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"CQC" SALE AL AIRE POR ULTIMA VEZ ESTA NOCHE
Todo termina, al fin

Empezó en 1995, como un balbuceo de jóvenes revulsivos dispuestos a burlarse de lo instituido. Termina con la década, convertido en un producto exitoso.

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Por Carlos Polimeni
t.gif (862 bytes)  Mario Pergolini prometió varias veces durante los primeros años de la década que un día se retiraría de la televisión. La televisión amagó con no dejarle esa chance: Gerardo Sofovich y Alejandro Romay lo echaron, ambos de malas maneras, de ATC y de Canal 9, que alguna vez fueron importantes. Sin embargo, como podía refugiarse en su programa de radio, Pergolini terminó dando siempre la impresión de que era suyo el último portazo. El conductor no era, ni aún en la derrota, uno más en la fauna del medio. Inevitablemente daba la impresión de que estaba para más, de que sus programas eran borradores de programas mejores, que un día haría. Hace cinco años, cuando su productora estaba en bancarrota, se le cruzó una idea, que el tiempo se encargaría de calificar como brillante: concretar un noticiero corrosivo, que actuase como una defensoría televisiva de pobres y ausentes. Una especie de "La Noticia Rebelde" de los 90, pero más FM que AM.

La idea inicial fue puliéndose con el tiempo, y mutando, pero el carácter crítico, y a veces na29fo01.jpg (8409 bytes)contestario, del programa lo convirtió en una rara avis dentro de la televisión argentina. "Caiga Quien Caiga" fue como Pergolini: creció en público, con lo bueno y lo malo que eso tenga. El último programa en vivo, que será transmitido esta noche desde un escenario habitual de recitales, intentará transformar una despedida en una buena noticia: en el 2000 todos los integrantes del staff de "CQC", menos Pergolini, seguirán trabajando en programas con el sello de su productora, Cuatro Cabezas. Quizás Pergolini ya nunca se deje el pelo largo, como tantos otros de su generación, pero seguramente tampoco le dará vergüenza ajena, como le ocurría con otros programas televisivos suyos, al ver un tape, una vez que el tiempo haya pasado.

"CQC" nació en la era del menemismo consolidado, con la reelección de Carlos Menem, y da los hurras cuando ya gobierna la Alianza. No es un tema menor el del cambio de gobierno: "CQC" sintonizaba claramente con un ánimo opositor a un gobierno como el de Menem, muchas de cuyas figuras, mayores y menores, fueron abonadas a sus cámaras y noteros. "Caiga Quien Caiga" se burló de la política como a veces la política se burla de la gente. A menudo con una complicidad, por momentos con visos suicidas, de los funcionarios. Una era de pizza con champagne y de viva la pepa en el ejercicio del poder, casi como que reclamaba cámaras. Las de "CQC" no fueron las únicas, pero estuvieron a la vanguardia conceptual durante larga parte del lustro que termina. La experiencia "CQC" demostró a los dueños de los canales y a sus programadores que a veces es buen negocio apostar a la disidencia ideológica. Está claro que a la televisión le interesa todo lo que se demuestre como buen negocio.

"CQC" se las arregló para parecer independiente y antiestablishment mientras sus pautas de avisos se engrosaban con piezas destinadas al público ABC1 y sus propietarios se convertían en hombres de negocios. Pese a que funcionó siempre en una especie de tandem visual con elna29fo03.jpg (12077 bytes) programa que le sigue en el aire de América, y que lo sobrevive, "El Rayo", "CQC" consiguió una especie de gran victoria comunicacional: tener prestigio iconoclasta mientras, en realidad, era el ariete de una productora ávida de espacios. De hecho, está claro que se va del aire cuando su formato ha sido vendido por Cuatro Cabezas a la televisión estadounidense, como antes lo compraron en España. Eso significa que "CQC" seguirá siendo negocio sin necesidad de estar en el aire en la Argentina y que, en un país en el que el pasado siempre vuelve, también será negocio posible si alguna vez anuncia su regreso. Cuatro Cabezas, en tanto, tiene montada una productora de cine y publicidad, editará un diario virtual y está en condiciones de negociar programas con todos los canales de aire. De hecho, este año produjo, importando la idea de Italia, el irregular "Trip", que salió al aire por Telefé, y el programa de investigación ".doc", que se ve por Azul

Entre otras cosas, "CQC" impuso la moda de los noteros estrellas, la dictadura de los editores, y las competencia interna de equipos que operaban como células, dispuestas a todo con tal de plasmar una buena idea en una buena nota. Fue la dinámica del trabajo, y no una decisión na29fo04.jpg (9789 bytes)pensada largamente tras los escritorios, lo que condujo al programa hacia ese punto sin retorno de la obligación de la brillantez permanente. Al principio, Pergolini --aunque sólo una vez- y Juan Di Natale fueron noteros, mientras Eduardo de la Puente conseguía que su timidez lo atase al lugar de co-conductor. Andy Kusnetzoff, que antes era productor, fue, sin dudas, una estrella de luz propia dentro del equipo, especie de Max Headrom todo terreno, capaz de entrevistar con inspiración e ingenio en dos o tres idiomas, jugando siempre de local. A Daniel Tognetti, Nacho Goano y Daniel Malnatti no les quedó más remedio que mandarse por ese camino. Tognetti logró los mejores resultados, y también los peores, como se sabe. Todos, sin embargo, eso es televisión, egresan famosos de un programa al que llegaron con la cola entre las piernas.

La imagen de guerrilla bien trajeada, ese cruce de mundos, que "CQC" se lleva consigo con su despedida en vivo (el martes que viene habrá en su horario un especial con parte de sus mejores notas) parece graficar en buena medida el espacio en el que se movió, tras crearlo. El trabajo que concretó la empresa para el rodaje de los avisos de la campaña presidencial de Fernando de la Rúa la puso en un intríngulis conceptual difícil de resolver, para un programa con sus coordenadas. Barajar y dar de nuevo les permite a Pergolini y su socio Daniel Guebel descansar de la presión de este programa y manejar, desde atrás, lo que se viene. En ese futuro, Kuznetzoff hará un programa de entrevistas semanales, Di Natale una especie de otro "Trip", en compañía de Carolina Pelleriti, Tognetti se sumará a ".doc", Goano seguirá con sus informes para "El Rayo" y De La Puente editará el diario virtual. Es que Cuatro Cabezas es, a su modo, una Familia. Sólo que en lugar de tener como capos a tipos salidos de una película de Cóppola o Scorsese, tiene al frente a tipos como salidos de una película de Tarantino.

 

Los detalles de la despedida

El programa de esta noche de "CQC" será emitido en vivo desde el Teatro Gran Rex, que estará repleto de fans. El jueves, en un hora se vendieron las 3500 localidades puestas a disposición del público ávido de participar de la despedida. Los 35 mil pesos de la recaudación obtenida serán donados a la familia de un joven que debe operarse por una complicación que sucedió a una operación de médula. Lo que el programa ofrecerá al público presente y televidente será parte de una selección de las notas que hicieron su historia, a la que agregará compilados de imágenes, en formato de clip. Para compensar al público presente en la sala, en los cortes de la emisión, se pasarán notas que, por diversos problemas, o excesos, no fueron televisadas. Los noteros del ciclo participarán de este programa --en la historia no aparecieron jamás en vivo, salvo Nacho Goano-- interactuando con el público. Entre las notas más recordadas de la historia del ciclo están dos con Fidel Castro --una de asalto, en Bariloche, otra larga en Brasil-- y una con Bill Clinton, a quien se le entregó un ejemplar del Kamasutra, luego de su affaire con Mónica Lewinsky. La tocada de culo a Norberto La Porta (ver foto) durante una bicicleteada y la despedida con mariachis y chicas al ahora ex ministro Carlos Corach que también integran la galería de momentos bizarros del programa. Los editores de Cuatro Cabezas, verdaderas estrellas ocultas del programa, estuvieron trabajando arduamente durante la última semana para completar el material de este programa y el que lo sucederá. "CQC" ganó el Martín Fierro al mejor programa periodístico en 1996, para enojo de Mariano Grondona, y Andy Kuznetzoff lo consiguió este año como mejor conductor periodístico, pese a que no es ésa su tarea.

 

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