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La vía láctea del HUMOR

Está por abrir sus puertas, en el Centro Cultural Recoleta, la Primera Muestra de Humor Gráfico sobre Lactancia Materna.
En ella, humoristas mujeres y varones –Maitena, Sendra, Quino, Sabat, Meiji, Petisuí, entre otros–
exponen las ideas que les sugiere la vieja, económica y querida teta.

Por Moira Soto

Dos pechos turgentes casi reventaban una camiseta musculosa y debajo podía leerse: "Para muchos, esto es lo más importante que usted tiene para dar". La equívoca campaña –que llevaba el aval de Unicef Argentina, la Sociedad Argentina de Pediatría y el Consejo Publicitario Argentino– pudo verse hace un tiempo en la calle y en la tele. En otra de sus imágenes exhibía un par de tetas realzadas por un fetichista corpiño transparente y el texto remitía a la calidad del envase. Antes que estimular a las mujeres –en situación de hacerlo– a dar de mamar a sus bebés, esa campaña hizo que a montones de espectadores que habían dejado hacía rato largo de tomar leche materna o artificial, se les cayera la baba por razones por completo ajenas al objetivo de la campaña.
Bibi Vogel –actriz, cantante, realizadora de videos, conocida por su activismo en el campo de la lactancia materna– está de acuerdo en que esa campaña estuvo mal encarada y desvirtuó el sentido que se le quiso dar. Por eso, ella preparó con sumo cuidado la Primera Muestra de Humor Gráfico sobre Lactancia Materna que tendrá lugar entre el 3 y el 22 de agosto en el Salón de Historieta del Centro Cultural Recoleta.
"Creo que el humor es entrador, que puede promover muchas cosas. Y me parece fantástico que la risa actúe como disparador de un debate", dice Vogel antes de declararse "feminista, radicalmente feminista. Desde esta posición planteo la lactancia materna, una discusión que nunca nos dimos, principalmente, entre las feministas argentinas. Sí en Brasil, sí en algunos países de Europa. Mi inquietud es plantear la discusión, no señalar que hay que dar el pecho sí o sí. Mi planteo es: vamos a intercambiar ideas sobre lo que significa para una mujer tener dos pechos que producen leche que es muy benéfica para los bebes, y por qué, por una u otra razón, se suele dejar de vivir esa experiencia, se rechaza esa posibilidad. Esta muestra, que auspicia la Sociedad Argentina de Pediatría, es uno de los proyectos alternativos para promover la lactancia que más me ha interesado poner en marcha".


Cada mellizo en su teta es el modo de mamar
La primera idea de organizar una muestra de humor gráfico en torno de la lactancia se le aparece a Bibi Vogel en el '91, gracias a Rep: "En la tira, Revolú fue papá de mellizos. Uno de los dos se negaba a nacer, hasta que un día se decide a salir. En esa ocasión, en el cuarto cuadro aparecía la mamá, Adriana, con ambos chicos, uno en cada pecho. Me pareció una imagen fantástica para este tema que me interesa y al que me dedico desde hace veinte años, cuando nació mi hija. Pensé que tenía que hacer algo al respecto, todavía no sabía bien qué. Me puse en contacto con Rep, a quien no conocía. Le hablé de la importancia de sus imágenes, de lo bueno que era reconocer el placer de la mujer, de la envidia del hombre. El entendió y compartió mi punto de vista y desarrolló en muchas entregas situaciones donde se planteaban esas situaciones y emociones. Y yo me quedé prendida del humor como vehículo para transmitir ciertas ideas que mejoran la calidad de vida –de salud, de vínculo afectivo, de economía– de las mujeres, los niños, la familia en general".
El año que viene se cumplen veinte años en Brasil de la fundación de las Amigas do Peito, un grupo de discusión sobre lactancia, que hoy es una organización importante: "Tuvimos una incidencia muy grande en Río y por extensión en otras zonas de Brasil. A tal punto que cambiamos el sentido de la expresión Amiga do Peito, que en portugués significa amiga del alma. Hoy, en Brasil, es mujer que amamanta". Entonces, la intención inicial era celebrar el vigésimo aniversario de las Amigas del Pecho con la exposición de humor. Pero había que esperar un año y la impaciente Bibi barajó la posibilidad de hacer primero esa muestra en Buenos Aires.
Con ese fin, consiguió un listado de posibles participantes y fue hablando –individualmente– con todos ellos. A cada uno le alcanzó carpetas con material informativo y un poco de conversa personalizada: "Fui viendo, de acuerdo a cada caso, como se podría entrar en el tema. Y explicar que no es sólo dar el pecho porque alimenta mejor e inmuniza el chico: es también un tema político sobre cómo inciden y presionan las multinacionales para vender su producto. Incluso hay un enfoque nuevo del tema desde la ecología". Así fue que Bibi Vogel habló con unos treinta hombres y apenas cinco mujeres, de las que quedaron cuatro. La organizadora lamenta que haya pocas dibujantes porque le interesaba sobremanera el enfoque femenino. Algunos de los varones estaban más sensibilizados por ser padres de chicos amamantados. Otros, muchos, cuyas mujeres no dieron el pecho o sin hijos, veían sólo el chiste verde. Y también hubo quienes "tuvieron como un bloqueo, no le encontraban la vuelta humorística".
"Entre las mujeres", detalla Vogel, "Maitena amamantó, lo que facilitó las cosas. Ella realizó dos historietas excelentes. Petisuí, que no tiene hijos, hizo una linda referencia pictórica con querubines haciendo cola para que una Madonna los alimente. Flor, una humorista de Rosario que conocí a través de Fontanarrosa, es muy jovencita y su primera reacción fue ¿de qué me hablás? Después de informarse y discutirlo, hizo un trabajo muy personal. Me encantó el humor práctico y actualizado de Ana Pili. En general, el trabajo de los humoristas es espectacular, superó mis expectativas. Es una convocatoria inédita que ojalá se reproduzca en el mundo. Mi intención es llevar esta muestra a Río y sumarla a la que ya están preparando los humoristas gráficos brasileños".


Aprender a
amamantar

Según Vogel, la problemática de la lactancia empezó a ponerse realmente sobre el tapete hace alrededor de treinta años, "ya que la generación que nació en los años 50 y 60 tomó biberón, era la cultura imperante. Es que fue durante la Segunda Guerra cuando las empresas norteamericanas descubrieron la amplitud del mercado y empezaron a mejorar sus productos. Al terminar la guerra, advirtieron que la leche en polvo podía ser vendida en otras zonas. La promoción tuvo tanto éxito que lograron revertir la cultura de la lactancia materna por la de la leche en polvo. Hasta que a fines de los 60, comienzos de los 70, se conoció un estudio hecho en Africa que probaba que la enorme mortalidad infantil se debía al consumo de leche en polvo sin cumplir las imprescindibles normas de higiene. En ese momento, aunque se conocieran las obvias ventajas de la leche materna (más digestiva, un segura contra la diarrea, etc.), la leche en polvo era vendida como tan buena cuando no mejor, y pocas mujeres se cuestionaban su consumo. La perdiz se levantó, pues, en Africa, y luego se publicó un libro que demostraba que en los países pobres no se podía emplear debidamente la leche en polvo, que resulta un buen sustituto pero en condiciones perfectas de uso: cantidad, higiene, calidad del agua ... Cosas que faltan en cualquier lugar del Tercer Mundo".
A partir de los años 60, empiezan a crearse grupos de autoayuda que tienen su origen en la norteamericana Liga de la Leche. "Amigas do Peito está en esa línea", aclara Bibi Vogel. "Actuamos mucho con la mujer desde su autoestima, desde su necesidad de trabajar fuera de casa y cómo compatibilizarlo con el amamantamiento. Si esa mujer tiene una maternidad feliz, deseada –un detalle fundamental– es más fácil y placentero, al volver a casa, poner el bebé al pecho y poder revincularse, alejando la culpa y la ansiedad que genera el tener que salir durante varias horas."
Vogel recuerda que hay un código internacional que la Argentina firmó en el '81 en Ginebra que no se cumple localmente en todos sus puntos. Ejemplos: la prohibición de poner en la lata de leche en polvo la palabra "maternizada" y de ilustrarla con la imagen de un bebé rubio, lindo y gordo. También está vetada la distribución gratis en hospitales a madres recientes. La organizadora de la Primera Muestra de Humor Gráfico sobre Lactancia Materna, reconoce que en el caso de las mujeres desnutridas, el dar el pecho –aunque la leche es perfecta hasta los seis meses– la somete a una suerte de vampirización. "Pero ahí ya se trata de un problema de injusticia social que provoca miseria y hambre. Asimismo, es lógico que las madres adolescentes de hijos no deseados se resistan a dar la teta. Aquí aparece otra cuestión, que su suma a la pobreza: la falta de información y acceso a métodos anticonceptivos. Recordemos, por otra parte, que aunque no es seguro en el ciento por ciento de los casos, la lactancia actúa como un anticonceptivo natural al inhibir ciertas hormonas, protegiendo a la madre de un embarazo demasiado cercano y al bebé que necesita su atención. Sin duda es un paliativo en los casos en que no se cuenta con otros métodos."
Lo cierto es que la cultura impuesta de la leche en polvo convirtió a su vez al amamantamiento, el sistema más natural de alimentar a un bebé, en un hecho cultural: "A amamantar hoy se aprende, dejó de ser un gesto instintivo", puntualiza Bibi Vogel. "Muchas madres de las chicas jóvenes de hoy no dieron el pecho, se rompió una cadena de madres a hijas sobre todo en las ciudades. Además, todavía se aplica a la lactancia el horario de la mamadera. Incluso no faltan los médicos que te indican matemáticamente: diez minutos de un pecho y diez minutos del otro, cuando habría que aplicar el refrán: cuando el bebé llora, darle de mamar. Con disfrute y con afecto."