LIDERES
Chopra
show
Si
lo llaman gurú, se enoja, pero la palabra médico le queda chica. En
realidad Deepak Chopra se comporta como una mezcla de consejero espiritual,
profesional de la salud y hombre de negocios. El 8 de octubre, a la
misma hora del Maratón de Carrefour y tras los ecos de la renuncia de
Chacho Alvarez, logró colmar las instalaciones del Gran Rex con dos
conferencias tituladas “La conciencia del amor en la pareja” y “Cómo
unir el trabajo y el placer”. Fueron un éxito.
Por Maria Moreno
A
las nueve y media, el Dr. estaba cercado. Las filas de vallas se extendían
a todo lo largo de la avenida 9 de Julio para contener a los 103.743
corredores que participaron del 5º Maratón Nacional Carrefour
2000. Las calles paralelas estaban cortadas y el sol rajante invitaba,
si no se tenía ánimo suficiente como para correr, al menos
a desviarse a Palermo o la Costanera, todo menos a asistir a la conferencia
que a las diez de la mañana Deepak Chopra daba en el Gran Rex.
Los policías que controlaban el maratón no sabían
nada de él. A esta hora los teatros están cerrados,
que yo sepa adonde usted dice está la Oreiro; las charlas de
religión están por la avenida Rivadavia se interrumpió
uno que, apoyado sobre el capot de un automóvil estacionado,
describía en términos genitales el encuentro Argentina-Uruguay.
Se la ponemos. Se la ponemos, ya van a ver yorugas. El y
sus compañeros estaban preocupados por la excitación de
los hinchas que habían convertido el maratón en una puja
de camisetas que ganó River y por el aire provocador de los que
adelantaban el fervor nacional del próximo partido poniéndose
una de la Selección nacional de cualquier año y grado
de deterioro. Los seguidores de Chopra, que venían desde el sur
intentando llegar hasta el teatro, debieron bajar a la playa de estacionamiento
subterránea, con el ruido sordo de las pisadas de cientos de
zapatillas viniendo del techo y una ansiedad creciente porque el Dr.,
según había mostrado en años anteriores, es incondicionalmente
puntual. La primera conferencia comenzaba a las diez de la mañana
del domingo 8 es probable que el Dr. ignorara que en esa fecha
mataron al Che y cumplía años Perón y se
titulaba La conciencia del amor en la pareja.
Chopra es endocrinólogo, hijo de un importante cardiólogo
de Nueva Delhi y discípulo de Maharishi Mahesh Yogui, el gurú
del Roll Royce al que Los Beatles creían a pies juntillas. Fue
él quien aconsejó a Chopra que abandonara sus prácticas
occidentales y revisara sus conocimientos de medicina Ayurveda que considera
al paciente una unidad necesitada tanto de dieta, como de vida espiritual,
de masajes como de seguridad social. Por sí mismo Chopra pasaría
de ser un médico de formación occidental con conocimientos
en medicina oriental a hacerse filósofo empresario y profeta
pragmático. Sus libros suenan a autoayuda o al menos respetan
la retórica del género: Cómo escapar de la prisión
del intelecto, Mente sin tiempo/cuerpo sin edad, El ser superior.
A las diez y veinte, el Dr. mostraba medio cuerpo cubierto por
un traje de Armani negro que le daba aspecto de clérigo
a la izquierda del escenario y parecía estar contando las butacas
vacías. Todo el mundo lo veía, pero nadie se atrevía
a aplaudir. Un cartel sobre el escenario advertía que los auriculares
destinados a la traducción simultánea debían permanecer
sobre los asientos.
Desde que Hellen Keller ciega, sorda y muda saliera de gira
con un circo en compañía de su maestra Ann Macy para explicar
cómo se podía alcanzar el espíritu desde las tinieblas
y el pastor Billy Graham impusiera a Dios desde estadios de fútbol
a lleno, nadie ve nada deprofano en ocupar con la promoción espiritual
los mismos espacios que las estrellas de rock and roll: a Charlotte,
que está sentada en la fila cinco y que, como el resto de la
platea, pagó 60 $ la entrada, le parece
normal ver a Chopra en un teatro.
A mí me interesa la mecánica cuántica, es
decir cómo a través de la ciencia mejoramos la calidad
de vida. La mecánica cuántica me ayudó a entender
el mundo y a entenderme yo. Chopra dice el mundo es lo que somos
nosotros. A través del intelecto aprendemos un montón
de cosas, a través de la intuición, otras. Con esto se
aúna el intelecto con la intuición. Si vos descubrís
qué es lo que te gusta, que es el primer paso, después
te mantenés en eso, todo se acomoda y fluye.
¿Usted a qué se dedica?
Primero estoy aprendiendo a vivir. Después estudio derecho.
¿Cómo conoció a Chopra? ¿Lo leyó?
Estaba viendo un video por televisión donde él dice:
El mundo puede ser como nosotros queremos, por lo menos para nosotros.
Y miró a cámara.
Y usted le creyó.
No le creí. Me calzó. Vivir es un hecho mecánico.
Pensamientos correctos o sea que son afines a vos igual
vida plena. Sino olvídalo.
Una mujer vestida de blanco irrumpe en el escenario y toma el micrófono.
Estoy realmente emocionada y feliz por su presencia en el teatro.
Les voy a explicar por qué. Ayer a la noche me puse a pensar
por qué estoy tan contenta (¿por qué pagamos
de 20 a 60 $?, dice por lo bajo Charlotte). Todos sabemos los
momentos difíciles que estamos viviendo los argentinos y el esfuerzo
que cada uno ha realizado para estar aquí. Estoy contenta porque
veo que hay personas como ustedes que le dan prioridad al desarrollo
espiritual, aunque tengan problemas. ¡Perdón! Asuntos a
resolver. Cada uno de nosotros piensa de distintas maneras porque somos
seres únicos e irrepetibles. Es mi deseo que el mensaje que nos
transmita el Dr. Deepak Chopra no lo intelectualicemos sino que lo sintamos
desde el corazón, desde el amor.
Luego la mujer de blanco anunció una experiencia de sonido primordial
a cargo del Sr. Albert Rabinstein. A un costado del escenario, sobre
una mesa, había una hilera de cacharros de cobre, de diferentes
tamaños, como si fueran los elementos de una vajilla completa.
Tres jóvenes envueltos en túnicas blancas de cuello Mao
comienzan a sobar los bordes de los cuencos: sonaban como los mástiles
de los yates anclados en el Puerto de Olivos durante un día de
viento, pero también como ese rumor apagado de cubiertos que,
desde lejos, les anuncia a los presos o los internados en los hospitales
la hora de la comida. Eran los clarines que anunciaban a Chopra cuyo
anuncio, claro, no admitiría la proclama con clarines.
Cuando el Dr. se presentó de cuerpo completo, los aplausos fueron
educados, pero sin efusión. El Dr. Chopra es un hindú
morrudo, de labios carnosos y cejas en forma de acento circunflejo.
Todo su aspecto irradia sensualidad y consistencia, pero su estilo es
decididamente norteamericano. Al menos atento a los manuales de oratoria
que le dictan pasearse por el escenario para no perder contacto visual
con ningún sector de la platea, la mano cómodamente metida
en el bolsillo, escondida en la espalda o, a veces, escarbando en el
interior trasero de su traje. Lo primero que hizo es preguntar cuántos
habían venido a escucharlo por primera vez y cuántos asistirían
a la conferencia de la tarde. Luego predicó sobre la unión
entre cuerpo, mente y alma. Nada diferente de otras prédicas
de la Nueva Era salvo que se animó a describir un alma sistémica,
a un Dios que sonaba como prevención en salud y que alguna vez
en otra oportunidad se pasó de rosca diciendo que
el Bing bang fue el orgasmo de Dios, lo que le valió anatemas
de la Iglesia Católica.
Proyectamos sobre los otros dijo en inglés mientras
la traducción sonaba correcta a través de los auriculares
lo que nos pasa. Prueben responder sino a las siguientes afirmaciones.
A veces me pongo a la defensiva incluso antes de ser criticado. Tengo
opiniones extremas sobregente que no conozco. Tengo una tendencia a
estereotipar. Prejuicio. Los negros y la música. Los diseñadores
y la homosexualidad. Los latinos y el sexo. Siento que no me comprenden.
Pido una opinión y, si ésta no me satisface, me enojo.
Tengo dificultades para leer el rostro de las personas. Le digo a un
amigo ¿estás enojado? No contesta, estaba
pensando en el clima. Me siento amenazado por todo lo que sea autoridad:
en la Aduana me asusta cuando me revisan la valija. Me asustan un juez,
un doctor, los padres, los policías. Cuando dos personas tienen
una relación especial entre ellas, pienso que tienen sexo. Son
todos ejemplos de proyección. Si decimos sí a más
de cuatro, la proyección está interfiriendo en nuestro
modo de relacionarnos con los demás. Hay que ser conscientes
de estas tendencias.
Desde la fila seis Cris Morena escuchaba magnetizada y garabateando
frenéticamente en su block las palabras que le servirían
como juego nemotécnico de la experiencia. Por alguna razón
enigmática, las mujeres del público, incluidas la cronista,
eran rubias, matizadas con distintos tipos de colorantes.
Nosotros damos cursos de programación neurolingüística.
Seguimos las tendencias de Anthony Robbins explicó una
de las rubias que estaba sentada al lado de su marido. Me interesa
el tema de la pareja porque ahora se está dejando de lado el
amor para tener una relación instantánea y rápida.
¿Qué le interesó de esta charla?
Saber que los diferentes pasos que existen en un amor uno los
hace a nivel inconsciente y que realmente hay un porqué de todo.
¿Realizó otras búsquedas espirituales?
Sí.
¿Chopra fue un punto de encuentro?
No, todas mis búsquedas me gustaron. No sólo acá
sino en el extranjero. Estas cosas se estudian en el extranjero.
¿Chopra es integrador de diversas tendencias?
Es integrador. Pero hay otros psicoanalistas que no lo quieren.
¿Usted es psicoanalista?
No, soy kinesióloga.
Chopra suele aplicar a cada concepto la forma del mutiple choice, sólo
que no hay que elegir y que cada instancia, según él,
tampoco tiene un aspecto jerárquico. Los siete pasos del amor
expuso son Atracción, Enamoramiento,
Conquista, Intimidad, Entrega, Pasión,
Extasis. Mientras escribía las palabras en un papel
que luego era proyectado en una pantalla, se equivocó poniendo
Pasión entre Conquista e Intimidad
y no en penúltimo lugar, luego tachó la palabra furiosamente.
Al parecer en la audiencia no había ningún psicoanalista
para interpretar el lapsus. Hay una sola conciencia universal,
la del amor. La experiencia del amor nos lleva a experimentar ese estado
de conciencia. Comunión es cuando un alma experimenta contacto
con otra. Luego de la atracción existe la segunda atención
que, en la tradición occidental, se asocia a la infatuación,
la obsesión, el capricho. Pero ver a la persona a través
de la segunda atención es simplemente ver algo que los otros
no ven. La sexualidad es la fuerza creadora del universo. Se manifiesta
a través de los actos y de la conciencia. La sumisión
debe producirse sin apego. El éxtasis es el último objetivo
y el comienzo del viaje, una evolución de la conciencia,
discurrió el Dr. Hacia la mitad de la primera parte de la conferencia,
Chopra pidió que la audiencia cerrara los ojos y que cada uno
se concentrara para responderse a sí mismo las siguientes preguntas:
¿Quién eres?, ¿qué quieres?, ¿cuál
es tu propósito?. La cronista espió a través
de los ojos semicerrados. El Dr. se había ido del escenario.
Sólo su voz se escuchaba repitiendo cada quince segundos ¿Quién
eres?, ¿qué quieres? y ¿cuál es tu propósito?.
Luego hizo que todos escribieran palabras que hubieran asociado luego
de meditar y responder mentalmente las preguntas. Por último
pidió que le dijeran algunas de esas palabras. La primera que
se escuchó fue Cosmos. Luego Armonía,
Unidad, Paz, Amor. Una explosión
lingüística de espiritualidad chocó contra la bóveda
del Gran Rex. Lástima que siempre se predique entre los ya convertidos,
pensó la cronista ocultando que, ya fuera por la homofonía
entre Chopra y Chacho, cuya renuncia era una
información casi tangible en el ánimo de la sala, asoció
la palabra pochoclo que no se atrevió a repetir.
Después de todo el Dr. ya había bromeado con que alguien
respondiera a la tercera pregunta (¿cuál es tu propósito?):
Quiero aprovechar el intervalo para ir al baño.
En el entreacto de la charla, Chopra firmó los libros que les
presentaban sus admiradores: las colas iban en doble fila desde la entrada
de la sala hasta el escenario. El Dr. firmaba mirando fijamente a los
ojos y respondiendo preguntas. Su expresión perdió la
firmeza y la actividad que había derrochado en la conferencia
y se derramó en una lánguida dulzura, expresión
que el argentino medio asocia como venida directamente del Ganges.
La conferencia de la mañana contó con pocas celebridades
a excepción de Silvana Suárez y Cris Morena. A la tarde
estuvieron Patricia Miccio y Aíto de la Rúa. Nacha Guevara
estaba fuera del país, pero figuraba como terapeuta de Sonido
Primordial abocada a la Zona Norte, en un volante que se entregaba,
en el interior de una carpeta, con el programa.
Los
bolsillos del alma
Lo que se denomina Nueva Era es una tendencia que mezcla filosofía
edificante, salud naturista y egoísmo planificado. Según
una revista española, es la onda de vitalización empresaria
norteamericana que combina misticismo, salvado de arena, autocuración,
consejeros psíquicos, ejecutivos armónicos y calidad sexual.
Para otros se trata de algo más sencillo: una alianza entre yuppies
y chamanes. La mayoría de su líderes comienza la novela
de su despertar contando cómo ellos mismos conocieron el sufrimiento
en carne propia. Louise Hay tuvo cáncer y, contra los denuestos
de Susan Sontag, afirma que el cáncer viene de la represión
y el resentimiento. Mientras la derecha situó el origen del sida
en una vida de pecado, Hay propuso que la recuperación debía
partir de reconocer una mala vida anterior, ofreciendo expiación
y narcisismo. Elisabeth Kübler Ross es una trilliza que nació
con sólo 900 gr de peso hecho que hizo que desarrollara un espíritu
de lucha equivalente a llevar un cuchillo entre los dientes. También
sufrió un infarto que la llevó a sondear aún más
en la medicina alternativa. Chopra sitúa el comienzo de su despertar
espiritual en sus adicciones al cigarrillo y al alcohol; su despertar
fue menos dramático. Hay y Kübler Ross reniegan de la medicina
occidental mientras que Chopra no vacila en recomendar quimioterapia
para el cáncer y hormonas para las amas de casa deprimidas que
cruzan las fronteras de los 40 años. El compite con tres elementos:
es auténticamente oriental, médico de trayectoria y ecléctico
en su doctrina.
Es un médico con otro vuelo, como un Florencio Escardó
o un Gregorio Marañón dijo por teléfono a
Las/12 Rolando Hanglin, incansable explorador de rutas alternativas,
sobre todo la menos ambiciosa del nudismo. Todo lo hindú
suele ser barroco. El lo simplifica. Un tipo que viene de una práctica,
no un tipo que tiene un áurea en milagros.
Durante la conferencia el Dr. insistió a cada rato en que algunas
respuestas las daría por la tarde, como si su doctrina fuera
una novela de suspenso. Lo que se traduciría en otros 60 $ para
asistir a Cómo combinar trabajo y placer.
Lo que él dice es muy natural dijo Charlotte, la
estudiante de abogacía, por eso es popular dentro del precio,
que no es popular. Hay que fijarse cuáles son las necesidades
de uno y en base a eso decidir. Obviando todo lo racional, todo lo aprendido,
sometiéndote a las creencias de tus padres. La gente piensa:
estoy mal y no tengo plata; yo pienso estoy bien y
tengo plata. Lógicamente tengo que desengancharme de lo
queme dicen los sentidos, porque estoy viendo otra cosa, pero yo internamente
soy otra. Me juego por mí. Por eso te repito que la pobreza es
una manera de pensar. Me acuerdo de que yo estaba enferma y no podía
trabajar, tenía que vivir con 5 $ por día. Un día
dije aumento a 6, después a 100. Y pude. Se puede cambiar el
paradigma.
Por lo que expone, Chopra predica un entrenamiento de la conciencia.
Claro que no es la conciencia sartreana, en cuanto a responsabilidad
y compromiso con los otros ni la que el psicoanálisis tradicional
homologaba a la desaparición del síntoma. A la no violencia
de Gandhi la ha traducido en una egoística que elimine los conflictos
inútiles. La comunicación no violenta se realiza
cuando uno se pregunta ¿qué observo?, ¿qué
siento?, ¿qué necesito?, dice. Para Chopra se trata
de diferenciar entre juicio y pedido. Durante La conciencia del
amor en la pareja contó una anécdota. Una vez estaba
dando un seminario de fin de semana cuando recibió un llamado
telefónico de alguien muy importante Chopra coqueteaba
a través de sus gestos sugiriendo que se trataba de alguien muy
conocido. Le ofrecía 50.000 dólares para que dejara
el seminario y fuera a California a dar una charla de 45 minutos. El
Dr. se negó a romper con su compromiso. La persona volvió
a llamar para ofrecerle 100.000. Chopra aceptó. Hasta el momento
el mensaje de la anécdota era Si te hacen una buena oferta,
sé flexible con tus compromisos. Cuando el Dr. llegó
a California, se encontró con que no tenía que dar ninguna
charla sino evitar que la esposa de su cliente huyera de casa. El hombre
había salido con sus hijos y se los había olvidado en
un shopping. Luego había tomado un avión y, ocupado en
arreglar por teléfono asuntos de negocios, ni recordó
a los chicos. Para su esposa eso había colmado la medida. Ella
dijo que se sentía abandonada y traicionada. Le dije que eso
no era un sentimiento sino un juicio. Lo que ella sentía era
otra cosa: se sentía sola, desesperada. Necesitaba que el marido
se tomara vacaciones dos semanas por mes con ella y los chicos. Cuando
decimos que nos sentimos traicionados, estamos describiendo una conducta,
no un sentimiento. El odio y la furia son sentimientos. Sirven. Hay
que pedir, no demandar.
Para Chopra, contrariamente a otros líderes espirituales, los
sentimientos negativos son aquellos que nos completan, sino seríamos
seres imperfectos. Cuando dijo esto, un suspiro de complacencia recorrió
al público. En dos ocasiones, el odio y la furia no sólo
le salvaron la vida a Chopra sino que además le permitieron dominar
una situación: cuando era joven y estaba en un período
de su vida que en su libro Conocer a Dios describe con cierto resentimiento
(yo me esforzaba por llevar una vida de residente en un sórdido
barrio de Boston), un hombre se metió en su casa y lo atacó
con un palo de béisbol. Chopra se lo arrebató y lo golpeó
con él en la cabeza. En otra ocasión un grupo de muchachos
lo encañonaron con sus armas a la salida de una conferencia.
Chopra dijo al que tenía más cerca: Mira, puedo
darte el dinero en efectivo, pero no las tarjetas de crédito.
Supongo que no querrás matarme por unos cuantos miles de pesetas.
Esto sería asesinato y lo llevarías encima durante el
resto de tus días. Por lo tanto, baja el arma y vete, ¿de
acuerdo?. Y luego gritó ¡¡¡Fuera de aquí!!!,
tan alto como dice que los antiguos griegos gritaban al ver a la Gorgona.
El hecho de que Chopra utilice con la misma frecuencia la palabra alma
y dinero, que entre sus libros de mayor éxito estén Cómo
crear abundancia y Las siete leyes espirituales del éxito acaba
con el mito del profeta en harapos, túnica o guayabera. La actriz
Ana María Campoy, que venera a Chopra, aconseja mirarlo sin prejuicios,
después de todo el rey Midas no era tonto. Sin embargo no lo
fue a ver; su admiración se limita a desplegarse como la de Hanglin,
por teléfono.
Es un enviado, alguien que, cuando uno tiene una pinchadura, te
indica con palabra poderosa pero accesible adónde debe ir la
flecha. Es como un Ortega, un Unamuno, un Julián Marías.
Mi hijo Roberto es devoto de él lo mismo que mi nuera Gachy.
Un hombre que no viene con el boato y el oropel,pero que debe hacer
mucha obra y no lo dice. Me gusta lo mismo que Teresa de Calcuta que
no tenía muchas posibilidades de hacer borderaux, pero que estaba
en contacto muy cercano con todas las grandes fortunas y las usaba para
su obra. Siempre se ha dicho que el dinero mancha, pero el dinero siempre
ha estado en juego desde el período del trueque.
¿No fue a sus conferencias?
No me interesa conocerlo, soy de tenerlo en la mano. ¿Qué
libro prefiero? El último. Siempre la última hojita que
cae es la mejor. Porque me gusta la inmediatez, un encuentro visceral
como el que yo tuve con Pepe (su marido es José Cibrián)
con quien estuvimos de novios un mes y enseguida nos casamos y luego
vinieron los hijos, todo con la misma pasión. Chopra es un ángel,
como el demonio también es un ángel, un ángel tentador,
fatal, un ángel terrible, muy entrador, un tipo o una tipa, qué
sé yo. A Chopra lo tengo en mi mesita de luz, en la mesita de
luz entra poco, porque debe haber poco. Es tangible, si lo veo puedo
imaginar más cosas y me ayuda a vivir, me ayuda a haber hecho
bien los deberes, a hacer lo que quería hacer dentro de mis posibilidades,
porque tampoco soy La Gran Garza.
A Chopra lo trajo Andrea Martelli, una psicóloga, terapeuta corporal,
que hace reflexología y lectura de pies y que era la mujer de
blanco encargada de presentarlo en las conferencias: Desde la
infancia tuve un grave problema de dislexia. Todo lo que fuera estudio
me costó muchísimo. Desde chica sentí espontáneamente
que las palabras tenían sus limitaciones. En Chopra encontré
algo que yo no les estaba dando a mis pacientes. La parte del alma.
¿Qué se lee en los pies?
Como en las manos se puede ver la parte física, psíquica,
corporal por la forma del pie, por el ancho, por los callos, por las
líneas, por las formas de los dedos, por las uñas. Toda
la base del pie porque el pie es el sustento del cuerpo.
Para difundir a Chopra, Martelli apuntó a un público preciso:
sólo concedió entrevistas a Clarín, La Nación,
Noticias y Milenium. La difusión apuntó a un público
de nivel, palabra que inevitablemnte aflora cuando se entrevista
a algún seguidor de Chopra. El lugar de discípulo, candidato
al despertar espiritual y cliente no son antagónicos. Chopra
cobra 5000 $ la hora de consulta.
Hizo dos Gran Rex dice la presidenta de Express News, encargada
de prensa. Si pensás que Natalia Oreiro para hacer uno
tiene que avisar todo el día en Telefé y que la entrada
de ella más cara es de 45.... La platea de Chopra se vendió
al mismo precio que para ver a un hombre que está en las antípodas
ideológicas de Chopra, Joan Manuel Serrat, aunque que quién
sabe... La de Sabina es más barata, sólo alcanza los 50.
Si se tiene en cuenta que la platea del Gran Rex tiene 1300 butacas,
y que la convocatoria de Chopra dejó libres el 20 por ciento
de las butacas, que el pullman y el superpullman también estaban
llenos las entradas oscilaban entre los 20 y los 50 $, el
cálculo es fácil.
Chopra vende un promedio de 250.000 libros por mes, pero el domingo
8 la gente, entusiasmada por la presencia en vivo, no pareció
muy interesada en comprar. En el local de Musimundo que hay al lado
del Gran Rex se pusieron a la venta ejemplares de Conocer a Dios, editado
por Sudamericana. Las ventas del día viernes llegaron a 24, la
misma cifra que Yo soy el Diego, de Diego Armando Maradona, las del
domingo fueron de apenas 21 ejemplares. A nosotros no nos combino.
Nunca abrimos el domingo. La editorial nos mandó 250 ejemplares.
Esperábamos vender por lo menos 100, se quejó un
empleado al que la presencia de Chopra le cambió el karma dominguero.
El karma, tal como lo define Chopra, tiene que ver con las experiencias
del pasado de cada uno que crea un recuerdo del cual somos víctimas.
Es algo así como una respuesta condicionada. Si no se tiene conciencia
del karma, éste tiene influencia y limita. Si, en cambio, se
tiene conciencia, es posible liberarse de él. La base del mensaje
de Chopra es que el karmapuede ser transformado, lo cual tornaría
injustas las apreciaciones que caen sobre la Nueva Era: desmovilizar
y despolitizar para poner el énfasis sobre la salvación
individual. Un obrero podría querer transformar su karma organizando
una huelga. Claro que su patrón podría tratar de transformar
el suyo, reprimiéndola.
Aunque, según Martelli, el Dr. no censura ninguna opinión,
ni rechaza nada, Chopra opina que el bomardeo de Kosovo fue falta de
imaginación y el producto de una mente tribal y de la mentalidad
estrecha de la OTAN y los Estados Unidos. Al parecer su concepto de
militancia consiste en dialogar con los grandes líderes para
transmitirles una mentalidad holística para conducir las naciones.
Lástima que en la práctica ellos la utilicen solamente
para mantenerse en forma. Durante su conferencia Chopra se permitió
hacer un chiste político: Gorbachov le dijo a Bush: Vamos
a privarlos de sus enemigos: nosotros. Nosotros los rusos, que éramos
su enemigos vamos a privarnos de su enemigos: ¡nosotros!.
El Dr. ha sido consultado por Bill Clinton, Gorbachov y otros líderes,
algunos de los cuales se mantienen en reserva. El está convencido
de que hay un más allá de la política que es karmático
y que ese karma puede ser modificado. Lástima que no llegara
un día antes. Porque entonces, a cambio de 5000 dólares,
quizás se hubiera podido intentar un acomodamiento karmático
para que el país no perdiera a su vicepresidente. Pero Chopra
fue informado muy escuetamente sobre el conflicto. Sin embargo alcanzó
a hacer un diagnóstico sobre la Argentina: ¡Qué
país demandante!.