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“Es extraditable aunque sea por un único caso”

Reed Brody, director de campañas de Human Rights Watch, es optimista sobre la posibilidad de extradición de Pinochet a España y señala que el cargo más importante es el de conspiración para torturar.

Diferencia: “El crimen de lesa humanidad exige una conducta criminal sistemática y extendida. La convención contra la tortura en que se basa este caso no”.

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Mujeres tomadas de las manos frente al memorial de los detenidosdesaparecidos en Santiago
.“Por primera vez en 25 años, los nombres de las víctimas tienen acceso a una Corte de Justicia”.


Por M.J.Desde Londres

t.gif (862 bytes) En la puerta de entrada de su oficina en Nueva York el director de campañas de Human Rights Watch, Reed Brody, tiene pegada la tapa de Página/12 posterior al fallo de la Cámara de los Lores con la foto de Augusto Pinochet en uniforme de presidiario y el título de “Sigue preso”. Presente en el caso de extradición que se le sigue al ex dictador, Brody dialogó en impecable castellano con Página/12 sobre la posibilidad de que Pinochet enfrente la Justicia en España. –¿Qué posibilidades reales hay de que Pinochet sea enviado a España?–Soy optimista. Creo que ya se ha logrado mucho. Lo más importante ha sido la mención de los nombres de las víctimas que por primera vez, después de 25 años de impunidad, tienen acceso a una Corte de Justicia.–Están en juego los derechos humanos, el derecho internacional, penal y de extradición. ¿Qué peso pueden tener los argumentos de la defensa en este complejo marco?–Después del segundo fallo de los lores, que limitó el alcance de las acusaciones a lo ocurrido después del 8 de diciembre del ‘88, para mí el delito más importante que queda es el de la conspiración para torturar porque este delito es globalizador, abarca toda la conducta de Pinochet. Para demostrar una conspiración es inevitable sumergirse en todo el accionar de Pinochet y demostrar que fundó la policía secreta, que montó la Operación Cóndor y que ideó un aparato represivo para torturar e intimidar. Los casos de tortura posteriores a esa fecha, sea uno o 35, son el resultado inevitable de la conspiración que se montó para crear ese sistema represivo.–El argumento de la defensa es que todo lo previo al 8 de diciembre no es válido porque significaría pronunciarse sobre lo que sucedió antes de esa fecha.–En el derecho anglosajón, para demostrar una conspiración se tienen que presentar todos los elementos. Si, por ejemplo, alguien pone una bomba un 6 de diciembre y la bomba estalla el 10 de diciembre y esa persona tiene inmunidad a partir del 8, se puede analizar lo ocurrido el 6 no para castigarlo por ese delito que es un delito en sí, sino para demostrar su conexión con el otro, el ocurrido el 10 de diciembre. Lo mismo sucede con Pinochet. Se pueden analizar todos los casos de tortura ocurridos antes de esa fecha para demostrar que había una conspiración por él organizada que explicará uno o 35 casos de tortura.–El otro argumento de la defensa es que la tortura debe ser sistemática y extendida para que se lo pueda extraditar.–El crimen de lesa humanidad exige una conducta criminal sistemática y extendida. La convención contra la tortura en que se basa la extradición de Pinochet no. Hoy en día en Francia está preso un coronel de Mauritania porque lo reconocieron dos de sus víctimas. Con dos casos bastó. –¿En base a qué decidirá el magistrado si se lo extradita o no? –Debe decidir si los hechos de los que se acusa a Pinochet –tortura y conspiración para torturar– constituyen crímenes en el Reino Unido y en España punibles por más de 12 meses. –De modo que no tiene que pronunciarse sobre si es uno o 35 casos. –Tiene el poder de decir que él da su visto bueno a la extradición de Pinochet por los casos 3, 5, 8, 12, etc. O por un solo caso, el 12, el de Marcos Quesada, junto al de conspirar para torturar. España sólo podrá juzgarlo por los crímenes por los que se lo extradite.

 

El penúltimogolpista

Quien fuera comandante de la Fuerza Aérea durante el golpe de 1973 en Chile, Gustavo Leigh (foto), falleció ayer por problemas pulmonares. Leigh fue quien dio la famosa orden de bombardear por aire al Palacio de La Moneda, donde se encontraba el presidente Salvador Allende. Su muerte deja a Pinochet como el único sobreviviente de la junta militar que gobernó Chile después del golpe. Leigh fue destituido de la Junta el 24 de julio de 1978, cuando entró en conflicto con sus integrantes al plantear que era necesario el “retorno a la democracia”, y al cuestionar las ambiciones de Pinochet. “¿Te crees Dios? ¿Hasta cuándo?”, le habría echado en cara. Su destitución disparó la purga de la dirigencia de la Fuerza Aérea que realizó Pinochet, quien ese mismo año se proclamó presidente tras una consulta popular.

 

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