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Posdata: tu
corazón ha muerto
Por
José Pablo Feinmann
Peter Sellers era un hombre de corazón débil. Tal vez esta frase sea confusa
y lleve a algunos lectores a creer que se trataba de un hombre bueno o
generoso. No, era cardíaco. Casi se muere durante su luna de miel con
Britt Ekland, una linda rubia (seguramente sueca) que no valía mucho;
era, digamos, una Elke Sommer de segunda, lo cual es grave porque Elke
Sommer, en sí, era ya de segunda. Sellers no era de segunda. Alcanzó algunas
cimas no fácilmente alcanzables y de ahí que todavía forme parte del orgullo
británico. Sellers aprendió del gran Alec Guinness un truco muy inglés:
nada como hacer muchos personajes para deslumbrar a la audiencia. Lo hizo
brillantemente dos veces, en dos películas muy distintas pero parecidas
en un punto: las dos eran formidables. La primera fue Rugido de ratón
(�The Mouse That Roared�, 1959) y Sellers era ingenioso: un pequeño país
le declara la guerra a los Estados Unidos para perderla y recibir la ayuda
que el Tío Sam ofrece a los derrotados. Sellers hacía tres papeles, tal
como en la célebre y celebrada Doctor Insólito, de 1964, por la que obtuvo
su primera nominación al Oscar, que nunca ganó. En esta peli de Kubrick,
Sellers hacía un militar, un presidente de los Estados Unidos y el extravagante
doctor del título, Strangelove. El militar se llamaba Lionel Mandrake
y jugaba sus escenas con un paranoico y delirante general llamado Jack
D. Ripper que Sterling Hayden hacía poderosamente. El presidente se llamaba
Muffey y era como Mandrake, apocado y tímido. Strangelove posibilitaba
el lucimiento de Sellers: debía contener su mano derecha con la izquierda
para no hacer el saludo nazi; pugnaba por llevar el mundo al caos nuclear.
Campeón de la Guerra Fría, era partidario de apretar los botones y volar
en pedazos a los soviéticos. Sellers nunca trabajó en un film superior.
Salvo, tal vez, La fiesta inolvidable. No se llevaba bien con los objetos.
Se inspiraba en esto en Jerry Lewis y en Los tres chiflados. El inspector
Clouseau es impensable sin Curly, Larry y Moe. También sin Jerry Lewis.
Toda la gracia de Clouseau residía en que era torpe y en que era torpe
porque era tonto. Tal vez la mejor haya sido Un disparo en la sombra,
donde Sellers enamoraba �torpemente, claro� a Elke Sommer, esa Britt Ekland
de primera, pero sólo eso. Todas las películas de Clouseau fueron dirigidas
por Blake Edwards. Blake dirigió a Clouseau aun después de la muerte de
Sellers, ya que armó una peli con el material sobrante de las anteriores.
Cosas del cine. Como sea, Edwards le ofreció a Sellers un gran unipersonal:
La fiesta inolvidable. Los críticos norteamericanos no aprecian excesivamente
esta película que deleitó a una generación de argentinos. Dicen eso, que
fue un unipersonal (one man show) de Sellers y sólo eso. Es más que eso.
La parodia de Gunga Din en la apertura y toda la primera parte del film
son deliciosas. Sellers no tuvo mucha suerte en los 70. Filmó en Europa,
coproducciones, y ya se sabe que las coproducciones raramente han sido
buenas para las estrellas. Pero Sellers tuvo un gran regreso, en 1979,
con Desde el jardín (�Being There�, de Hal Ashby). Los actores cómicos
anhelan hacer papeles serios. Saben que el público habrá de considerarlos
finalmente actores cuando los vea llorar o sufrir. Desde el jardín se
basaba en un best-seller de Jerzy Kosinski y fascinó a los críticos norteamericanos.
Sellers fue nominado al Oscar por segunda vez pero perdió ante Dustin
Hoffman. Hoffman ganó con Kramer vs. Kramer, una película que fue considerada
por la Academia superior a Apocalypse Now. The horror. El que ganó un
Oscar por Desde el jardín fue Melvyn Douglas, que hacía de viejito que
se moría, papel que hizo durante todos los últimos años de su vida hasta
que, por fin, murió. Había sido el galán de Greta Garbo en Ninotchka y
mi mamá me habló de él durante toda mi infancia. Lo odio. Confieso (el
sagaz lector ya lo habrá advertido y el no sagaz también) que nunca se
me dio por Peter Sellers. Estuvo en El quinteto de la muerte, pero esa
peli era de Alec Guinness, que lo superaba ampliamente. Hizo la del rugido
del ratón, que no estaba nada mal. Y en Doctor Insólito Kubrick lo manejó
y lo controló, además de ponerle un formidable guión en susmanos. Blake
Edwards también le dio lo suyo en La fiesta inolvidable y -aquí sí� Sellers
estuvo inolvidable. Pero Desde el jardín, alguien tiene que decirlo, es
de una petulancia abominable. Se murió el 24 de julio de 1980, de un ataque
al corazón. Cuando Billy Wilder se enteró de la noticia dijo: �¿Cómo murió
así? Para que te dé un ataque hay que tener corazón�.
El
ciclo Peter Sellers en el BAC (Suipacha 1333) comienza el 12 con la proyección
de El quinteto de la muerte (a las 17, 19 y 21 horas) y continuará todos
los martes hasta el 7 de diciembre. Durante este mes se proyectarán Lolita
(19/10) y Vals de los toreadores (26/10) y el 2/11 va Doctor Insólito.
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