Si la
naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca. Citando a su
héroe Simón Bolívar, el presidente venezolano Hugo Chávez tuvo que desafiar ayer a los
elementos cuando un fuerte temporal entorpeció el referéndum sobre la nueva
Constitución. Las fuertes lluvias, atípicas en esta temporada, habían comenzado hace
cuatro días y hasta ayer dejaron al menos 20 muertos, 80 heridos, 11.000 sin hogar y
150.000 personas afectadas de una manera u otra. El Consejo Nacional Electoral (CNE)
rechazó planteos de suspender el referéndum afirmando que el 90 por ciento de los
votantes estaba en condiciones de votar. Sin embargo, ante informes de inundaciones y
ríos desbordados el ejército intervino aportando medios de transporte para llevar más
votantes a las mesas. Pero ya los primeros resultados favorecieron a los
chavistas: 71,21 por ciento a favor del Sí contra un 28,79. La
abstención, al menos en parte debido a las lluvias, llegó al 54,29 por ciento, superando
por diez puntos el cálculo inicial.
Al comienzo del día, el presidente desestimó confiado los efectos de la lluvia: El
pueblo está saliendo, una llama sagrada no la va a apagar la lluvia. Una hora
después, el jefe de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) Luis Miquilena se vio
forzado a admitir una prórroga en el cierre de las mesas. A partir de ese momento las
declaraciones del gobierno comenzaron a mostrar un cierto nerviosismo. El ministro de
Defensa Raúl Salazar exhortó a los venezolanos a sacar los paraguas o a mojarse,
es importante que todos nos expresemos. El vicepresidente de la ANC Aristóbulo
Istúriz lo imitó y llamó a participar de la fiesta democrática con
sombrilla o con periódicos. Para el mediodía, las complicaciones causadas
por la lluvia eran imposibles de ocultar. El ministro de Relaciones Interiores Ignacio
Arcaya afirmó que ha habido desbordamiento de ríos y quebradas, con muchas
personas damnificadas y algunos muertos: indiscutiblemente esto afecta el proceso
electoral. El CNE afirmó que no suspendería la votación en ninguno de los
estados, pero después se vio forzado a prorrogar por dos horas hasta las 18 el cierre de
mesas.
La victoria del Sí nunca estuvo en duda, pero el problema era el nivel de
abstenciones. Se esperaba que éste sería alto (45 por ciento) en condiciones normales, y
el gobierno temía que aumentara dramáticamente ante el temporal. Un votante alimentó
estos temores cuando, después de atravesar un lodazal para salir de su pueblo, le dijo al
diario El Universal que nadie quiere saber nada del referéndum: hay muchas
pérdidas materiales y hambre. En el oeste del país un 15 por ciento de los jefes
de mesa se vieron impedidos de acudir a sus puestos, y el ministro de Defensa Salazar
propuso que se elijan in situ votantes como suplentes. Más tarde Salazar tuvo que admitir
que la situación era algo más que un poquito seria, y ofreció movilizar
paraguas, lanchas o vehículos anfibios para ayudar a que el pueblo cumpla con su
derecho. Ya hay helicópteros que se han acercado a las poblaciones afectadas, no sólo a
prestar asistencia sino también a trasladar material electoral. El gobierno
declaró el estado de emergencia en los cinco estados y el Distrito Federal.
Chávez planeaba sobrevolar con helicóptero por la tarde las zonas afectadas, pero las
condiciones climáticas se lo impidieron.
Pero a las seis de la tarde el clima comenzó a obedecer a su amo, y la lluvia comenzó a
amainar. Inmediatamente comenzaron a agolparse personas en los colegios electorales, donde
se vieron grandes colas de votantes. Las mesas cerraron a las 18 horas, y a las 19.30 se
dieron a conocer los resultados oficiales. La abstención fue más alta de lo esperado.
Pero la confianza oficial en la victoria de la Bolivariana se vio vindicada.
COMO ES LA CONSTITUCION DE LA
REPUBLICA BOLIVARIANA
El ex coronel tiene quien le escriba
En 1821,
el Libertador Simón Bolívar logró la independencia de Venezuela al
imponerse sobre las fuerzas realistas españolas en Carabobo y se consagró el padre de la
República. Casi 180 años después, Bolívar tiene un entusiasta seguidor decidido a
pasar a la historia como su heredero: es Hugo Chávez Frías, ex teniente coronel, ex
miembro del cuerpo de paracaidistas, actual presidente electo y fundador de la flamante
República Bolivariana de Venezuela. Ayer, en la quinta elección nacional en poco más de
un año, el 71 por ciento de los votantes de un padrón de 11 millones habilitados
para votar le dijo Sí a la Constitución chavista. Pero menos del 5 por
ciento sabía realmente qué estaba votando.
Hoy nace una República nueva, un Estado nuevo, celebró Chávez a la salida
del jardín de infantes, donde votó. Esa fue su intención declarada desde que subió al
poder con el 56 por ciento de los votos en febrero de este año, y consiguió, en menos de
un año, que las urnas le dijeran sí a todas sus propuestas de rehacer la legalidad y la
institucionalidad del país desde cero. ¿Aprueba usted el proyecto de Constitución
elaborado por la Asamblea Nacional Constituyente?, fue la pregunta de ayer. La
mayoría lo aprobó guiada por las arengas de Chávez. Es que en un país donde casi un 80
por ciento de la población es pobre, con baja instrucción y abiertamente desconfiada del
sistema político, parecía claro que la lectura de los 350 artículos y las 17
disposiciones transitorias del texto constitucional quedaría a cargo de Chávez.
Esta constitución trata de romper con el pasado corrupto, fue una de las
explicaciones del presidente. Alusión a la hipercorrupción de los dos partidos
tradicionales la socialdemócrata Acción Democrática y el democristiano
Copei, que venían alternándose el poder desde la restauración de la democracia en
1958, y motivo suficiente como para mantener casi intacto el caudal de votos chavistas. Y
eso mismo convirtió a la consulta en una suerte de plebiscito a favor o en contra de
Chávez. Desde el lanzamiento de las campañas por el Sí, impulsada por el
oficialismo, y por el No defendida por la oposición, Fedecámaras (la
máxima agrupación patronal), algunos miembros de la Iglesia Católica y viejas
directivas sindicales, el apoyo a Chávez creció a medida que los opositores
aseguraban que el Sí era un triunfo para el presidente.
La Constitución que llegó para reemplazar a la Moribunda de 1961 expande el
rol del Estado, particularmente en el ámbito político y económico. Consagra principios
novedosos, como el reemplazo del Congreso por una Asamblea Nacional unicameral formada por
diputados, la revocabilidad por referéndum del mandato de los funcionarios electos, la
práctica del plebiscito permanente y la creación del cargo de vicepresidente. El
presidente aumentó su mandato de cinco a seis años, y ahora puede ser reelecto por otros
seis. Tiene la facultad de disolver a la Asamblea y decide los ascensos militares. Pero
los artículos que más temor despertaron en quienes siguen viendo a Chávez como un ex
golpista son los referidos a los militares. La Fuerza Armada venezolana es el pueblo
en uniforme, insistió Chávez. Así lo reconoce la nueva Carta: las Fuerzas Armadas
consiguieron por primera vez el derecho al voto y entraron de lleno en el camino de su
politización. Al mismo tiempo, la Constitución garantiza el aumento del gasto público,
que un Estado saqueado difícilmente pueda cumplir. El artículo 90 es uno de los más
polémicos: regula que la semana laboral no podrá exceder las 44 horas, y fue atacado por
Fedecámaras como un corset legal. Y se reconocen los derechos políticos y
las tierras de los pueblos indígenas.
Los cambios más radicales en el ámbito político son los que establecen dos nuevos
poderes: el Ciudadano, encargado de velar por la ética pública y la moral
administrativa, y el Electoral, que garantiza la transparencia de las elecciones.
También establece políticas sociales para niños, jóvenes, ancianos, personas con
discapacidad o necesidades especiales, pequeños empresarios, campesinos e
indígenas. Y la polémica concesión derango constitucional a la protección
integral de la maternidad a partir del momento de la concepción. |
OPINION
Una Carta Magna social
Por Alfredo Grieco y Bavio |