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DIPUTADOS APROBO LA REFORMA LABORAL POR 137 VOTOS CONTRA 93
El milagro de la unidad del peronismo

A último momento, la bancada del PJ, algunos de cuyos integrantes impulsaron leyes más drásticas aún, decidió votar contra la polémica reforma laboral del Gobierno. Hasta un día antes, el bloque del PJ había dejado en libertad a sus miembros para votar.

Bloque: Unos 50 diputados exigieron al jefe de la bancada una actitud de franco rechazo a la norma impulsada por el Ejecutivo y consensuada con los gordos de la CGT.

El recinto durante un debate donde todos ya sabían lo que se iba a decir.
La decisión de los legisladores del PJ dejó mal parados a gobernadores y sindicalistas dialoguistas.


Por Fernando Almirón

t.gif (862 bytes) La Cámara de Diputados aprobó ayer en general y en particular el proyecto de reforma laboral que ahora pasará al Senado donde la Alianza espera convertirla en ley. Con 137 votos a favor y 93 en contra, la norma no logró el consenso esperado y anunciado el jueves en la Casa Rosada ya que a último momento la bancada justicialista decidió rechazar el dictamen de mayoría que antes había apoyado. El cambio de actitud del PJ fue la alternativa que encontró Humberto Roggero para preservar la unidad del bloque en el que rebotó peligrosamente la división de los líderes cegetistas. �No podíamos quedarnos pegados con la foto de Rodolfo Daer abrazado a Fernando De la Rúa mientras otros marchaban en protesta hacia la Plaza de Mayo�, argumentaron los peronistas justificando una secuencia de cambios de actitud que fueron del apoyo, pasando por la libertad de conciencia, hasta terminar en el rechazo. En la alianza votaron en disidencia la frepasista Alicia Castro y la radical Elisa Carrió, entre otros nueve legisladores de la bancada.
El debate comenzó después de hora, unos 80 minutos pasadas las 10 de la mañana. El motivo: los diputados justicialistas se encontraban reunidos en el tercer piso del Congreso desde la 9 y no bajaron hasta que consiguieron unificar una nueva posición frente al acuerdo entre el Ejecutivo y los �gordos� de la CGT. Si bien el bloque opositor intentó tomar distancia de la interna sindical, terminó apoyando la posición del sindicalismo combativo. El miércoles por la noche, la presidencia del bloque había anunciado que dejaría liberada a la conciencia de sus legisladores la votación de la norma. Ya había rebotado en la bancada justicialista la ruptura entre los caciques de la central obrera, que separó las aguas entre Daer y el jefe del MTA, Hugo Moyano.
Al mismo tiempo entre los diputados peronistas venía siendo afectada por las múltiples internas que hoy atomizan al justicialismo y que se potenciaron con el tratamiento de la reforma. Por un lado hubo divisiones en el duhaldismo donde Hilda �Chiche� Duhalde y José María Díaz Bancalari �que se negaban a dar su aprobación �se enfrentaron con novedosos adversarios: Rafael �Balito� Romá y Eduardo Camaño, entre otros diputados, todos ellos duhaldistas que se mostraron repentinamente propensos a respaldar el proyecto del Ejecutivo, en sintonía con el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf. Aseguran que el grupo de los �duros� contra la norma llegó a sumar 17 legisladores bonaerenses.
Por su parte el puntano y veterano dirigente ferroviario Oraldo Britos, si se quiere un histórico en la oposición a las reformas laborales, armó su propio lobby para enfrentar a los gobernadores del PJ que habían manifestado la intención de lograr a toda costa el consenso con el gobierno nacional, entre los que se contaban el cordobés José Manuel De la Sota, el pampeano Rubén Marín y el misionero Carlos Rovira. Britos habría sumado, junto al ex gobernador entrerriano Jorge Busti, a una veintena heterogénea de diputados del interior, entre ellos la esposa de Ramón Saadi, Pilar Kent, al hijo de Eduardo Menem y al riojano Adrián Menem.
La ofensiva contra la ley en el bloque del PJ avanzó desde el sur con Cristina Kirchner a la cabeza, que sumó detrás de su rechazo a santacruceños, fueguinos y neuquinos. El frente duro despertó ayer por la mañana a Roggero que soñaba con que ya había resuelto las complejas negociaciones en torno a la ley. Y finalmente se completó con el subloque sindicalista que lideraron Gerardo Martínez y Saúl Ubaldini.
Unos 50 legisladores en total exigieron al jefe de la bancada asumir una actitud de franco rechazo a la norma impulsada por el Ejecutivo y consensuada con los gordos de la CGT.
�Si insistíamos en una actitud pasiva se nos rompía el bloque�, aseguraron los justicialistas, muchos de los cuales impulsaron en el pasado propuestas más drásticas aún de flexibilización laboral. En esta oportunidad evaluaron la inconveniencia política de aparecer ante la opinión pública votando la norma en forma dividida. �Se habrían abonadolas sospechas de un arreglo entre parte del bloque y los caciques de la CGT negociadora�, señalaron al anunciar la posición que finalmente prevaleció en el recinto.
El debate
Entre las 12 y las 20 se sucedieron los prolongados discursos donde cada legislador se tomó su tiempo aprovechando la presencia de las cámaras de televisión. Pero no todos lograron lucirse bajo los focos y se mostraron en pantalla sumidos en la modorra, como fue el caso del cavallista Franco Caviglia y la frepasista Adriana Puiggrós, tapada con un saco blanco que protegió su gripe de los excesos del aire acondicionado.
Mientras desde la calle llegaban con fondo de bombas de estruendo los discursos encendidos de los dirigentes de la CTA, que movilizaron a sus afiliados hasta las puertas del Congreso en rechazo de la ley, en el interior del recinto, Alicia Castro pateó, tal como lo había anticipado, el tablero de la Alianza al pronunciarse en contra de la norma (ver aparte).
También rechazaron el dictamen de mayoría los justicialistas Gerardo Martínez, que defendió el proyecto que elaboró junto a Ubaldini; y Cristina Fernández de Kirchner, que aseguró que si bien se había �caído el muro de Berlín, no se podían tirar por la borda 50 años de derechos laborales�. Los del PJ tuvieron su disidentes: la mendocina Ana Mosso se pronunció a favor de la norma y se ganó los aplausos de la bancada cavallista.
A la hora de someter la norma a votación, el diputado por el PJ bonaerense, Mario Cafiero, pidió que la misma fuera nominal. Los legisladores debieron entonces levantarse a buscar copias de sus llaves en la mesa de la Presidencia ya que la mitad del cuerpo las había dejado olvidadas en algún lugar lejano al recinto. El tablero indicó que sobre 234 presentes, 133 habían votado a favor, 88 en contra, y tres se habían abstenido. Pero los números no cerraban ya que el conteo sumaba 224 votos, diez menos de los que debería haber. Al transcurrir las horas fueron apareciendo los faltantes y el marcador quedo entonces de esta manera: 137 favorables, la mayoría de la Alianza, todos los cavallistas y buena parte de los pertenecientes a partidos provinciales. En contra votaron 93 legisladores, 79 de los 82 diputados del PJ, nueve aliancistas y el resto provinciales.

 

 

Cómo y cuántos votaron

Durante la mañana de ayer el bloque del PJ cambió la �libertad de conciencia� de sus legisladores y decidió pronunciarse en contra del dictamen que se había consensuado en la Comisión de Legislación Laboral. Votaron contra el proyecto 79 de los 82 diputados presentes.

Llegó al recinto con disidencias dentro de su bloque. La aeronavegante Alicia Castro encolumnó detrás de su rechazo a la norma a ocho legisladores. Los otros 117 se pronunciaron a favor del proyecto del Ejecutivo. Dos se retiraron antes de votar.

La mayoría de los legisladores de partidos provinciales apoyaron la norma. Sólo hubo dos votos en contra y dos abstenciones.

Los diez legisladores que siguen a Domingo Cavallo votaron a favor de la propuesta aliancista.

 

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