La muerte del escritor, hispanista, intelectual, periodista y político
Arturo Uslar Pietri, ocurrida el lunes, deja a Venezuela sin uno de sus
grandes talentos y a América latina sin uno de los patriarcas de
su literatura. Pietri, fallecido en Caracas de un paro cardíaco
a los 94 años, fue fiel testigo de la vida hispanoamericana del
siglo XX y su obra lo pone a la cabeza de la literatura venezolana, junto
con su compatriota Rómulo Gallegos. Con el guatemalteco Miguel
Angel Asturias y el cubano Alejo Carpentier, fue el iniciador de la corriente
literaria conocida como realismo mágico, que él
definió como un redescubrimiento del mestizaje americano.
Nacido en Caracas el 16 de mayo de 1906, hijo de Arturo Uslar y Helena
Pietri, su infancia transcurrió en el marco histórico de
la dictadura del general Juan Vicente Gómez. Se doctoró
en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Caracas en 1929
e, influido por la literatura de vanguardia de la época, publicó
su primera obra, Barrabás y otros relatos, en 1928. Tras terminar
sus estudios viajó a seis países europeos y cinco de Oriente
Medio, donde pasó buena parte de su juventud. Entre 1929 y 1934
residió en París, ciudad a la que se trasladó como
agregado civil de la embajada venezolana, y también ejerció
como delegado en la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra.
En estas ciudades conoció a Carpentier y a Asturias, además
de tomar contacto con las corrientes surrealistas y las nuevas técnicas
narrativas, lo que le sirvió para escribir su gran obra, Las lanzas
coloradas, publicada en España en 1931. De vuelta a Venezuela en
1934, estudió Derecho y Economía, y entre 1936 y 1945 participó
activamente en la política venezolana y ejerció como profesor.
Como político, Uslar Pietri fue ministro de Educación entre
1939 y 1941, secretario de la Presidencia de la República (1941-1943
y 1944-1945), ministro de Hacienda (1943) y ministro de Relaciones Interiores
en 1945, además de ser senador desde 1959 hasta 1973. En las elecciones
de 1963 fue candidato independiente a la Presidencia de la República
y consiguió el 16 por ciento de los votos.
Toda su vida estuvo vinculado con el periodismo. Desde 1946 escribió
ininterrumpidamente Pizarrón, una columna semanal que
se publicaba en 26 periódicos de lengua española sobre temas
de actualidad y que la Agencia EFE distribuyó durante las últimas
décadas del siglo XX a decenas de diarios latinoamericanos. De
1969 a 1974 fue director del diario El Nacional, de Caracas, y durante
esta época en 1973 el Ministerio de Información
y Turismo de España le concedió el Premio Miguel de Cervantes
de periodismo. También fue embajador ante la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco) entre 1975 y 1978, miembro del Consejo Ejecutivo de ese organismo
y su vicepresidente para América latina y el Caribe entre 1978
y 1980.
Uslar Pietri escribió ensayos, novelas, cuentos, poesía
y teatro, y destacan en su vasta producción literaria novelas como
Las lanzas coloradas (1931), El camino a El Dorado (1940), La isla de
Robinson (1981), Godos, insurgentes y visionarios (1986) y La visita en
el tiempo (1990). Autor de numerosas narraciones y cuentos, cultivó
igualmente la poesía con su obra Adagio (1931). Considerado uno
de los más lúcidos representantes del pensamiento hispanoamericano
y de una gran experiencia en la vida política, Uslar Pietri se
convirtió en la conciencia crítica del régimen venezolano.
En marzo de 1990, el gobierno venezolano lo designó miembro de
la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario
del Descubrimiento de América. Ese mismo año recibió
el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, como creador
de la novela histórica moderna hispanoamericana. En 1991,
obtuvo en su país el VII Premio Internacional de Novela Rómulo
Gallegos, con la obra La visita en el tiempo, sobre la vida de don Juan
de Austria, lo que le supuso ser el primer y único venezolano en
recibirlo. También consiguió más de una docena de
premios internacionales y venezolanos, como el Nacional de Literatura
de Venezuela (1950 y 1983), el María Moors Cabot de laUniversidad
de Columbia, el Alberdi Sarmiento o el Nacional de Periodismo de Venezuela.
Fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura 1993 por la Academia
Venezolana de la Lengua y otras ocho instituciones locales, y en 1995
fue finalista al Premio Cervantes.
Tristeza y admiración
Se ha ido un
símbolo del intelectual latinoamericano. En su larga vida,
produjo no solamente una obra cuantitativamente numerosa sino que
fue un protagonista de la literatura, la cultura y la política
de América latina durante décadas muy tormentosas
(Marcos Aguinis).
Cuando se habla
de la literatura sobre la violencia de América latina, de
la que se apoderaron colombianos y venezolanos, y de la generación
de novelas de caudillos, entre ellas las de García Márquez,
hay que remontarse a Pietri y a sus personajes, tanto en Las lanzas
coloradas, como en El camino a El Dorado, dos clasicotes
(Antonio Skármeta).
La ausencia de
este maestro es una gran pérdida para las letras americanas.
Venezuela y el continente entero están sumidos, con justicia,
en un profundo sollozo. Fue un pensador que elevó a las más
altas instancias el tema americano
(Belisario Betancur, ex presidente de Colombia).
Fue una ineludible
referencia en la vida intelectual y política de Venezuela.
Supo novelar la vida turbulenta de nuestra sociedad, sus caudillos
y sus revueltas, abriendo el camino para quienes insertaron la literatura
latinoamericana en el mundo (Luis María Sanguinetti,
ex presidente
de Uruguay).
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MURIO
JOSE GARCIA NIETO, UN POETA COMPROMETIDO
El mejor alumno de Garcilaso
José García Nieto,
aunque polémico reconocido como uno de los grandes autores españoles
de la segunda mitad del siglo XX, falleció en Madrid a los 86 años.
Acusado de simpatías falangistas y con la trilogía Diospatria-familia
como cuestión central de su obra, fue uno de los grandes olvidados
de la literatura de su país hasta que el Premio Cervantes que
le fue otorgado en 1996 lo ubicó en un justo lugar de reconocimiento.
Amigo íntimo del Premio Nobel de Literatura Camilo José
Cela, García Nieto estaba alejado de la vida pública desde
que en 1992 sufrió un derrame cerebral que lo dejó con serios
problemas de movimiento, memoria y expresión.
Apegado a la tradición de Garcilaso de la Vega (1501-1536), el
poeta cultivó, al menos en una primera etapa, una poesía
conservadora, neoclasicista. Ello quedó plasmado en la revista
literaria Garcilaso, que él fundó, y en el grupo literario
Juventud Creadora, que dirigió. En opinión de
algunos críticos, fue virando hacia un estilo cercano a la estética
falangista de sus versos. Así se lo calificó como representante
de la nueva literatura que propugnaba el régimen del
dictador Francisco Franco.
Nacido el 6 de julio de 1914 en Oviedo (Asturias), García Nieto
fue considerado también un poeta puro, con versos construidos preferentemente
en agrupaciones estróficas usuales. Joaquín Benito de Lucas,
que editó en 1996 una recopilación de su obra, opinó
que la poesía de García Nieto ofrece una evolución
que desgraciadamente no ha sido vista por la crítica. Agregó
en este sentido en el prólogo de ese libro que su
obra, atada al carro del garcilasismo sólo en los primeros años,
ha ido evolucionando con nuevas experiencias y nuevos procedimientos métricos,
como también evolucionó su visión del mundo, adentrándose
en una poesía comprometida y confesional al mismo tiempo.
Siempre he sido un hombre muy preocupado por el tema religioso,
dijo al serle concedido el Premio Cervantes, ocasión que aprovechó
para recitar uno de sus poemas: La lluvia alcanza el nido./ Las
alas cobijadas./ El que yo soy o ha sido./ Anda sobre pisadas....
Huérfano de padre desde los seis años, comenzó a
estudiar matemática, pero al final se decantó por la carrera
de periodismo, que cursó en Madrid, adonde llegó en 1929.
Su primer libro de poemas, Vísperas hacia ti, lo publicó
poco después de la Guerra Civil, durante la cual pasó algún
tiempo en prisión. Le seguirían una treintena de obras,
entre las que destacan Versos de un huésped de Luisa Esteban (1940-1944),
Tú y yo sobre la tierra (1944), Retablo del ángel, el hombre
y la pastora, Toledo, (ambas 1945), Del campo y soledad (1946), Daño
y buen año del hombre (1950), Sonetos para mi hija (1953) o Geografía
es amor, por la que obtuvo en 1957 el Premio Nacional de Literatura. Nombrado
presidente del Círculo de Bellas Artes en 1982, también
fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Además de poeta, el autor escribió numerosos artículos
para periódicos y revistas de España y el resto de Europa.
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