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Página/12 Por Pablo Rodríguez En su primer día como presidente electo, Ricardo Lagos no puede estar tranquilo ni siquiera en el piso 14 del Hotel Carrera, sede de lo que fue su comando electoral. No sólo por el ir y venir de los periodistas. Varias personas, como una señora que se presentó como Inés Alvarez, se atrevían a subir los 14 pisos por escalera, dado que todos los ascensores estaban atascados. Lagos se detiene, conversa, pero la situación no da abasto: en la salida principal, lo esperan muchas más personas que le piden fotos, le dan la mano y hasta le sugieren medidas de gobierno. --Parece que sus primeros días van a ser muy ajetreados. --Sí, así es. Hay que estar cerca de la gente. --¿Se puede decir que la derecha les dio un susto? --Bueno, fue una elección estrecha, claro que lo fue. Esperábamos ganar en la primera vuelta y tuvimos que ir a una segunda. Pero en definitiva fue mejor, porque nos vimos obligados a escuchar a la gente. Creo que lo hicimos y que por eso ganamos. Ahora tenemos un gran desafío por delante. --¿Cuál va a ser la primera medida de gobierno que va a tomar? --Espero poder mandar al Congreso un proyecto para instaurar un seguro de desempleo. --¿Qué va a pasar con la reforma laboral, que en la primera vuelta fue un tema central y en esta segunda quedó opacado? --Bueno, el seguro de desempleo forma parte de una reforma laboral. Me gustaría poder avanzar en ese terreno. --¿Se puede avanzar teniendo en cuenta la oposición que la derecha, y hasta dirigentes de la Concertación, presentaron en su momento a esa reforma? --Creo que tenemos que tratar de lograr algún tipo de acuerdo para sacar esta ley, que a mi juicio es muy, pero muy importante. Tenemos que caminar hacia un país más justo, donde el crecimiento y el aumento de la productividad se transforme también en aumento de salarios. --¿Qué acuerdos macro piensa que puede realizar con la derecha? --La verdad, me gustaría ver los temas operativos, concretos, en materia de salud y en materia de educación. Ojalá después puedan aparecer otros temas, pero en principio estas son mis prioridades absolutas. --¿Ya tiene definido el futuro gabinete? Se habla de Soledad Alvear para el Ministerio del Interior, o del actual canciller Juan Gabriel Valdés para el Ministerio de Defensa. --El gabinete lo daré oportunamente. Lo único que le puedo asegurar es que serán ministros de Estado de todo el país. Nuestra coalición política no es la dueña de los cargos. --Los últimos números dados por el Ministerio de Economía y por un estudio de la Universidad de Chile indican que ya hay signos de reactivación económica. --Habíamos pensado en un 4,5 a 5 por ciento de crecimiento para este año, pero el desarrollo de estos últimos números hace pensar que, si hacemos un esfuerzo, podemos crecer un seis por ciento. --¿Puede dar garantías de que Pinochet va a ser juzgado cuando vuelva? --Como presidente, haré respetar el Poder Judicial, sin ningún tipo de interferencia en él, y haré respetar la Constitución nacional. Más garantías que ésas, sencillamente, no hay. --En su discurso de anoche (por anteayer), usted habló sobre la necesidad de un proceso de integración en América latina. ¿Cuáles son los puntos salientes de esa integración? --Creo que lo más importante es la configuración de una política de acuerdos políticos y económicos. Una configuración que sea mucho más fuerte de la que existe actualmente. Las condiciones en América latina están dadas para encarar un proyecto semejante. Chile y el resto de los países latinoamericanos tienen que elevar su voz en el mundo. El mundo del siglo XXI estará conformando por grandes bloques económicos y debemos ser uno de esos bloques. --También dio a entender que debería haber una suerte de reformulación de la Concertación. --Mira, lo principal es estar más cerca de la gente. Por ese lado pasa una cierta reforma de la Concertación. He dicho ya muchas veces que he escuchado el mensaje de la gente en la primera vuelta. Y lógicamente, la Concertación también escuchó ese mensaje. Este país necesita una Concertación fuerte. Esta es la fuerza política que recuperó la libertad para Chile, la que sostuvo el crecimiento económico y la que garantiza la estabilidad política de nuestro país. Y es la que va a sacar a este país adelante.
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"Nos
sorprendió tener que ir a una segunda vuelta, pero en realidad fue mejor, porque nos
vimos obligados a escuchar más de cerca a la gente." En una entrevista exclusiva con
Página/12, el presidente electo de Chile, Ricardo Lagos Escobar, mantuvo la misma
prudencia que marcó sus discursos desde aquel 12 de diciembre cuando la derecha, con la
candidatura de Joaquín Lavín, le empató la elección presidencial a la Concertación de
Partidos por la Democracia. En aquel momento, Lagos dijo claramente que "he escuchado
el mensaje de la gente", una imagen que figurará en toda crónica futura sobre su
vida, tanto como el dedo levantado con el que emplazó al dictador Augusto Pinochet a
abandonar el poder en 1988. Lagos expresó a este diario que su primera medida será
impulsar "un seguro de desempleo, como parte de una reforma laboral". También
admitió que deberá llegar a acuerdos con la derecha "en temas concretos,
operativos, en materia de salud y educación". Y Lagos también habló de la bola
candente que le espera como primer mandatario: el retorno de Augusto Pinochet. "Como
presidente, haré respetar el Poder Judicial y haré respetar la Constitución nacional.
Más garantías que ésas para un eventual juicio a Pinochet, sencillamente, no hay",
afirmó.