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“EL DICTADOR”, DE MARIA SEOANE Y VICENTE MULEIRO
Videla, un asesino por naturaleza

La biografía de Jorge Rafael Videla fue presentada en la Feria, con la participación de los periodistas Horacio Verbitsky y Ricardo Kirschbaum. Un libro imprescindible para entender los años de plomo.

Seoane, Muleiro y Verbitsky, entre otros, en la presentación de la biografía sobre Videla.

Por Silvina Friera

Los periodistas María Seoane y Vicente Muleiro escribieron las primeras líneas de un gran relato inconcluso, que después de cinco años de minuciosa y paciente investigación plasmaron en El dictador, una biografía imprescindible de más de 600 páginas, sobre la historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla. El libro fue presentado en la sala Roberto Arlt de la Feria, con la participación de los periodistas Horacio Verbitsky, Ricardo Kirschbaum y la coordinación de Magdalena Ruiz Guiñazú. “Videla no era un loco ni un demonio, tenía un objetivo premeditado: para hacer desaparecer económicamente a un país era necesaria una gran matanza”, explicó Seoane frente a un público que colmó la capacidad de la sala y en el que se distinguían varias Madres de Plaza de Mayo.
Como sostienen los autores, si “las sociedades hablan por sí mismas, tanto por sus héroes como por sus villanos”, el libro sintetiza la resbaladiza, oscura y siniestra personalidad del comandante de la represión y el terror. “Todavía tengo presente la imagen de la conferencia de prensa de Videla en la que dijo que un desaparecido no existe, no está más, incluso haciendo gestos con las manos”, recordó Ruiz Guiñazú. “¿Cómo se pudo emitir en un noticiero, cómo la sociedad argentina aceptó la definición de que un ser humano no estaba, que había desaparecido en el aire?”, se preguntó la periodista.
Cuando Kirschbaum se enteró del proyecto de la biografía, el primer interrogante que se planteó fue si el personaje tenía facetas interesantes. “Después de leer las 600 páginas, la primera sensación que tuve es que este libro termina de desnudarlo por completo”, precisó. “Al rostro diurno, como los autores prefieren llamarlo, se oponía la ferocidad nocturna de la matanza sistemática”. Entre los múltiples detalles de El dictador, un libro hecho con “pasión y con opinión”, según lo definió Kirschbaum, el periodista señaló una constante en la vida de Videla: “Fue un conservador asumido, un antiperonista convencido y su único gesto de audacia fue negarse a viajar en el charter que trajo a Perón a la Argentina, un reaccionario que siempre evadió asumir las responsabilidades concretas”. Además, comentó que la mayor parte de la información del libro de Videla fue obtenida en el exterior. “En nuestro país sigue rigiendo el secreto de los actos de los funcionarios cuando pasan por el gobierno. Es nuestra responsabilidad reclamar que esta anormalidad se termine, que los investigadores no reciban fotocopias de archivos históricos robados del Estado, como si trabajasen en la clandestinidad”, exhortó Kirschbaum.
Horacio Verbitsky comentó que trabajó con Seoane y Muleiro en la revista El Periodista de Buenos Aires, y dijo que en ese medio se publicó por primera vez la lista completa de los represores y de todos los campos de concentración compilada por la Conadep. “Discrepo con Ricardo en que el personaje sea interesante”, opinó Verbitsky. “Para mí no es interesante y esto realza el mérito de los autores, porque el libro sí es interesante a pesar del personaje”. El periodista de Página/12 y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) confesó que pensó mucho en la biografía a raíz de que el actual jefe del Ejército, el general Ricardo Brinzoni, tiene como abogado de confianza a Enrique Torres Bande, el segundo dirigente del partido neonazi Nuevo Triunfo. “Videla es un modelo de militar argentino y lamentablemente no es el último. Esa actitud santurrona, hipócrita, de hombre correcto y mesurado es un modelo que se repite”, reflexionó Verbitsky. “La biografía termina, al menos desde un punto de vista racional, con el mito de las líneas internas del Ejército entre los moderados y los duros, que fueron la perfecta coartada para que la clase política, los sectores empresariales y eclesiásticos se permitieron acompañar a la dictadura durante años sin poner en cuestiónque ese acompañamiento al moderado Videla indicara la aprobación a los campos clandestinos de concentración, a los secuestros, a las torturas”, aclaró el periodista. Además, Verbitsky hizo especial hincapié en las dificultades de los autores para conseguir documentación sobre el período sombrío de 1976 a 1983. “Cómo no iban a sustraer los archivos si se robaban hasta los inodoros en los procedimientos antisubversivos”, advirtió. “La dictadura eligió el camino del ocultamiento, del funcionamiento dentro del Estado de otro Estado clandestino, que ejecutaba las tareas sucias y que hoy conocemos con su nombre más apropiado de terrorismo de Estado”.
Seoane agradeció la colaboración de los periodistas Guido Braslavsky y Anabella Quiroga, dos piezas fundamentales en el proceso de elaboración de El dictador. “El tema central era poder hablar con Videla”, confirmó la autora. La primera entrevista se realizó el 11 de agosto de 1998 .-ya bajo prisión domiciliaria–, la segunda el 25 de agosto de 1998 y la tercera, el 22 de marzo de 1999. “La Triple A, que funcionaba como un aparato paramilitar y clandestino, una especie de huevo de la serpiente, era absolutamente funcional para los planes de Videla y los comandantes”, analizó. “El gran enfrentamiento que tuvieron los sectores del Ejército con José López Rega era por quién hegemonizaba la represión”. Muleiro contó una anécdota que pinta de cuerpo entero a ese hombre genuflexo, que hablaba de las “guerras que Dios bendice”, en una clara impronta del espíritu maurrasiano que atravesaba su pensamiento. En el caso de la desaparición de Palma, un viejo conocido de Videla, que militaba en el cristianismo de izquierda, un amigo en común le pidió a Videla que lo ayudara. “Después de algunos cabildeos, se quejó de que él no podía controlar todos los casos y terminó diciendo que no podía hacer nada porque Palma era comunista”, relató el autor. “Lo que más nos impresionó, después de esta investigación, fue la incapacidad de este hombre de darse cuenta del dolor que había causado”, concluyó Seoane.

 

para ir hoy
18.00: Plan Nacional de Lectura. Presentación de la Encuesta Nacional de Lectura. Participan: Guillermo Jaim Etcheverry, Eduardo Fidanza, Mempo Giardinelli y Lucas Luchilo. (Sala Adolfo Bioy Casares).
19.00: Diálogo Abierto con Pedro Aznar. (Sala Roberto Arlt).
19.30: Presentación del libro Las palabras son acciones. Historia profesional del diario La Opinión, de Fernando Ruiz. (Sala Adolfo Bioy Casares).
19.30: Presentación del libro El día de la vida, de Abel Posse, con Félix Luna. (Sala Alfonsina Storni).
20.30: Presentación del libro Las revoluciones de la cultura escrita de Roger Chartier. (Sala Jorge Luis Borges).
21.30: C.T.E.R.A. Proyección del video 25 años del golpe militar: memoria, verdad y justicia. Mesa redonda: Participan Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y organismos de derechos humanos. (Alfonsina Storni).

 

PEQUEÑAS EDITORIALES EN LA FERIA
Unidos y alternativos

Por primera vez, una veintena de pequeñas editoriales argentinas presentó un stand en la Feria del Libro, con la finalidad de diferenciar su oferta editorial de las grandes empresas del sector, convertidas en multinacionales en los últimos tiempos. Botella al Mar, Corregidor, El Copista, La Bohemia, Mate, Vox Ediciones, Alcion, Ameghino, Del Dock, Del Tranvía, Leviatan, Tierra Firme, Vinciguerra, Atril y Adriana Hidalgo, son algunas de las editoriales independientes que comparten un stand en la Feria del Libro, al que se sumaron la Red de Editoriales de Universidades Nacionales (REUN) y las universidades de Cuyo, el Litoral y La Pampa.
Entre los libros que se ofrecen en el stand figuran Zama de Antonio Di Benedetto, Tahiti y otros cuentos de Ignacio Xurxo, Breve diccionario biográfico de autores argentinos de Silvana Castro con la dirección de Pedro Orgambide, Poema del amor triste de Eduardo Mileo, La Ribera de Enrique Wernicke, En el revés del cielo de Olga Orozco, obras de teatro de Manuel Puig, las obras completas de J.L. Ortiz y Manuel J. Castilla, Juancito caminador de Raúl González Tuñón y Los pasos previos de Francisco Urondo. También se ofrecen antologías de Quevedo, Martí y Amado Nervo, entre otros autores universales.

 

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