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Los alcaldes del Frepaso quieren
hacer valer su poder territorial

Encabezados por el porteño Ibarra y el rosarino Binner, los intendentes frepasistas hicieron su primera reunión política. Buscan reubicarse en la Alianza. El peso de siete millones.

Ibarra y Binner y los tres del Conurbano encabezaron la reunión de los intendentes del Frepaso.

Por Fernando Cibeira

Encabezados por el porteño Aníbal Ibarra, el rosarino Hermes Binner y los tres del conurbano, los intendentes del Frepaso se reunieron ayer para constituirse como factor de poder dentro de la Alianza. Aunque negaron una intencionalidad política explícita, los intendentes remarcaron una y otra vez que gobiernan una población –sumada– de 7 millones de personas, por lo que merecen ser tenidos en cuenta. Así que resolvieron crear el Foro de Intendentes del Frepaso, que volverá a reunirse en febrero con el agregado de concejales para avanzar en el armado de políticas comunes que tengan que ver con la austeridad, la transparencia, la municipalización y descentralización. La decepción de la reunión fue la ausencia del líder partidario, Carlos “Chacho” Alvarez, quien, para algunos, nunca fue invitado, mientras que para otros no participó porque se sentía mal.
En medio del río revuelto que es la Alianza, los intendentes del Frepaso entendieron que podían tener ganancias si se agrupaban. Qué mejor, entonces, que crear un foro que se reúna periódicamente y donde puedan expresar su opinión sobre las políticas de su partido y de la coalición.
La idea surgió la semana pasada, luego de que los intendentes frepasistas fueran convocados por la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, para discutir la manera más eficiente de repartir la asistencia. Ya que estaban en la Capital, Ibarra los invitó a almorzar a la Municipalidad y de inmediato surgió la idea de crear un ámbito que los agrupara. “Sabemos que nuestra principal responsabilidad es gobernar cada una de las ciudades por el voto popular y gobernar significa darle respuesta a la gente”, explicó ayer Ibarra a la manera de declaración de principios del foro.
Los intendentes frepasistas son veintiuno. Junto a Ibarra y Binner, los más importantes de acuerdo con la popularidad de sus municipios son el de Avellaneda, Oscar Laborde; de Lomas de Zamora, Edgardo Di Dio; de Morón, Martín Zabbatella; de Cipoletti, Julio Arriaga, y el de La Banda, Francisco García Piazza. El encuentro se realizó en la sede de la Federación Argentina de Municipios (FAM), que preside Binner, en Cerrito y Córdoba.
La reunión en sí se hizo alrededor de una mesa ovalada y no se permitió el acceso a cualquiera que no fuera intendente, salvo el mozo que traía café. Uno de los objetivos explícitos que se fijaron los intendentes es el de quitarle al Frepaso el sambenito de que no sabe gestionar. Para eso levantan los casos de Binner y Arriaga, que están al frente de dos distritos populosos en los que fueron reelectos. “Tenemos que demostrar que sabemos gestionar y que podemos hacerlo de una forma diferente”, explicó Laborde. Entre los modelos a adoptar pusieron como ejemplo el de Rosario, donde se viene aplicando un exitoso ejemplo de descentralización que los tres frepasistas del conurbano ya están tratando de imitar.
La perla negra fue el faltazo de Alvarez, quien había sido anunciado como inaugurador del evento. Sin embargo, tanto en las cercanías del ex vicepresidente como de Ibarra desmintieron que estuviera prevista su presencia. Para sumar confusión, los otros intendentes dijeron que Chacho no había asistido porque continuaba sufriendo las consecuencias de una indigestión con empanadas. “Es nuestro jefe y queríamos escucharlo. Además, la idea de crear esto fue de él”, resumía Zabbatella la decepción de los intendentes, sobre todo los del interior.

 


 

TRAS EL CIMBRONAZO HUBO ACUERDO EN LA ALIANZA PORTEÑA
La suerte del Frepaso y de la UCR

Por Santiago Rodríguez

“Más que de coalición, parecemos un gobierno de colisión.” La broma circula desde hace tiempo en la Legislatura porteña, pero cobró forma real la semana pasada cuando radicales y frepasistas votaron cada uno por su lado la Ley de Juegos del distrito. Para acercar posiciones, Aníbal Ibarra –junto a Cecilia Felgueras– reunió ayer en su despacho a la conducción del bloque de legisladores porteños de la Alianza. “La suerte del Frepaso está atada a la del radicalismo, no sólo en la ciudad sino también a nivel nacional”, manifestó. El saldo del encuentro fue el acuerdo de distender la situación y de integrar una mesa de conducción política de la coalición en el distrito, aunque eso no es sinónimo de que la pulseada entre unos y otros haya terminado.
Ibarra resolvió convocar a los legisladores para recomponer la relación entre frepasistas y radicales después de la votación dividida en la Legislatura. Su aval a la conformación de una mesa de la Alianza es una señal de la estrategia de distensión que se trazó el jefe de Gobierno después de ese cortocircuito por la ley de juegos: la creación de ese espacio fue una de las cosas que –en el plenario que celebraron el lunes por la noche– los radicales decidieron demandarle formalmente.
En ese cónclave en el Comité Capital, no sólo participaron aquellos dirigentes a los que suele identificarse con el “partido”, sino también Felgueras y cada uno de los radicales que integran el gabinete de Ibarra. Y allí se resolvió, además, impulsar la sanción de la ley de Descentralización –que dividirá a la ciudad en comunas– en la primera mitad del próximo año y solicitar a Ibarra que vete el artículo 9 de la ley de juegos, que posibilita instalar un casino público en el distrito.
De ninguno de esos temas puntuales se habló ayer en el primer piso de la Jefatura de Gobierno –donde Ibarra recibió a la conducción del bloque de la Alianza, encabezada por el frepasista Ariel Schifrin y el radical Cristian Caram– para no generar más roces. Sí, en cambio, se acordó crear la mesa de conducción de la Alianza antes de fin de año. Bajo la conducción de Ibarra, integrarán ese espacio Felgueras, los responsables de la bancada aliancista en la Legislatura y las autoridades de los partidos que integran la sociedad.
Más allá de los gestos, la pulseada entre unos y otros no está saldada. Los radicales se sienten fuera del círculo en el que se toman las decisiones en el distrito. “Ahí –se quejan– el radicalismo no figura o está representado por Cecilia, que aparece como legitimadora de parte de la UCR y resulta funcional a Ibarra.”
Ese es el motivo por el cual demandaron la creación de la mesa de conducción de la Alianza. La idea es que allí se discutan las estrategias políticas –como la posible ampliación de la coalición que plantean los frepasistas– y los lineamientos generales de la administración porteña.
El asunto es que los frepasistas están dispuestos a abrir el juego en el terreno de la política, pero no en el de la gestión. “La mesa servirá para contener el debate político y compartir la discusión de una estrategia para el distrito, pero no es el ámbito para resolver cuestiones de la gestión”, aclaró Schifrin. No fue su único freno a las aspiraciones de sus socios: también aclaró que el Frepaso “rechaza las internas de aparatos” y que sólo acompañará una ley de Descentralización que “mejore la representación de los vecinos y no la de los punteros políticos”.

 

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