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EL TAMAÑO DEL PENE, CENTRO DE ESTUDIOS Y de la PREOCUPACION FEMENINA
Un tema que cobra vigor

Libros, sitios en Internet y numerosos artículos dan cuenta en Europa y Estados Unidos de que un tema tan antiguo como el tamaño del pene es objeto de un renovado interés, particularmente femenino. Aunque los especialistas argentinos dicen que aquí las mujeres no expresan esa preocupación, sexólogos dan cuenta en esta nota de cuáles son las preferencias locales. 

Los tamaños y las razas
Caucásico
Contra todo pronóstico, y en contra del tópico, encabezan la lista de los hombres mejor dotados del mundo.
Asiático
Su media se sitúa en los 13.9 centímetros y figuran en los últimos puestos de la lista. Aunque nunca se sabe.
Latino
Ni mucho ni poco, son todo lo contrario. Se quedan en el tercer puesto, con una media de 14.9 centímetros.
Africano
Ellos arrasan con la flaccidez. Sin excitación de por medio, los hombres de color rompen todos los esquemas.
Anglosajón
A los hombres británicos, el tamaño medio de los preservativos fijado por la UE les resultaba pequeño.

Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Es una noticia de gran magnitud: en Europa y Estados Unidos, el tamaño del pene se ha constituido en preocupación y exigencia de las mujeres. Así lo manifiesta una extensa bibliografía sobre el tema, la proliferación de sitios en Internet y la cobertura de importantes medios periodísticos. En la Argentina, según los especialistas, hasta ahora las mujeres no exteriorizan la misma inquietud, lo cual entraña el riesgo de que �como ya sucedió para defectos mucho peores� este país se transforme en refugio internacional para hombres de escasa dotación. Sin embargo, un consenso internacional de sexólogas, al que tuvo acceso este diario, concluyó en que, según sus conocimientos clínicos y �su experiencia personal�, los órganos masculinos más interesantes son más bien anchos, no importa si cortos. En cuanto a las mujeres argentinas no sexólogas, ¿hay datos? Sí: esta larga nota periodística permitirá empaparse en la investigación por la cual Página/12 logró establecer, definitivamente, qué tamaño viril complace a las argentinas.
Metafórica, Bo Coolsaet escribió El pincel del amor, subtitulado �Vida y obra del pene�. Directa, Susan Bordo tituló su libro El cuerpo del macho. Enciclopédica, Maggie Pale compuso El libro del pene. Se yerguen estos textos al tope de las listas de best-sellers europeos, sin que se sepa bien si clasificarlos entre los libros de autoayuda. El diario madrileño El País, cuya revista semanal dedicó su tapa al tema, explica que �se daba por hecho que las mujeres no decían nada sobre la dimensión del falo, pero tal silencio ha concluido ya�, debido a que �las mujeres pueden y quieren expresar su deseo sexual y piden, en simetría con las demandas del hombre, las mejores condiciones para su goce�. Hasta ahora, �las mujeres tenían tasadas sus proporciones pectorales y glúteas para responder a un canon de belleza masculina. ¿No era hora ya de que la igualación de sexos se correspondiera con unos dictados femeninos parecidos, empezando con el pene?�.
¿Igualación de sexos o parodia de una supuesta sexualidad masculina? Página/12 decidió consultar a quienes saben casi todo de estas cuestiones: los sexólogos. Virginia Martínez Verdier �directora del área de trastornos sexuales de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires� empezó por destacar: �Las consultas clínicas por el tema del tamaño son de varones, no de mujeres. Ellos son los que siguen preocupados por esa cuestión�. Pero deschavó: �... Es cierto que, charlando entre mujeres sobre sexualidad, hay muchas que sí le dan importancia al tamaño�. Y explicó: �El tamaño, como estímulo visual: hay mujeres que se erotizan por ver el pene en erección y, si es más grande, resulta más erotizante, es un estímulo que las atrapa�. Aunque relativizó: �Otras mujeres se asustan ante la sola visión de un pene grande: les da miedo ser dañadas y se sienten más seguras, tranquilas y cuidadas con un pene chico�.
�Pero, este miedo, ¿no será una especie de síntoma a superar? �propuso Página/12.
�No �aseguró la especialista�. Lo sería si el susto la llevara a un temor fóbico a la penetración; entonces, sí, sería una disfunción sexual. Pero, sin llegar a este extremo, ella puede deserotizarse, no excitarse lo suficiente por temor a que ese pene tan grande pueda desgarrarla. No hay regla válida para todas las mujeres, ni depende esto de épocas o modas, sino del mapa del amor que para cada una se constituye desde la infancia.
En lo que va de esta nota (�que por ahora es corta, virtud que no le va a durar�, diría Macedonio Fernández) nos hemos referido al pene como estímulo visual: llegado el momento de que ejerza su función en otros órdenes, �que sea más grande o más chico no es de ningún modo lo principal �aseguró Adrián Sapetti, director del Centro Médico de Sexología�, ya que las zonas más erógenas de la mujer son el clítoris, los labios menores y el tercio anterior de la vagina, pero no el fondo vaginal�. El especialista fue categórico: �Jamás he escuchado, ni en las terapias ni enlos talleres, que una mujer dijera �¡Qué terrible, él lo tiene tan chiquito que no sirve...!��. Aunque admitió: �Es cierto que se escucha: �¡Ay, qué bárbaro que lo tenía tan grande...!��.
Los investigadores más lúcidos no sólo niegan la importancia del tamaño para la satisfacción femenina sino que cuestionan el hecho mismo de que se plantee la pregunta: �Porque en definitiva sostiene un mito del patriarcado: el de que el tamaño es más, produce más, cuando ya sabemos que, portado por alguien poco creativo, es lo mismo que nada �afirmó Claudia Groisman, sexóloga y psicoterapeuta, especialista en matrimonios no consumados�. Claro que, estéticamente, a una mujer pueden gustarle los penes grandes, como a un hombre pueden gustarle en ellas los pechos grandes; a otra mujer le gustarán los penes chicos, como a otro hombre los pechos chicos. Pero muchos sienten como peligroso el hecho de que no haya una normativa universal�, señaló la investigadora, pero, al reiterar que el tamaño fisiológicamente no importa, deslizó una observación: �... por lo menos, no la longitud; el ancho, puede ser�.
Así es. ¿Se acuerdan de aquel gordito retacón, que todos lo cargaban por inútil? Ese era el que tenía una clave del goce femenino. Mario Huguet, director del Consultorio Integral Sexológico, reveló por primera vez, para este diario, uno de los secretos mejor guardados de la sexología universal: �En un congreso internacional de sexología, se efectuó una encuesta interna a las sexólogas, que ellas respondieron desde dos vertientes: su experiencia clínica y su experiencia personal. Comunicaron que un mayor grosor del pene permite una mayor tracción de los labios vaginales, lo cual a su vez incide en un mayor movimiento en el órgano efector del goce de la mujer, que es el clítoris.�
Habiendo llegado esta nota a la longitud que el/la lector/a puede apreciar, se impone que Página/12 presente los resultados de su propia investigación. En efecto, este diario encomendó a dos de sus principales cronistas establecer lazos con una muestra representativa de mujeres a fin de obtener, por fin, toda la verdad. Como la identidad de estos cronistas no ha de revelarse, uno será nombrado como el Inseguro y el otro como el Engrupido. Inseguro volvió alborozado de su investigación: las mujeres le habían demostrado que el tamaño no importa y que, si importara, el suyo, el de Inseguro, sería el ideal. Inseguro ya se estaba engrupiendo un poco cuando, cabizbajo, llegó Engrupido: �El tamaño sí que importa �le habían demostrado a él� y no te vayas a creer, Engrupido, que el tuyo siempre es suficiente�.

 

 

A Eliaschev lo procesaron

Por P.L.
En julio de 1986, el programa de televisión �Cable a tierra�, que por ATC conducía José �Pepe� Eliaschev, inició una encuesta sobre �Mitos sexuales contemporáneos� cuya primera pregunta era: �¿Usted cree que el tamaño de los genitales tiene que ver con la pasión amorosa?�. Eliaschev aún recuerda con amargura la reacción: �Fui procesado por �ofensa al pudor público�. César Jaroslavsky (entonces titular del bloque radical de Diputados) pidió mi cabeza, lo mismo hizo el general Jorge Arguindegui (entonces jefe del Estado Mayor del Ejército). Los diarios La Nación y Clarín encabezaron la campaña contra el programa. Las autoridades de ATC me exigieron que invitara al programa siguiente a la Liga de Amas de Casa, ese tipo de entidades. Finalmente, en setiembre, levantaron el programa, donde se habían tratado temas como los anticonceptivos, las enfermedades venéreas, la violencia familiar. Cuando se intentó publicar una solicitada de repudio a ese ataque contra la libertad de expresión, casi no hubo firmas. Hoy es difícil entender una reacción así�.

En busca de extensión

Por P.L.
�Muy pocas veces en mi vida profesional he visto un micropene�, revela León Gindín, director del Centro de Terapia e Investigaciones en Sexualidad (Cetis). Ese organillo �tiene literalmente el tamaño de un �chizito��, grafica el especialista y subraya que �ese problema, congénito, es rarísimo; pero son frecuentes los casos de hombres que recorren consultorios porque creen tener el pene demasiado chico. Yo suelo aplicar un sencillo test: le pido al paciente que dibuje su pene, en flaccidez y en erección. Después lo hago acostar en la camilla y le mido el pene, en flaccidez �aclara el doctor�: siempre, el tamaño del dibujo es menos de la mitad del tamaño real. Claro que esta demostración no suele bastarles, ya que muchas veces se trata de una patología psiquiátrica�. 
El doctor Amado Bechara �a cargo del sector de disfunciones eréctiles del Servicio de Urología del Hospital Durand y director del IME� señala que �la llamada �cirugía de elongación peneana� no está avalada científicamente y he visto, como consecuencia de esos procedimientos, importantes deformaciones anatómicas del pene�. También existen �los aparatos alargadores, que la persona carga olvidando que, por su elasticidad, el pene recuperará su tamaño y con el riesgo de lesiones que perjudicarán la erección�, señala Gindín.
Entretanto, en Internet, más de 400 sitios ofrecen estos procedimientos.

Casos de película

�Dios dio al hombre un pene y un cerebro, pero no sangre suficiente para usar ambas cosas a la vez.� Son las palabras del cómico Robin Williams, uno de los que encabeza la larga lista de actores que se han atrevido a mostrarse por entero y de frente en la pantalla grande. A él le tocó en la película El rey pescador.
Pero sin duda una de las escenas más memorables en lo que a penes en el cine se refiere es la protagonizada por Pedro Almodóvar en Pepi, Luci, boom y otras chicas del montón. El oscarizado cineasta oficiaba de maestro de ceremonias en un concurso titulado Erecciones Generales, donde se premiaba al asistente mejor dotado, que recibiría como premio la posibilidad de elegir a cualquier invitado para hacer con él/ella lo que quisiera.
Una película que logró llenar salas con el reclamo de los atributos del actor principal fue El color de la noche. Sin embargo, desde la butaca se le incluía, más que vérsele, el asunto a Bruce Willis. Otra escena muy cacareada por aquello de las dimensiones fue el desnudo frontal de Mark Wahlberg al final de la película Boogie nights (al parecer, lo que enseñaba era una prótesis). El que sí era entero y verdadero fue el pene del actor Harvey Keytel, que aparecía en la película Teniente corrupto en uno de los desnudos frontales masculinos más atrevidos del cine (independiente) americano.

 

 

HISTORIAS DE MEDIDAS, RAZAS Y CORRELACIONES
Verdad y error en los mitos

El País de Madrid
Por Manuel Aúller

Es cierto, como dice la sexóloga Lorena Berdún, que no existe un verdadero estudio científico que trate la materia de los tópicos. Pero ya se sabe que Internet es un cofre lleno de sorpresas y habitado por entes entregados a pasatiempos de lo más peregrinos y no ha resultado difícil encontrar un sitio dedicado a realizar un estudio al respecto contando con las respuestas de más de 3000 internautas de todo el mundo. El mismo sondeo aparece reflejado en El libro del pene, de Maggie Paley, que se ha convertido en todo un best seller en Estados Unidos.
El estudio, titulado �La encuesta definitiva sobre el tamaño del pene�, comienza deshaciendo un mito muy frecuente cuando se habla de razas: que los negros tienen miembros mucho más grandes que el resto de los mortales. Según este trabajo, y midiendo el pene en erección, son los varones caucásicos los que resultan estar mejor dotados, con una media de 16.5 centímetros, mientras que los de color se quedan en un segundo puesto, con 15.4 centímetros. Sin embargo, el tópico que sí se cumple tiene que ver con los asiáticos, que quedan al final, con una longitud de 13.9 centímetros. En cualquier caso, en estado de flaccidez los hombres de color superan en más de un centímetro a los caucásicos, lo que puede haber alimentado el mito.
Continúa la encuesta afrontando el tan chistoso tema de las correlaciones. ¿Es cierto que a los pies grandes les corresponde un pene en proporción? Otro fallo. Según el estudio, de todas las partes del cuerpo con las que se ha comparado el pene, ésta es la que menos pistas puede aportar sobre su volumen. Lo más fiable parece ser la distancia del dedo mayor a la palma de la mano y la longitud de las falanges de los dedos de la mano. 
A muchos de los sujetos que han respondido les preocupaba o querían saber si los gay y bisexuales suelen estar mejor dotados que los heterosexuales. De acuerdo con el trabajo, no existe ninguna diferencia palpable de tamaño que dependa de las preferencias sexuales del sujeto. Por último, ¿se corresponden el número de centímetros con el número de amantes por año? En este caso el estudio es definitivo. Los hombres que se consideran poco dotados o dentro de la media confiesan el mismo número de parejas sexuales al año, una media de tres. Mientras que los que dicen de sí mismos estar muy bien dotados suben hasta las ocho conquistas sexuales anuales. Lo que demuestra que o el tamaño importa o hay mucho fantasma suelto.

 

 
El motivo de la fama

Tener o no tener. Esa es la cuestión para la fama de estos personajes. O sea, el hecho de que casi todo el mundo los conozca depende sólo de lo que pende. Y en algún caso de lo que no. John Wayne Bobbit, por ejemplo. Las artes de su mujer, Lorena, a los mandos de unas tijeras (de podar) produjeron su salto al estrellato. Pero también un periódico como The New York Times, que sólo había publicado la palabra pene en tres ocasiones desde su creación, empezara a perderle el miedo a escribir con todas sus letras aquello que la señora Bobbit había cortado. Fue en el año 1993. 
Paula Jones y Monica Lewinsky también entran en la categoría de famosos sólo por ello, aunque, por supuesto, no se trata de un par de casos de cambio de sexo, sino de presunto acoso sexual. Ellas fueron el sujeto paciente, y aseguran que el agente no era otro que Bill Clinton. Pero si hay algo por lo que se conoce a Jones, es porque se vio obligada a ofrecer todos los detalles del miembro del presidente de los Estados Unidos. Desde entonces muchos de los habitantes del globo sospechan que Clinton sufre una pequeña desviación a la derecha.

 

 
Miembros en el arte

El siglo XX ha dado creadores que han hecho suyo el miembro viril. Una de las más ácidas fue la polifacética artista y groupie Cynthia Plaster Carter. Se dedicó a inmortalizar los penes de músicos de los setenta. No lo hacía por medio de fotografías, sino de moldes de yeso sacados del original en todo su esplendor. La revista Rolling Stone le dedicó un reportaje y por su estudio pasaron, entre otros, Jimi Hendrix y Clint Poppie, cantante de The Dead Kennedys. También relacionada con la música fue el aporte de Warhol en la portada del disco de los Rolling Stones Sticky fingers. Se trata del primer plano de la cremallera de unos vaqueros con un sospechoso bulto detrás. Cuando se abre, al otro lado sólo hay cartón. La escultora Louise Bourgeoise introduce falos en sus obras y es famosa la foto realizada por Robert Mapplethorpe de una anciana sujetando una escultura de dimensiones imposibles. 

 

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