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Los vascos sean desunidos, pues esa es la ley primera

La principal calle de San Sebastián fue atestada por más de cien mil personas que se manifestaron en contra de la ETA, que armó su propio acto en la localidad de Zarautz.

100.000 personas poblaron el boulevard principal de San Sebastián.


Por Pablo Rodríguez

t.gif (862 bytes) �La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra y el mar encubre. Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.� La cita del Quijote fue leída por una portavoz de la organización ciudadana �Basta ya!� en el clímax de una manifestación que reunió 100.000 personas por las calles de San Sebastián. Para esas 100.000 personas (que incluían casi todo el arco político español y una buena medida de intelectuales y escritores), la ETA a esta altura del partido es lo contrario de la libertad. Mientras tanto, en Zarautz, a 30 km de la ciudad más importante del País Vasco junto a Bilbao, el brazo político de la ETA, Euskal Herritarrok, clamaban que la libertad es la autodeterminación de Euskadi (País Vasco) y que los asesinatos son el único camino para enfrentar �la represión del Estado español�.
En esta serie de manifestaciones y contramanifestaciones, que seguirán un camino imperturbable y creciente con cada detención de las policías francesa y española de un etarra o con cada atentado de la organización separatista vasca, la brecha que se abre entre el nacionalismo vasco y el resto de España (vascos antiETA incluidos) se está haciendo infranqueable. Ya los frutos políticos de la división parecen estar al caer. Anteayer, Euskal Herritarrok confirmó su ruptura con el gobernante Partido Nacionalista Vasco (PNV) al retirar sus legisladores del Parlamento regional; ya lo había hecho hace poco tiempo en el Parlamento español. Con una clara minoría parlamentaria, el lehendakari (presidente vasco) Juan José Ibarretxe no tuvo otro remedio que admitir que la convocatoria a elecciones anticipadas es un horizonte próximo. El Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se apuraron entonces a anunciar que plantearán a partir del lunes dos mociones de censura contra el gobierno de Ibarretxe.
Quizás nada pinte mejor los ánimos caldeados en el País Vasco que lo ocurrido ayer. Los muchos turistas que hay en San Sebastián (lugar de playas, y por lo tanto atestado de europeos que buscan sol, y donde en estos momentos se realiza el Festival Internacional de Cine de la ciudad) asistieron a una ciudad bloqueada por las 100.000 personas que atestaron su boulevard principal. Entre ellos estaban el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el de Izquierda Unida, Francisco Frutos, y por el gobernante Partido Popular su secretario general, Javier Arenas, el vicepresidente español Mariano Rajoy y el ministro de Economía, Rodrigo Rato. Por el star system, figuraban Pedro Almodóvar y Marisa Paredes. Y todos liderados por el filósofo Fernando Savater, uno de los promotores principales del acto. �Desde hace más de veinte años, el País Vasco goza de autonomía y democracia, pero sus ciudadanos aún no disfrutan de paz ni de libertad. Sigue instalada en nuestro país una violencia terrorista que asesina, destruye y extorsiona a quienes tienen un proyecto político distinto al del totalitarismo independentista�, dice la proclama que firmaron los alemanes Günter Grass, el portugués José Saramago y el mexicano Carlos Fuentes, entre otros escritores.
En Zarautz, a 30 kilómetros de San Sebastián, unas 2000 personas convocadas por Euskal Herritarrok se manifestaron por �la libertad� del País Vasco, esto es en contra de la Constitución española y del Estatuto de 1979, que regula la autonomía de la región-nación respecto al Estado-nación español. Los manifestantes llevaban las fotos de presos políticos etarras. En el medio, entre San Sebastián y Zarautz, quedó el PNV de Ibarretxe, que condenó la marcha de San Sebastián por �politizada� y �antinacionalista� pero que jamás podría apoyar el acto en Zarautz por rechazar los atentados de la ETA.
El problema es que ahora el PNV no está en condiciones de ponerse en el medio para jugar de árbitro. Ya perdió el apoyo de los partidos nacionalesespañoles al apoyar la tregua etarra del año pasado, y acabó de perder ahora el apoyo de ETA, en medio de recriminaciones cada vez más en voz alta del PP y el PSOE. Por quedar en el medio, el PNV parece cerca de quedarse sin el pan y sin la torta.

 

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