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ALEJANDRO GRANADOS SE TIROTEÓ CON TRES HOMBRES
Un intendente de armas tomar

Los hombres redujeron a un policía y a un sereno, y entraron en la lujosa quinta del intendente de Ezeiza, quien les disparó y resultó herido en una mano. Su mujer saltó de un primer piso.

La entrada al área donde está la lujosa estancia de Granados.
El intendente (abajo) recibió a los ladrones a los tiros.

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t.gif (862 bytes)  “Ojalá les hubiera pegado. Lamentablemente tuve mala puntería”, se lamentó ayer al mediodía el intendente de Ezeiza e íntimo amigo del presidente Menem, Alejandro Granados, luego de tirotearse en la madrugada con tres delincuentes que aparentemente intentaron asaltar su lujosa casa, un casco de estancia en la localidad de Tristán Suárez, al sur del conurbano bonaerense. Armados con escopetas, los hombres redujeron a un policía de consigna y al sereno de la quinta e ingresaron a la vivienda, donde Granados los recibió a balazos, con un revólver calibre 38 especial, lo que después le dio oportunidad para hacer una apología de la tenencia de armas y de la mano dura (ver aparte). En el enfrentamiento, el jefe comunal sufrió la fractura de un dedo de su mano derecha por un disparo. Su esposa, la diputada justicialista Dulce Liberal de Granados, escapó por el techo para buscar ayuda y al saltar desde un primer piso se esguinzó un tobillo. Los asaltantes huyeron sin llevarse nada y hasta anoche no habían sido localizados. Aunque el fiscal que actúa en el caso y el propio Granados consideraron que fue un intento de robo, el caso tiene algunos puntos oscuros.
Los tres delincuentes llegaron a “La Celia”, ubicada en los bosques de Ezeiza, poco después de la una de la madrugada. Con el rostro cubierto por pasamontañas, primero se encargaron de reducir a los guardias que estaban en una garita, en la puerta de la quinta: un sereno que portaba una escopeta Browning 270 y el cabo primero de la Bonaerense, Carlos Verea, de la Comisaría de Tristán Suárez, que tenía una pistola 9 milímetros. Les quitaron las armas y también el chaleco antibalas y el handy del suboficial. Uno de los asaltantes se quedó custodiándolos y los otros dos irrumpieron a cara descubierta en la casa, luego de romper a patadas la puerta trasera de la vivienda. Alertado por el ruido, Granados los recibió con un revólver 38 especial, mientras su mujer saltó por una ventana y corrió unos dos kilómetros hasta un puesto de seguridad, por fuera de la propiedad, desde donde llamó a la policía.
Mientras Granados se tiroteaba con los dos asaltantes en la planta superior de la casa, su hija de 11 años permanecía en su dormitorio. “Ellos me tiraban a matar y yo les tiraba a matar. Les tiré con toda la puntería que tuve. Ojalá les hubiera pegado”, se lamentó el jefe comunal, reelecto en los últimos comicios. Según confiaron fuentes policiales, la vivienda quedó agujereada por la cantidad de balazos. “Me apuntaron con una escopeta de dos caños y me pidieron que les diera la plata. Yo les dije que no tenía, que les daba mi (reloj) Rolex”, relató el amigo presidencial de la primera hora.
Tras el tiroteo, los delincuentes escaparon sin llevarse nada en un vehículo que los esperaba a la salida de la quinta, situada en una zona semirrural de la localidad de Tristán Suárez, a 8 kilómetros de la Autopista Ricchieri. Granados fue herido en el dedo índice derecho por una bala, que le causó una fractura de la tercera falange. Las primeras curaciones las recibió en el Hospital Interzonal de Ezeiza y por la tarde fue intervenido quirúrgicamente en una clínica privada. Su esposa se esguinzó un tobillo al caer desde el primer piso de la vivienda, cuando saltó para buscar ayuda.
El caso quedó en manos del fiscal de Lomas de Zamora, Manuel Barreiro, y fue caratulado como “privación ilegal de la libertad, robo doblemente calificado y homicidio en grado de tentativa”. “Está totalmente descartado que hayan tenido otra intención que robar. Pedían plata. Fue un delito común”, aseveró Graciela Visconti, hermana de Dulce, cuyo verdadero nombre, en realidad, es Isabel Beatriz Visconti. La misma hipótesis esgrimieron fuentes policiales cercanas a la investigación, y señalaron que los robos en esa zona del conurbano están en aumento. Sin embargo, llamó la atención que el ataque se produjera en una casa custodiada por dos guardias armados, que suele recibir la visita del presidente Menem. En “La Celia” se festejó el triunfo menemista de 1989 con un descomunal asado y el jefe de Estado es habitué de su cancha de fútbol. Según informó lapolicía, la quinta contaba con un circuito cerrado de televisión, pero no registró la irrupción de los ladrones, ya que no estaba conectado para la grabación. Anoche continuaba un rastrillaje para dar con los asaltantes. Se presumía que no eran de la zona y posiblemente provengan de Virrey del Pino, en el oeste del conurbano.

 

Menemista desde siempre

Hipermenemista de la primera hora, Alejandro Granados cultivó la amistad de Carlos Menem desde antes del ‘89, en su restaurante El Mangrullo, sobre la Autopista Riccheri, o en su casa, el casco de estancia La Celia, en los bosques de Ezeiza, donde se celebró el triunfo menemista de 1989 con un asado descomunal. En la cancha de fútbol de la estancia solía jugar al fútbol la comitiva presidencial, cuando no jugaba de local, en la quinta de Olivos.
Además del Mangrullo, a Granados se le atribuye la propiedad de cabezas de ganado. Pero ni los negocios ni la casa donde vive están a su nombre: en 1996, la Justicia tuvo que embargarle el sueldo de intendente, en un juicio que le iniciaron dos ex empleados, porque no se detectaron propiedades a su nombre.
El papel de amigo fue todo su acercamiento a la política hasta 1995, cuando fue electo como el primer intendente del flamante partido de Ezeiza. Dos años antes, su mujer, Isabel Beatriz Visconti, más conocida por su seudónimo Dulce Liberal, había sido electa diputada nacional por la provincia de Buenos Aires.
Amo y señor del club Tristán Suárez, entidad de la primera B de la que es presidente, Granados integró además una lista opositora para cubrir cargos directivos en Ríver. Su equipo es esponsoreado por dos amigos del Presidente: el croata Milenko Rasik, dueño de la productora de pollos Cresta Roja, y Eduardo Eurnekian, propietario de Aeropuertos 2000. Además, el técnico del equipo, el secretario, el tesorero y el vicepresidente del club son empleados del municipio de Ezeiza.
Hace un mes fue reelecto como intendente de ese distrito. Logró el 70 por ciento de los votos, un margen que creyó suficiente para soñar con la candidatura a la gobernación bonaerense, dentro de cuatro años. Así al menos lo entendieron sus seguidores, que ya reparten remeras con la leyenda “Granados 2003”.


“Estamos en guerra”

El intendente Alejandro Granados promovió ayer la doctrina Ruckauf para combatir la inseguridad. “Tenemos que meter mano dura” contra los delincuentes, afirmó tras el tiroteo que mantuvo en la madrugada con tres jóvenes que intentaron robar su casa. Y llamó a la población a armarse “porque estamos en guerra con ellos (los delincuentes) y la guerra hay que librarla: es a matar o morir”, consideró el jefe comunal, reelecto en los últimos comicios.
“En estos momentos, en ninguna casa debe faltar un arma”, aseveró Granados y explicó que tiene un revólver calibre 38 especial desde “hace tiempo, por supuesto declarado y como corresponde”.
El intendente justicialista se mostró esperanzado de que el designado ministro de Seguridad bonaerense, el ex carapintada Aldo Rico, pueda controlar la inseguridad en la provincia durante el gobierno de Ruckauf. “Tengo muchísima fe que la gestión de Rico va a ser más que buena”, señaló luego de relatar su enfrentamiento con los ladrones. Según precisó, los asaltantes “tiraban con una escopeta de dos caños y un par de pistolas”. Granados describió que uno de los delincuentes lo insultó y le dijo que tenía un chaleco antibalas, a lo que él le respondió: “¡Te voy a tirar a la cabeza,
la concha de tu madre! Ojalá les hubiera pegado. Lamentablemente tuve mala puntería”, concluyó.

 

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