Por Fernando Almirón
La
Cámara de Diputados aprobó ayer en general y en particular el proyecto
de reforma laboral que ahora pasará al Senado donde la Alianza espera
convertirla en ley. Con 137 votos a favor y 93 en contra, la norma no
logró el consenso esperado y anunciado el jueves en la Casa Rosada ya que
a último momento la bancada justicialista decidió rechazar el dictamen
de mayoría que antes había apoyado. El cambio de actitud del PJ fue la
alternativa que encontró Humberto Roggero para preservar la unidad del
bloque en el que rebotó peligrosamente la división de los líderes
cegetistas. �No podíamos quedarnos pegados con la foto de Rodolfo Daer
abrazado a Fernando De la Rúa mientras otros marchaban en protesta hacia
la Plaza de Mayo�, argumentaron los peronistas justificando una
secuencia de cambios de actitud que fueron del apoyo, pasando por la
libertad de conciencia, hasta terminar en el rechazo. En la alianza
votaron en disidencia la frepasista Alicia Castro y la radical Elisa
Carrió, entre otros nueve legisladores de la bancada.
El debate comenzó después de hora, unos 80 minutos pasadas las 10 de la
mañana. El motivo: los diputados justicialistas se encontraban reunidos
en el tercer piso del Congreso desde la 9 y no bajaron hasta que
consiguieron unificar una nueva posición frente al acuerdo entre el
Ejecutivo y los �gordos� de la CGT. Si bien el bloque opositor
intentó tomar distancia de la interna sindical, terminó apoyando la
posición del sindicalismo combativo. El miércoles por la noche, la
presidencia del bloque había anunciado que dejaría liberada a la
conciencia de sus legisladores la votación de la norma. Ya había
rebotado en la bancada justicialista la ruptura entre los caciques de la
central obrera, que separó las aguas entre Daer y el jefe del MTA, Hugo
Moyano.
Al mismo tiempo entre los diputados peronistas venía siendo afectada por
las múltiples internas que hoy atomizan al justicialismo y que se
potenciaron con el tratamiento de la reforma. Por un lado hubo divisiones
en el duhaldismo donde Hilda �Chiche� Duhalde y José María Díaz
Bancalari �que se negaban a dar su aprobación �se enfrentaron con
novedosos adversarios: Rafael �Balito� Romá y Eduardo Camaño, entre
otros diputados, todos ellos duhaldistas que se mostraron repentinamente
propensos a respaldar el proyecto del Ejecutivo, en sintonía con el
gobernador bonaerense Carlos Ruckauf. Aseguran que el grupo de los �duros�
contra la norma llegó a sumar 17 legisladores bonaerenses.
Por su parte el puntano y veterano dirigente ferroviario Oraldo Britos, si
se quiere un histórico en la oposición a las reformas laborales, armó
su propio lobby para enfrentar a los gobernadores del PJ que habían
manifestado la intención de lograr a toda costa el consenso con el
gobierno nacional, entre los que se contaban el cordobés José Manuel De
la Sota, el pampeano Rubén Marín y el misionero Carlos Rovira. Britos
habría sumado, junto al ex gobernador entrerriano Jorge Busti, a una
veintena heterogénea de diputados del interior, entre ellos la esposa de
Ramón Saadi, Pilar Kent, al hijo de Eduardo Menem y al riojano Adrián
Menem.
La ofensiva contra la ley en el bloque del PJ avanzó desde el sur con
Cristina Kirchner a la cabeza, que sumó detrás de su rechazo a
santacruceños, fueguinos y neuquinos. El frente duro despertó ayer por
la mañana a Roggero que soñaba con que ya había resuelto las complejas
negociaciones en torno a la ley. Y finalmente se completó con el subloque
sindicalista que lideraron Gerardo Martínez y Saúl Ubaldini.
Unos 50 legisladores en total exigieron al jefe de la bancada asumir una
actitud de franco rechazo a la norma impulsada por el Ejecutivo y
consensuada con los gordos de la CGT.
�Si insistíamos en una actitud pasiva se nos rompía el bloque�,
aseguraron los justicialistas, muchos de los cuales impulsaron en el
pasado propuestas más drásticas aún de flexibilización laboral. En
esta oportunidad evaluaron la inconveniencia política de aparecer ante la
opinión pública votando la norma en forma dividida. �Se habrían
abonadolas sospechas de un arreglo entre parte del bloque y los caciques
de la CGT negociadora�, señalaron al anunciar la posición que
finalmente prevaleció en el recinto.
El debate
Entre las 12 y las 20 se sucedieron los prolongados discursos donde cada
legislador se tomó su tiempo aprovechando la presencia de las cámaras de
televisión. Pero no todos lograron lucirse bajo los focos y se mostraron
en pantalla sumidos en la modorra, como fue el caso del cavallista Franco
Caviglia y la frepasista Adriana Puiggrós, tapada con un saco blanco que
protegió su gripe de los excesos del aire acondicionado.
Mientras desde la calle llegaban con fondo de bombas de estruendo los
discursos encendidos de los dirigentes de la CTA, que movilizaron a sus
afiliados hasta las puertas del Congreso en rechazo de la ley, en el
interior del recinto, Alicia Castro pateó, tal como lo había anticipado,
el tablero de la Alianza al pronunciarse en contra de la norma (ver
aparte).
También rechazaron el dictamen de mayoría los justicialistas Gerardo
Martínez, que defendió el proyecto que elaboró junto a Ubaldini; y
Cristina Fernández de Kirchner, que aseguró que si bien se había �caído
el muro de Berlín, no se podían tirar por la borda 50 años de derechos
laborales�. Los del PJ tuvieron su disidentes: la mendocina Ana Mosso se
pronunció a favor de la norma y se ganó los aplausos de la bancada
cavallista.
A la hora de someter la norma a votación, el diputado por el PJ
bonaerense, Mario Cafiero, pidió que la misma fuera nominal. Los
legisladores debieron entonces levantarse a buscar copias de sus llaves en
la mesa de la Presidencia ya que la mitad del cuerpo las había dejado
olvidadas en algún lugar lejano al recinto. El tablero indicó que sobre
234 presentes, 133 habían votado a favor, 88 en contra, y tres se habían
abstenido. Pero los números no cerraban ya que el conteo sumaba 224
votos, diez menos de los que debería haber. Al transcurrir las horas
fueron apareciendo los faltantes y el marcador quedo entonces de esta
manera: 137 favorables, la mayoría de la Alianza, todos los cavallistas y
buena parte de los pertenecientes a partidos provinciales. En contra
votaron 93 legisladores, 79 de los 82 diputados del PJ, nueve aliancistas
y el resto provinciales.
Cómo
y cuántos votaron |
Durante la mañana de ayer
el bloque del PJ cambió la �libertad de conciencia� de sus
legisladores y decidió pronunciarse en contra del dictamen que se
había consensuado en la Comisión de Legislación Laboral. Votaron
contra el proyecto 79 de los 82 diputados presentes.
Llegó al recinto con disidencias
dentro de su bloque. La aeronavegante Alicia Castro encolumnó detrás
de su rechazo a la norma a ocho legisladores. Los otros 117 se
pronunciaron a favor del proyecto del Ejecutivo. Dos se retiraron
antes de votar.
La mayoría de los legisladores de
partidos provinciales apoyaron la norma. Sólo hubo dos votos en
contra y dos abstenciones.
Los diez legisladores que siguen a
Domingo Cavallo votaron a favor de la propuesta aliancista. |
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