Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
NO

todo x 1,99

Clara de noche
Convivir con virusBoleteríaCerrado
Abierto

Ediciones anteriores

 

Jueves 20 de Abril de 2000
tapa
tapa del No

HOY SE ESTRENA “BOTIN DE GUERRA”, UNA PELICULA SOBRE el rescate de la IDENTIDAD perdida

Cómo me voy a olvidar

El reencuentro de Gastón Gonçalves, bajista de Los Pericos, con su hermano Claudio, es sólo una de las muchas historias sobre la pelea de las Abuelas de Plaza de Mayo y los familiares de desaparecidos por devolverles el pasado a los chicos secuestrados durante la última dictadura militar. El film de David Blaustein cuenta esa lucha en boca de sus protagonistas y reúne a rockers de diversa clase –Cordera, Cerati, Pertusi, Aznar y los Pericos– en una histórica versión de “Sin cadenas”.

Textos:ROQUE CASCIERO


Aunque Botín de guerra reúne varias historias sobre la recuperación de hijos de desaparecidos, cada una de ellas merecería una película. En todas hay amor, valentía, suspenso, búsqueda ansiosa y un final que, si bien nunca es el todo feliz, alienta la esperanza de los otros, los que todavía no pudieron encontrar a ese familiar secuestrado en una de las noches más oscuras que tuvo la Argentina. Esperanza, también, es lo que transmite “Sin cadenas”, la canción de Los Pericos que cierra el film de David Blaustein. Es imposible no conmoverse con la imagen de las Abuelas de Plaza de Mayo marchando, mientras se escucha que el Bahiano, Gustavo Cerati, Ciro Pertusi (Attaque 77), Gustavo Cordera (Bersuit) y Pedro Aznar dicen saber que “Nada escapa, nada muere, nadie olvida”.
La participación de Los Pericos en Botín de guerra se dio a través de Gastón Gonçalves, el bajista del grupo, que logró encontrar a su hermano secuestrado gracias a la lucha de su abuela y las Abuelas. Gastón estaba en Badalona, España (donde acababa de tocar con su banda junto a Sonic Youth y Paul Weller), cuando se enteró de que, finalmente, Claudio había sido encontrado. Su historia es una de las que narra la película de Blaustein: el padre de ambos (también llamado Gastón) fue secuestrado a fines de 1976 junto a su segunda esposa, madre de Claudio. La casa donde vivían fue ametrallada, pero ninguna bala tocó el cuerpo del bebé, que su madre había envuelto en mantas y escondido dentro de un placard. Uno de los militares que participaron del operativo lo llevó a un hospital, semiasfixiado, pretendiendo apropiárselo (como sucedió con tantos) cuando se recuperara. Pero los médicos lo entregaron a un orfanato y el niño fue adoptado por Luis Novoa y Elena Rodríguez, con quienes aún vive. Después de diecinueve años, el personal de Antropología Forense completó el seguimiento del rastro y los hermanos Gonçalves pudieron conocerse. Hay un detalle que parece “de película”, pero que es real: Claudio era fanático de Los Pericos.
Gastón dice haberse sentido muy honrado de que las Abuelas de Plaza de Mayo eligieran una canción de su banda para Botín de guerra. “Uno ve la película, ve a esas señoras de ochenta años y se siente un poroto, porque son unas guerreras imbatibles –se emociona el bajista–. Yo lo sé bien, porque mi abuela ha sido así. Estas minas, por saber que sus nietos están vivos, han llegado al punto de tener que aceptar que a sus nietos los criaron sus captores y que ya formaron un vínculo con ellos”.
–¿Fue iniciativa de las Abuelas que Los Pericos participaran de la película?
–Existía un amague de hacer algo con las Abuelas desde hacía tiempo, pero siempre que había fechas clave, estábamos de gira fuera del país. Esto pudimos programarlo con antelación, así que cuidamos que no nos apareciera nada. Fue algo superimportante para nosotros, nos sentimos muy orgullosos de que nos permitieran aportar un granito de arena a la montaña gigante que construyen ellas.
–¿Por qué eligieron “Sin cadenas”?
–Por el mensaje de esperanza que tiene. Al principio pensamos en otras canciones. Por esta cuestión de las tribus, yo quería hacer un tema de los Cadillacs y mandársela a guardar a todos. La verdad, estoy harto de la división, me tiene las pelotas llenas. Pero cuando el Negro (Bahiano) tiró “Sin cadenas”, estuvo buenísimo, porque tiene el mismo mensaje que la película.
–Hablando de tribus, para grabar la participación en Botín de guerra, Los Pericos invitaron a los referentes de varias. No es algo común juntar en un mismo escenario a Cerati, Aznar, Cordera y Pertusi.
–Esa cosa futbolera de que, si te gusta Cerati, tenés que odiar a Los Redondos sólo sirvió para crear divisiones donde no tiene que haberlas. Nosotros quisimos tocar con gente cuya música siempre nos gustó y dar una onda tipo “basta de tribus”. Y todos dijeron que sí. Creo que va a ser positivo si un pibe que no sabe nada de la historia va a ver la película, porque al final tocan sus músicos favoritos, ya que va a tener mucha información que le va a servir para toda su vida.
–¿Vos o tu hermano se sintieron alguna vez “botines de guerra”?
–No, mi hermano no se siente botín de guerra porque no se lo pudieron robar. Y tampoco pudieron robarnos la memoria. Odio a los militares porque me sacaron a mi viejo y porque me sacaron a mi hermano durante veinte años, pero no borraron la historia. Hay chicos de 15 años que no conocen la historia, pero mis tres hijos sí la saben. A mí no me callaron, provocaron el efecto contrario. Lo que me preocupa muchísimo es cómo están hechos los planes escolares en este país, que no cuentan cómo fue el genocidio más reciente. Es muy odioso cómo a los gobiernos les conviene que todo eso no se sepa, porque siguen empleando a la misma gente. Si ascienden a tipos que están marcados, aunque una amnistía los haya salvado de la cárcel. En esa situación, la gente que tiene conciencia mantiene vivo ese espíritu: HIJOS, por ejemplo, se encargó de hacer los escraches. Ante la falta de condena de la Justicia, los escraches son una condena social. Y sirven, porque, si bien hay gente que no tiene idea de nada, cuando vos le decís que su vecino asesinó, violó, robó y torturó con saña, ya no le vende el pan, no lo saluda ni quiere compartir el ascensor.
–¿Participás de los escraches?
–Cuando puedo, sí. Estuve al principio en HIJOS, pero el grupo era muy nuevo y no le brindaba contención a la gente que iba ahí buscándola. Eso no me cerró mucho y me fui. Hoy, HIJOS sí cubre esas áreas. De todos modos, siempre apoyé la movida que hacen ellos. En el último aniversario del golpe, el ochenta por ciento de los que fueron a Plaza de Mayo eran chicos de 17 años para abajo. Es raro, porque en la escuela no les enseñan lo que pasó, pero se ve que hay chicos a los que les interesa. A veces tengo la sensación de que la gente más grande se acostumbra a que abusen de ella y por eso deja de luchar, pero los más pendejos mantienen la fuerza. Y espero que nunca bajen los brazos, porque no podemos perder la memoria.

El propósito
Gustavo Cerati

“Los Pericos me llamaron para que participara y les dije que sí de inmediato. La historia de Gastón y su hermano es muy fuerte, así que me sentí muy impulsado a estar ahí. Esta fue una causa importante a nivel emocional porque, aunque no conozco bien las diferencias internas, las Abuelas tienen métodos y formas de dirigirse que me llegan más que los de las Madres. Quizá la lucha sea la misma, pero me siento más cercano a las Abuelas en la manera de conseguir su propósito. Que, de hecho, está dando resultados. Entonces acepté participar, ensayamos un poco, fuimos y lo hicimos. Me encantó que el hermano de Gastón estuviera ahí y poder ver la interacción entre ellos. Fue un momento muy bueno. Estábamos muy felices, aunque se partía de un dolor. Todavía no vi la película, pero estoy seguro de que debe haber capturado eso. Me pareció muy bien que hubiera invitados de distintos lugares de la música, porque la idea era que no hubiera una tendencia musical y tampoco ninguna supuesta ideología. Todos estábamos en la misma, porque nos conocemos de hace tiempo. Aunque quizá no somos amigos, tampoco es gente que está en distintas veredas. La verdad es que podríamos juntarnos por causas mucho más domésticas, porque todos somos artistas.”

La canción
Bahiano

“Escribí ‘Sin cadenas’ por un mambo propio, de mi vida, y resultó paralelo al de otras vidas. A la del Karateca Medina, por ejemplo, con quien hicimos el video, y a la lucha de las Abuelas. Cuando se estaban buscando canciones para que hiciéramos en la película, yo propuse ‘Sin cadenas’. La historia de los desaparecidos no está tan en la superficie de la letra, pero si se lo piensa bien, hay un punto en el que existe un enlace con la letra. La canción tenía un sentido y ahora tiene varios: la historia del Karateca, las Abuelas... Me siento orgulloso de haber escrito algo que significa tanto para diferentes personas. A nivel de sentimientos, lo de la película superó las expectativas que cualquiera puede tener cuando escribe una canción: que una entidad tan importante como las Abuelas haya decidido que ése iba a ser el tema de su película es un enorme honor.”

La historia
Gustavo Cordera

“Para mí, antes que nada, las Abuelas son la demostración de que uno no tiene por qué convertirse en una persona descartable cuando llega a viejo. Uno puede ser grande y tener una esperanza. Cuando uno tiene algo por qué pelear, la vejez no te toca. Las Abuelas son algo importante por lo que luchar, representan la alegría por la lucha, coherencia, desinterés. Son figuras que pueden ser cuestionadas desde la estrategia o el temperamento, pero están detrás de una causa auténtica y pura como lo es la búsqueda de la identidad de muchachos que están en manos de sus secuestradores y que la pasan muy mal. Con Bersuit siempre adherimos a todo lo que sea recuperar un poco la memoria perdida para que no vuelvan a pasar cosas aberrantes, que terminan haciéndonos mal a todos. Porque yo no perdí mi nombre ni a mis padres, pero sí los carnavales, la alegría en las calles, el almacenero, el botellero, cachos de la historia cotidiana. Además, fue muy bueno estar sobre un escenario con una banda que suena tan bien como Los Pericos, con una canción tan interesante en lo literario y lo musical como ‘Sin cadenas’ y con músicos tan importantes como Cerati, Aznar o Ciro. Todo lo que sea apertura y mixtura trae como consecuencia un intercambio que es beneficioso para la gente. La música y el arte están para abrir los horizontes de la percepción y que cada uno pueda ver otras cosas.”