La consultora habitual de la Alianza entregó al jefe de Gobierno un sondeo que lo da ganando en Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Gran paridad en la provincia de Buenos Aires. La conclusión de los aliancistas es hacer más de lo mismo: mantener el perfil de De la Rúa y el de Chacho y apuntalar a Graciela en Buenos Aires. Gestiones con Balter.

De la Rúa distendido, tirando una carambolas con Melchor Posse mientras Graciela mira.

Cada uno de los partidos visto por su rival

“Tira manotazos al aire”

“Es como un boxeador que lanza manotazos al aire”, dijo el jueves Carlos “Chacho” Alvarez. El jefe del Frepaso graficó así la sensación que recorre a los principales dirigentes de la Alianza, que explica lo que en la coalición definen como “los tremendos errores” de Eduardo Duhalde.
La insistencia de Duhalde de instalar un tema de campaña –el de la deuda externa– que no constituye una preocupación central de la sociedad, más atenta al desempleo, la corrupción y la inseguridad.
Las dificultades que, según dicen en la Alianza, tiene Duhalde para encolumnar detrás de su candidatura a los caudillos peronistas del interior, como Carlos Reutemann, José Manuel de la Sota e incluso Carlos Ruckauf. La interpretación más extendida en las filas opositoras es que estos dirigentes están más preocupados por el horizonte político del 2003 que por las chances de Duhalde.
La decisión del candidato del PJ de instalar –con la carta abierta a De la Rúa y la polémica por la campaña sucia– un debate sobre la corrupción, uno de los temas en los que la Alianza se siente más fuerte.
El último problema que señalan en la Alianza es de base: Ramón Ortega despierta adhesiones en el electorado más humilde, tradicionalmente proclive a votar al PJ, lo que le impide a la fórmula justicialista sumar votos más allá del piso histórico de su partido.

“Mediocre con suerte”

En el bunker duhaldista suelen considerar al candidato de la Alianza como “un mediocre con suerte”. Le critican la buena estrella a pesar de ser un aspirante presidencial sin propuestas concretas. Lo único que les fascina, sobre todo a uno de los más importantes hombres de la campaña, son los spots publicitarios: “Son muy buenos y efectivos”, acostumbran decir.
Duhalde, en privado, dice que a Fernando de la Rúa “le falta sangre de candidato”. Se queja de la indisimulada intención de debatir ideas y proyectos “porque sabe que sin decir nada crece”.
Los cerebros de la campaña del bonaerense buscan casi con desesperación lograr un golpe contra “el inmutable” De la Rúa. Primero lanzaron las polémicas declaraciones a favor de una renegociación de la deuda externa. Ahora lo acusan de encabezar una “campaña sucia” junto a algunos ex funcionarios alfonsinistas como Enrique “Coti” Nosiglia.
Ahora el candidato del PJ optó por las comparaciones. Ayer dijo que se parece al personaje “el Manosanta” que popularizó Alberto Olmedo porque, dijo, “cree que poniendo la mano en la cabeza va a curar”. Pero antes coincidió con Raúl Alfonsín cuando el ex presidente lo comparó con una tortuga, en obvia referencia al mote de Arturo Illia. Y también dijo que era “un pobre hombre” cuando, según Duhalde, no pudo resolver el problema de los travestis cuando se desató la polémica por el Código de Convivencia Urbana.