Las
maniobras para liberar a Pinochet parecen terminadas. El canciller español Abel Matutes
anunció ayer que su gobierno y el de Chile no lograron un acuerdo para llegar a un
arbitraje internacional sobre el caso del ex dictador chileno, detenido en Londres desde
hace diez meses. El diario británico Sunday Telegraph informó ayer que el Servicio
Fiscal de la corona británica podría abrir un proceso contra Pinochet, en momentos en
que la Fiscalía General del Estado español presentó una demanda para que se anule el
pedido de extradición formulado por el juez Baltasar Garzón. Sophie Tonon, la abogada de
los franceses desaparecidos en Chile durante la dictadura, recordó que aún están
pendientes los pedidos de extradición que Suiza y Francia cursaron a Gran Bretaña y que
son independientes de lo que ocurra en España, y que ella personalmente activará estas
peticiones en París.
Las salidas judiciales para Pinochet se están cerrando, y las políticas también. Desde
la detención del ex dictador el 16 de octubre pasado, se multiplicaron las maniobras
judiciales y políticas del gobierno de Chile para lograr su liberación. La última de
estas maniobras fue la apelación a Madrid para que considere un arbitraje internacional.
Esta es una forma de sacar al caso Pinochet del ámbito judicial, pero también es un modo
de dejar para más adelante un proceso de extradición que tiene fecha de comienzo el 27
de setiembre. Para ese mes, tanto Chile como España estarán acercándose a elecciones
presidenciales en un caso y legislativas en el otro. Y ninguno de los dos gobiernos se
beneficiaría con el reflote del caso. Las posibilidades para liberar a Pinochet se
centran ahora en los motivos humanitarios, por su salud aparentemente
frágil.
Pero el canciller chileno Juan Gabriel Valdés no mostró ningún desaliento por las
declaraciones de su colega Matutes. En su opinión, no son terminantes. En
entrevista concedida al diario El Mercurio, Valdés admitió que el tema es incómodo para
todos los participantes pero los gobiernos están para tratar los momentos
difíciles, si todo fuera fácil en las relaciones exteriores no se justificaría siquiera
la existencia de los gobiernos. Una alta fuente de la Cancillería
española consultada por El Mercurio afirmó que las palabras de Matutes fueron para
consumo interno, a fin de despejar dudas tras el emplazamiento de Garzón al
Ejecutivo sobre una eventual aceptación del arbitraje, y no una especie de respuesta
negativa extraoficial a la postura chilena.
Según el Sunday Telegraph, una portavoz del Servicio de Fiscalía de la corona indicó
que los fiscales evaluarían las pruebas en contra de Pinochet si defensores de los
derechos humanos presentan una solicitud para que sea juzgado bajo las leyes británicas.
Además, Gran Bretaña debe estudiar las otras demandas de extradición de Francia,
Bélgica y Suiza, antes de tomar cualquier iniciativa sobre la liberación de
Pinochet, como estimó ayer Sophie Tonon. A partir del lunes (por hoy) pediré
al ministerio francés pertinente retomar las demandas anteriores de apertura del
expediente de extradición de Pinochet solicitado por Francia a Gran Bretaña,
anunció.
LLEGA UNA DELEGACION DE EE.UU.
Más gringos en Colombia
No
hay planes de Estados Unidos para invadir o cercar a Colombia. El asesor para
América Latina del presidente Bill Clinton, Arturo Valenzuela, intentó así despejar
ayer los temores de que el arribo hoy de una comisión especial de Washington a Colombia
presagiara una intervención militar norteamericana en el país. La delegación,
encabezada por Thomas Pickering, ex-embajador en El Salvador durante la guerra civil,
tiene la misión oficial de discutir con el presidente colombiano Andrés Pastrana
los esfuerzos antinarcóticos y el proceso de paz. Las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) informaron ayer que encontraron el avión comercial
venezolano secuestrado hace dos semanas cerca de la frontera colombiana y que devolverían
a sus 14 pasajeros sanos y salvos.
Valenzuela dejó en claro ayer en su entrevista con el diario colombiano El Tiempo que
no tenemos ninguna intención de meternos en la lucha contrainsurgente. Ante
la posibilidad de que el conflicto se derrame a otros países, Valenzuela
aseguró ayer que Washington no ve por el momento un peligro muy serio. Por lo
pronto, su pronóstico pareció realizarse con respecto a Venezuela. El secuestro de un
avión venezolano había suscitado temores de que Venezuela interviniera contra la
guerrilla, luego de que la cancillería en Caracas afirmara que si se probaba la autoría
de la guerrilla colombiana en el secuestro, alteraría la neutralidad
venezolana.
El segundo jefe de las FARC, Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, declaró a la
radio colombiana Radionet que la guerrilla devolverá a los pasajeros del vuelo de la
línea venezolana Avior, que recorría el trayecto BarinasGuasdualito, sin
contraprestación alguna (sin rescate). La versión de Mono Jojoy es que
los secuestradores eran cuatro disconformes con el gobierno venezolano, que
huyeron antes de ser capturados por la guerrilla. Rigoberto Vidal Martínez, el jefe de la
frontera militar venezolana con Colombia consideró improbable esta versión. Todos
sabemos que los guerrilleros son del lado colombiano, afirmó.
No obstante esta aparente resolución de la crisis venezolana, la situación regional
sigue inestable. La presidenta electa de Panamá, Mireya Moscoso, afirmó ayer que
compraría armamentos de varios países, incluyendo a Estados Unidos, a fin de proveer a
su policía fronteriza con los medios para impedir incursiones de las FARC o de los
paramilitares en su país. Y la idea de una intervención política internacional para
resolver el conflicto en Colombia sigue cosechando adherentes. El ex canciller colombiano
Augusto Ramírez propuso ayer que los países latinoamericanos ejerzan una presión
benéfica para lograr la paz. La semana pasada, fuentes del gobierno de Brasil
afirmaron que el país estaba dispuesto a ponerse al frente de una iniciativa similar.
NUEVO ENFRENTAMIENTO CON RUSIA
El fantasma de Chechenia
Los rusos
terminaron la guerra con los separatistas de Chechenia en 1996, pero eso no quiere decir
que todo ha terminado. Luego de los enfrentamientos entre rebeldes chechenos y tropas de
la república rusa de Daguestán registrados el miércoles pasado, la cuestión pasó a
mayores. Los chechenos tomaron ayer tres pueblos daguestaníes y el presidente ruso Boris
Yeltsin le ordenó a su premier Serguei Stepashin que viajara para manejar la situación
en el terreno. Con artillería pesada, los rusos lograron expulsar a los chechenos de
Daguestán, y Stepashin volvió contento a Moscú.
Según las agencias rusas, varios centenares de combatientes, supuestamente extremistas
islámicos de la milicia de los wahbitas, llegados de Chechenia, invadieron el sábado las
localidades daguestaníes de Etcheda, Ansalta y Rajata. Los enfrentamientos fueron los
más graves desde el fin de la guerra de Chechenia, en 1996, en la que Rusia no pudo
vencer a los rebeldes y tuvo que firmar la paz.
Stepashin se reunió en el aeropuerto de la capital daguestaní Majachkalá con el
ministro del Interior, Vladimir Rushailo, el jefe de las fuerzas armadas, general Anatoli
Kvashnin, y el comandante en jefe de las tropas de Interior, general Vladimir Ovchinnikov.
El premier ruso aclaró que la norma de la contraofensiva rusa fue la necesidad de evitar
bajas en la población civil y las fuerzas de seguridad.
subrayado |
Por
Claudio Uriarte |
Interviniendo un Ejército Más que una intervención norteamericana en Colombia, lo que se está
presenciando es una intervención norteamericana en el Ejército colombiano. Los sondeos
en Colombia y el resto de la región del general Charles Wilhelm jefe del Comando
Sur, del zar antidrogas Barry McCaffrey y, a partir de hoy, de una
delegación del Departamento de Estado encabezada por su número 3, Thomas
Pickering, sobre una eventual intervención continental, son por ahora sólo eso: sondeos.
Porque los únicos gobiernos dispuestos a encarar una intervención son los de Argentina y
Perú, y el primero va a ser cambiado en octubre, mientras que el año próximo empieza la
temporada de primarias en Estados Unidos, que suele paralizar toda iniciativa importante
de política exterior. De consumarse, una intervención continental debería ocurrir antes
de diciembre, para lo que no existe ni el consenso necesario ni el nivel de preparación
de fuerzas.
Lo que no excluye el hecho de que el proceso de paz iniciado por el presidente Andrés
Pastrana es un fracaso. Desarticulados los carteles de Medellín y de Cali, la guerrilla
de las FARC, del ELN y los paramilitares de ultraderecha controlan y usufructúan ahora
los principales campos de cultivo de coca y amapola. Las FARC recibieron del gobierno
42.000 km2 en el suroeste del país y no los usaron para hablar de paz sino para lanzar
una ofensiva sangrienta en las afueras de Bogotá. En el último golpe de un proceso que
ya lleva un año, la semana pasada negaron al gobierno una Comisión de Verificación que
se ocupe de controlar lo que ocurre en la zona del despeje. La popularidad de
Pastrana está en el abismo y su país, en recesión.
En estas condiciones, EE.UU. mueve sus fichas para evitar que la guerrilla se derrame
sobre Panamá, con lo cual el Canal devuelto este año se convertiría en una
zona libre de tráfico de drogas y armas. Además de instalar nuevas bases de espionaje y
reconocimiento en la zona, Washington ha decidido operar con el único Ejército que
tiene, que es el colombiano. Ya se han escuchado quejas en Colombia de que la verdadera
cadena de mandos remite al Pentágono, y que de un modo u otro el país está consumando
una cesión de soberanía.
La idea es reforzar al Ejército con nuevos créditos y armas, pero para eso se necesita
también reformarlo y limpiarlo. Si la guerra de El Salvador pudo ganarse con sólo 55
asesores norteamericanos es el razonamiento, tal vez algo parecido pueda
ocurrir con Colombia. Pero Vietnam también empezó sólo con asesores. |
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