Por Gabriel Alejandro Uriarte
�Lo
que sucede en Austria es, en esencia, nazi.� Pocos cuestionarían la
autoridad de Alfredo Bauer (75) para hacer tal afirmación. Forzado a
emigrar a la Argentina luego del Anschluss de Austria a Alemania en 1938,
preside el Movimiento contra el Racismo, la Xenofobia y la
Discriminación, fundado por iniciativa del club socialista Vorwärts, que
Bauer también integra. Autor de muchos libros, en 1992 publicó uno sobre
sus viajes por Austria donde ya advertía el peligro que encerraba el
entonces casi desconocido político neonazi Joerg Haider. Sin embargo,
aunque considera que en Austria existe una serie de factores que alientan
el neonazismo, subraya que el factor esencial del fenómeno es una crisis
del capitalismo espoleada por la caída del Muro de Berlín. Es
especialmente en ese país con credenciales neonazis aparentemente
intachables, Alemania, donde Bauer considera que se viene el próximo
golpe del neonazismo.
�¿Cómo recibió la noticia de la entrada de los neonazis al gobierno
austríaco?
�Para mí no es nada nuevo. Yo soy conocedor de la situación en Austria
y esto viene de bastante lejos. No lo considero un fenómeno austríaco
exclusivamente. Tiene que ver con la crisis del sistema capitalista que,
para sorpresa de mucha gente pero no para mí, no se alivió con la caída
del sistema socialista sino que se acentuó. Hay una crisis general. Te
preguntan por qué en un país con un bajo nivel de desocupación ocurre
el fenómeno nazi. El problema es que la crisis no es sólo económica
sino que es además emocional, psicológica y cultural. Hay una crisis de
identidad en Europa. Un choque entre lo llamado desarrollado y
subdesarrollado que acentúa los conflictos raciales. No me sorprende
entonces el ascenso de Haider.
�¿Pero por qué la primera manifestación de esta crisis se produce en
Austria?
�Yo pienso con todo que el neonazismo no es propio de Austria y menos
aún limitativo de ella. Para mí esto se engloba con tendencias similares
en Alemania, ayudadas por el derrumbe del prestigio de Kohl. Esto es algo
que va a favorecer las ideas revanchistas de los monopolios alemanes, que
si bien fueron derrotados siempre tuvieron la idea de revertir el
resultado de la Segunda Guerra Mundial. Ya iniciaron una nueva marcha
hacia el este, con la incorporación o la conquista de la República
Democrática Alemana y la proyección económico-político hacia Rusia.
Esto puede tomar un carácter mucho más agresivo. El asunto es que la
xenofobia, el caballito de batalla de Haider y otros grupos parecidos en
Alemania y en otros países, siempre es así. También fue así bajo
Hitler: la xenofobia, el llamado enemigo interno, es una escuela para la
xenofobia hacia afuera. Es decir, se aprende a odiar al vecino y a marchar
contra él: el judío en la Alemania hitleriana y ahora el turco. Pero la
idea eventual será la proyección hacia afuera y eso se viene, me temo,
muy pronto.
�¿Cuáles son estos elementos �revanchistas� en Alemania?
�Por ahora sólo están abiertamente representados en partidos neonazis
muy pequeños. Obtienen unos municipios, obtienen representantes, pero
todavía no se han podido expandir. En Austria ese tipo de partidos
desaparecieron porque todos se cobijaron bajo el FPOE de Haider. Eso va a
pasar en Alemania. Se va a formar un partido grande.
� Un partido grande...
�Neonazi, para mí sí.
�¿Apoyado por ex democristianos desilusionados con Kohl?
�Sí, precisamente.
�¿Cómo se explica el auge explosivo de la popularidad de Haider en
Austria?
�Para mí las presiones europeas fueron un serio error. Una cosa es la
solidaridad con las fuerzas democráticas austríacas que buscan revertir
eso. Pero otra es llamar a embajadores, presionar. Eso tienenecesariamente
que desencadenar la idea de que �a nosotros nos imponen cómo tenemos
que votar�. Con Waldheim fue muy parecido. Haider es muy hábil, muy
inescrupuloso, y juega esa carta. Incluso el canciller Schuessel afirmó,
lo que es una barbaridad, que �nosotros no somos un país
tercermundista, por lo tanto nosotros no necesitamos lecciones en
democracia�. De modo que aquí estamos en un país mentalmente
subdesarrollado y sí necesitamos lecciones.
� Pero el crecimiento de la popularidad de Haider era un hecho aún
antes de las presiones europeas.
�Bueno, la xenofobia cabalga sobre un problema existente. Pero no hay
que confundir. En Austria es mentira que estos refugiados amenacen los
puestos de trabajo de los austríacos, que amenacen su vivienda, los
lugares en la escuela. Todo eso es mentira. Pero el hecho de que chocan
culturas diferentes no es del todo fácil de manejar. Hay que tener cierto
nivel para buscar la comprensión mutua entre diferentes culturas. Hay
antecedentes positivos en ese sentido también. Austria fue siempre un
país de inmigrantes. Incluso la nacionalidad austríaca tiene una raíz
germana, eslava, latina (es decir italiana) y judía. De modo que la
incorporación se producía desde hace mucho tiempo y se va a seguir
produciendo, como por ejemplo cuando los checos entraban masivamente al
fin del siglo pasado. Ahí donde se tocan diferentes culturas, ahí es
donde el odio surge.
�Ese tipo de xenofobia no se limita a Austria. Ahora, ¿podríamos
calificar directamente lo que sucede en Austria como nazi?
�Esa es la pregunta. Yo diría, viendo el asunto desde todos los
ángulos, que lo que está pasando en Austria es, en esencia, nazi. Por el
lenguaje, por la agresividad, la falta de un verdadero programa nacional
en el sentido abarcativo, y por la potencial orientación hacia un
conflicto internacional, yo lo calificaría de nazi. No a la ligera como
lo hace mucha gente, porque efectivamente hay diferencias muy
sustanciales. También en cuanto a la imagen histórica. Una de los
elementos fundamentales del discurso de Haider es �basta de culpar a
toda a la generación de la Segunda Guerra Mundial�. De este modo,
justifica históricamente esa guerra. También en ese sentido es nazi.
�¿Cuáles son los sectores en la sociedad austríaca que apoyan a
Haider?
�La intelectualidad, especialmente los artistas, están francamente en
contra de Haider, y lamentablemente los asalariados están más a favor
que el promedio de la población. Y Haider, aun cuando intenta poner una
cara respetable, ataca a la cultura. La cultura es parásita. La gente
trabajadora es robada por las subvenciones que le dan al arte. Yo siempre
digo que es propio del fascismo transformar el natural odio del pobre
contra el rico en el no natural odio del inculto contra el culto. Y eso
Haider lo hace en forma muy definida.
�Usted mencionó que unos de las motivaciones de los votantes de Haider
es una cierta reivindicación del pasado nazi de Austria...
�Yo diría que hay tres factores. Xenofobia por un lado. Por el otro
cansancio de la repartija de puestos entre social-demócratas y
conservadores. Y en tercer lugar algo como lo que usted menciona. Porque
por un lado no se había hecho una seria denazificación, pero
continuamente se hablaba del asunto. Hay un sentimiento de �déjennos
tranquilos con lo que pasó hace 50 años�. Ese es un factor. Juntos
estos tres son los factores fundamentales del ascenso de Haider. Cuando
estaba en Austria yo nunca hablé con ningún partidario de Haider...
¡dado que en el ambiente intelectual no había ninguno! Pero,
lamentablemente, entre la gente asalariada... Por otra parte, lo que sí
encontré es esa xenofobia, incluso en amigos. Un compañero de escuela
dice �tengo que ir al médico pero en mi prepaga el médico es árabe y
voy a tener que esperar hasta que atienda a todos los árabes ahí. Pronto
voy a tener que aprender yo medicina porque todos los médicos van a ser
árabes�. Y esas personas no son los malos, son los buenos. Dicen cosas
como �no puedo estacionar porque losestacionamientos están llenos de
turcos�. Y le repito, ésos no son los malos, son los buenos.
�¿Cuáles cree que serán los próximos pasos de la coalición
negroparda?
�Para mí, buscará formar un bloque con las fuerzas de derecha y
ultraderecha en Alemania. Me llamó mucho la atención el viaje de
Schuessel y Haider a Berlín. Me llamó mucho la atención que la
reacción adversa dentro de la UE fue especialmente de Francia y Bélgica
pero que la defensa viniera de Alemania. Hay que entender que en Alemania
el poder real, o sea los monopolios, el gran capital, está empeñado en
reponerse agresivamente de la derrota que sufrió en el �45. Porque no
sólo el nazismo sufrió la derrota sino también el imperialismo alemán.
Hasta ahora, con Kohl, y sin una seria resistencia del Partido
Socialdemócrata, estos monopolios estaban perfectamente bien. Kohl logró
eso de tragarse a la República Democrática (ex Alemania oriental, NdlR),
de proyectarse hacia el este. Pero van a necesitar un instrumento más
agresivo, y eso que se formó en Austria lo veo venir en Alemania.
�¿Cree que es una posibilidad que Haider llegue pronto a ser canciller?
�Sí, sí. Ya se comporta como si lo fuera. El, ¿qué cargo tiene? Es
gobernador de una provincia pero habla en nombre de Austria.
�¿Cuáles serían las políticas del canciller Haider?
�Ajuste, persecución a los extranjeros. Cuotas. En las escuelas habría
proporciones máximas de estudiantes hijos de inmigrantes. Ajuste que
castigará a todos y a la cultura especialmente. Para mí, va a buscar
formar un bloque europeo revanchista. Eso también lo preveo.
�¿Cómo ve las sanciones impuestas por los países de la Unión Europea
(UE) contra Austria luego de que Haider entró al poder?
�Se ve que a Haider no le dan ningún miedo estas sanciones. El actúa
con una altanería, un engreimiento extraordinario. Se siente muy seguro.
Me preguntaron recientemente si pensaba que las sanciones eran muy blandas
y yo dije que sí, que yo opino que son muy blandas ¡y que Haider opina
que son muy blandas! Es una de las pocas cosas en las que coincido con
él.
�¿Qué podrían hacer los países de la UE que no hacen ahora?
�Las cosas de Estado a Estado no son útiles. Porque no estimula las
fuerzas democráticas. Al contrario, aglutina al pueblo alrededor del
gobierno y de la fuerza estatal que tiene. La reacción contra Haider debe
ser a nivel popular y con absoluta claridad de que la solidaridad es para
con el pueblo austríaco para revertirlo. Nosotros, con los actos que
hacemos nos orientamos en ese sentido. Lo de Haider lo cambiará el pueblo
austríaco, con solidaridad del mundo.
�¿Cree que esto puede ser efectivo?
�Ante todo, ha habido un desbloqueamiento político en Austria. Antes la
política era prácticamente ir a elecciones cada cuatro años. Ahora hay
gente en la calle, hay marchas. No me gustan los gases lacrimógenos, los
escudos y los bastones de la policía, pero hay gente en la calle. Y el
gobierno no pudo caminar en la calle (cuando asumió, el pasado 4 de
febrero, NdlR). Los sindicatos se ponen en movimiento. Y claro, el ajuste
lleva a eso. Hay continuamente masas populares en las calles.
�¿Está satisfecho con la reacción del gobierno argentino?
�Bueno, yo confío más en las entidades de derechos humanos. Nosotros
hemos reaccionado inmediatamente. Yo el 7 estuve en un acto convocado por
Memoria Activa, de la que nadie habló en los medios. Pero hubo la otra,
de que sí hablaron, adonde fue Alfonsín, que dijo lugares comunes, nada
más. Porque son muy fáciles de decir. El habló de la xenofobia, pero no
habló de crisis. Pero con todo estoy contento que los pueblos reaccionen
así, porque no es sólo acá que lo hacen.
|