
mediados del año pasado, Rousselot fue procesado por enriquecimiento ilícito luego de
que Página/12 revelara que gasta un promedio de 20.000 pesos mensuales en su tarjeta Visa
Gold. Su propio Concejo Deliberante lo suspendió tras investigar la falta de controles al
concesionario del estacionamiento medido, que habría costado diez millones de pesos en
pérdidas indebidas. Como las pruebas reunidas en el juzgado de faltas de Castelar se
quemaron en un incendio oficialmente considerado como intencional, lo que originó otro
proceso en su contra por destrucción de pruebas. El mismo Concejo todavía
analiza sus contratos de recolección de basura con la empresa Orange Phase II: el nuevo
intendente los suspendió. Dos de sus funcionarios fueron detenidos en una causa por pago
de sobreprecios en compras municipales de nueve millones de dólares, en la que él
también es investigado. Y, por supuesto, está la causa del Hospital de Morón (ver nota
principal) que le acaba de valer un par de esposas.
COMO ES LA CAUSA POR LA QUE LO METIERON PRESO
El caro hospital que no fue
Por M. J.
La intención de
trasladar el hospital municipal Ostasiana B. De Lavignole al predio de la ex VII Base
Aérea de Morón terminó con el ex intendente Juan Carlos Rousselot esposado y tras las
rejas por malversación de fondos públicos. Rousselot mantuvo oculto el proyecto hasta
pocos días antes de ser suspendido, cuando en su intento por evitar la sanción no sólo
recurrió a la Suprema Corte de Justicia provincial sino que salió a defender su
actuación con la publicación de un suplemento de publicidad, en el diario La Nación,
con los logros de su gestión, entre los que estaba incluida la
transformación del ex casino de suboficiales aeronáuticos en hospital. El proyecto no
contaba con la aprobación del Concejo Deliberante, tampoco con fondos previstos en el
presupuesto municipal ni con la autorización de la Fuerza Aérea.
El duhaldismo, que heredó la gestión municipal tras la suspensión del intendente ahora
preso, había tomado nota y en una de las primeras medidas levantó el obrador que
Rousselot plantó en la ex brigada aérea y a los setenta empleados municipales que allí
trabajaban; pero también presentó en los primeros días de enero, junto a otros siete
expedientes, la denuncia penal por peculado de servicios y trabajos públicos en
beneficio de terceros, vinculado a las obras de refacción del predio aeronáutico
al que ya había destinado más de 400 mil dólares de la caja municipal.
El fiscal Andrés De los Santos imprimió velocidad a la causa y pidió al juez Ricardo
Fraga la detención de Rousselot, al que sacó esposado de su casa de Vignes 1229, Haedo,
en la madrugada del jueves. La metodología utilizada por el ex intendente fue la de
apelar en varias oportunidades un recurso legal previsto en la Ley Orgánica de las
Municipalidades para utilizar fondos no presupuestados por única vez en casos
excepcionales y de extrema urgencia, los que desviaba a la compra de materiales para
la obra sin comprobantes ni boletas. Además de evitar la compulsa de precios.
Las gestiones para alquilar el predio de la Fuerza Aérea habían comenzado de la mano del
propio gobierno provincial, pero por otro motivo, cuando la alianza entre Rousselot y el
influyente senador Horacio Román gobernaba el distrito. Según el ex asesor de Rousselot
en su relación con la Fuerza Aérea, el ex vicecomodoro Gerardo Vaccaro, el
municipio inició las negociaciones para que la provincia instalara allí los tribunales
penales de todo el departamento judicial de Morón, con el acuerdo del ministro de
gobierno (José María) Díaz Bancalari.
Después de seis meses de negociaciones y el principio de acuerdo con la Fuerza Aérea
de pagar un alquiler mensual de 63 mil dólares por el uso del predio, el
proyecto se cayó inesperadamente. Rousselot rompió con el duhaldismo.
El ex intendente comenzó entonces sus propias conversaciones con los aviadores para
instalar el hospital en un espacio más reducido, a cambio de 18 mil pesos mensuales, y
empezó la obra a pesar de que no existiría ningún contrato formal con la Fuerza Aérea.
Los seguidores del ex locutor aseguran que Rousselot se largó porque tenía la
promesa del presidente Menem de destinar fondos nacionales para la obra.
El delito por el que está imputado Rousselot y por el que también está
preso su ex secretario de Servicios Públicos, Néstor Achinelli, tiene una pena de entre
dos y diez años, lo que no lo hace excarcelable. Aunque el juez tiene un plazo de cinco
días para expedirse sobre el pedido de eximición de prisión que hicieron sus abogados.
Por ahora Rousselot sigue tras las rejas.
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