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Las idas y vueltas de una traición, en tiempo real

Tras la ambición que muestran los protagonistas de �Hombre de confianza�, su autor, Roberto Perinelli, propone una lectura que ahonda sobre la amenaza
de desintegración.

“Hombre de...”, dirigida por Julio Baccaro, va viernes, sábado y domingo en el Teatro del Pueblo.

Por Hilda Cabrera

En esta pieza de Roberto Perinelli (autor, entre otras obras, de Los pies en remojo, Miembro del jurado, Coronación, El cuento de la buena vida, Gastón y La cena), la acción se desarrolla en tiempo real y entre personajes dispuestos a la traición. Los preparativos para apropiarse de lo recaudado en Round Producciones –empresa que regentea un tal Torito Mazzarone, un gesticulante ex boxeador que organiza peleas– encrespan el ánimo de unos y otros. Entre ellos, el del ideólogo del robo, el hasta entonces sumiso Natalio, empleado y “hombre de confianza” de Mazzarone, quien sin experiencia en estas faenas contrata al pistolero Benigno Olmos. La aparición de éste es ya una humorada, puesto que ingresa a la oficina en cuestión con aires de bon vivant revisteril y de mafioso decidido a disfrutar del encargo. El hombre no llega solo: detrás de él, y en actitud acechante, se ve a “un fumón con mucha historia”, apodado Matagente.
El colorido diálogo que se suscita entre los compinches (logrado básicamente por el rumboso Olmos, compuesto aquí por el versátil Juan Carlos Dual, actor de trayectoria en el ámbito publicitario, el cine y el teatro comercial) va bosquejando un cuadro de deserción social en el que caben todos los rasgos de viveza y recelo característicos de los individuos mediocres y en pugna. La trama incluye violencias y picardías propias de quienes supuestamente no han articulado sus existencias a la altura de sus ambiciones, y la de aquellos otros que parecen vivir el presente como una mutilación. Ejemplos de esto último son los patéticos Mazzarone (papel a cargo de Aldo Pastur, actor de cine, teatro y televisión) y Natalio (compuesto por el excelente Aldo Braga), quien se confiesa buchón y vulgar entregador. Quizá sea por esta autodescalificación y por la certeza de vivir en un tembladeral (que al parecer también transita la joven secretaria Beatriz, interpretada por María Laura Berch) que estos personajes hallan una salida en la traición, acaso la única “marca mental” que los iguala.
Siempre a punto de convertirse en fantoches (a causa de la reiteración de algunos tics), estos fabuladores resueltos a entrampar a quien se les ponga en el camino se mueven incitados por la ambición de dinero y el placer de la revancha, móviles sobre los que, sin embargo, el director Julio Baccaro (actualmente a cargo de la dirección artística del musical Grease!) prefiere no insistir. Su apuesta es, por el contrario, destinar los primeros planos a las actitudes contradictorias y la ambigüedad de los sentimientos.
Esta decisión resulta eficaz a nivel interpretativo, puesto que impide a los protagonistas caer en estereotipos, como bien lo ejemplifican Dual y Braga. Pero no sucede lo mismo en el plano de los climas. Salvo esos buenos momentos en los que se alternan comicidad y enrarecimiento, se extraña en este montaje el vértigo inherente a las historias policiales. Y más todavía cuando es el mismo autor quien califica su escrito de comedia policial. En todo caso, la singularidad de la obra pasa por otro lado. Por señalar la cotidiana propensión a destruir lo hecho (o lo planeado, como se observa más precisamente aquí) por el otro. De ahí que toda relación (sea ésta delictiva o no) implica una amenaza: la desaparición de alguno de los personajes en juego. Ese presagio de desintegración se corporiza aquí en el “intruso” Matagente (rol compuesto con toques minimalistas por un eficaz Leo Granulles). Esa sería una de las lecturas sobre Hombre de confianza, reforzada en parte por los diálogos que, cómicos o enigmáticos, pero siempre incompletos, disparan asuntos de muy diverso orden, escabullendo realidades supuestamente más inquietantes que los mismos hechos.

PUNTOS

 


 

DENUNCIAN ACCIONES INTIMIDATORIAS EN ARGENTORES
Los autores se sienten vulnerables

Por H. C.

“No hay representación proporcional. La Lista que gana es la que gobierna, y los demás no tienen derecho siquiera a preguntar sobre los contratos, por ejemplo.” La cita pertenece al autor y director teatral Hugo Midón, vicepresidente de la Lista Plural, que preside el actor y autor Juan Carlos Mesa, agrupación que competirá en las próximas elecciones del jueves 12 de abril por la conducción de Argentores, la entidad que centraliza la recaudación de los derechos de autor y nuclea a autores de teatro, cine, radio y tv de la Argentina.
Esa y otras afirmaciones fueron vertidas en el Teatro Ateneo, propiedad de Carlos Rottemberg, en una ronda abierta con los periodistas convocada por autores independientes e integrantes de la opositora Plural. Entre otros estaban Manuel Antín, Jacobo Langsner, Juan Carlos Gené, Carlos Pais, Jorge Shussheim, Juan Carlos Cernadas Lamadrid, Clara Zappettini, Roberto Perinelli, Carlos Gorostiza, Aída Bortnik, Eduardo Rovner, Mauricio Kartun y Alberto Migré. Estos autores están agrupados en consejos y comisiones, como la de Cultura, destinada a “organizar un verdadero programa cultural a través de talleres, divulgación de obras y una mayor relación con los autores del interior y extranjeros”, según puntualizó el dramaturgo Roberto Cossa a Página/12.
El propósito de la convocatoria no era esta vez presentar la Lista sino dar a conocer una serie de “acciones intimidatorias” de la actual conducción de Argentores. Se aportaron cartas-documento de apercibimiento enviadas (26 de febrero y 7 de marzo) por la junta directiva a Mario Javier Segade (autor, junto a Gustavo Belatti, de “Verdad-Consecuencia” y “Vulnerables”, este último sobre idea de Adrián Suar), al dramaturgo y novelista Elio Gallípoli y al dramaturgo Marcelo Marán. Se les reprocha haber vertido opiniones agraviantes para la entidad e injuriosas para la actual conducción.
La inmediata reacción de los “adversarios y no enemigos” de los hoy directivos –como se apresuró a aclarar Mesa– convirtió cada apercibimiento en un boomerang para la junta, que actualmente tiene en contra a algunos de los que la acompañaron en su debut, como Celia Alcántara, quien renunció pocos meses después de la asunción de las autoridades, hace ya tres años. También desertó Alberto Migré, quien, en caso de triunfar la Lista Plural, conformará la Comisión de Cultura junto a la misma Alcántara, Bernardo Carey, Griselda Gambaro y Roberto Cossa. La entidad, según evaluó Midón, no estaría cumpliendo hoy cabalmente, en opinión de los convocantes, la tarea para la que fue creada hace ya más de 90 años. Se sumaron otros ríspidos temas, como “la falta de transparencia” en los asuntos administrativos. “Parecería que hay cosas sobre las que no se puede hablar”, apuntaba Segade.
También se habló de la jerarquización de los premios Argentores, porque “el año pasado hubo por lo menos cinco autopremios”. Además de los especiales a Alejandro Romay, Carlos Rottemberg y Suar, fueron otorgados, entre otros, a Agustín Pérez Pardella, actual presidente de Argentores, Diana Raznovich y Graciela Teisaire. Efraín Bischoff y Ricardo Halac se llevaron plaquetas de reconocimiento, y el Gran Premio de Honor Cine 2000 fue para Emilio Vieyra, actual secretario de la entidad. Una decisión controvertida, como lo fue la designación de Fabio Zerpa (perito en Ovnis y problemáticas del Más Allá) y Guillermo Ben Hassan para representar a Argentores en la última Fiesta Nacional de Teatro, realizada en Salta.

 

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