Por C. R.
De un tiro en la sien, en la
soledad de su casa de Martínez, se mató ayer la ex vedette
Juanita Martínez, recordada por el público y reivindicada
por ella misma como la esposa del cómico José
Marrone, fallecido en junio de 1990. Cuando quedó viuda, Juanita
expresó primero su deseo de seguir pronto a su compañero,
pero después admitió que había recuperado las ganas
de vivir. Sus últimos años los pasó luchando
contra el cáncer que venía mermando su salud. Su enfermedad
fue el tema central de su último reportaje, publicado el 7 de marzo
pasado por la revista Caras. El cuerpo de Juanita Martínez, de
76 años, fue encontrado por su empleada doméstica: en la
mano derecha tenía un revólver calibre 32 y en la izquierda
una foto de Pepitito Marrone, el gran amor de su vida.
Como tantas mujeres enamoradas del estrellas del espectáculo, Juanita
primero había sido la amante, la segunda, al menos en los papeles,
de un hombre casado con otra. Ella recordaba esos años con la felicidad
que parecía ser su bandera de vida: Estuvimos de novios 25
años. Su mujer era 25 años mayor que yo y estaba muy enferma.
Como era una lucha muy despareja jamás me quejé. Y cuando
se murió la lloré, porque yo había aprendido a quererla.
A la semana de quedar viudo de su mujer legal y tal vez para
compensar tantos años de comprensión, Marrone fue al Registro
Civil para convertir a Juanita en su legítima esposa.
Allí le recordaron que las leyes dicen que previamente deben pasar,
al menos, dos meses de viudez. Fue un papelón, pero era tanto
el amor que sentíamos, justificó Juanita muchos años
después. La pareja se casó en mayo de 1972 y la noche previa,
como en una vieja película argentina, Marrone le cantó una
serenata, ella abrió la ventana de su departamento y todo terminó
con la pareja bailando el vals de los novios en la vereda.
Cuando murió Pepitito, Juanita hizo cremar el cuerpo
y tenía las cenizas en su casa. Ayer, antes de quitarse la vida,
la ex vedette de la que alguna vez se dijo que tenía las
más bellas piernas de la revista argentina, dejó
una carta en la que pidió que incineraran sus restos y que los
arrojaran, junto con los de Marrone, en el jardín de su vivienda
de Martínez. Todo lo que pidió lo vamos a cumplir
al pie de la letra, declaró a la prensa la hija de Marrone,
nacida del primer matrimonio del cómico pero buena amiga de la
mujer que su padre amó. Ayer, después de una vida donde
reinó la risa, Juanita se mató en su habitación,
a solas, y sin reproches, como siempre.
EL
SECUESTRO DEL MILLONARIO
Detuvieron a un policía
El policía retirado Juan
Domingo Peralta es el segundo detenido por su presunta participación
en el secuestro extorsivo del estanciero cordobés Angel Dolza,
ganador de cinco millones de pesos con el Quini 6 en 1997. La detención
de Peralta, de 54 años, se sumó a la de Guillermo Rocha,
de 49, y con la novedad, la pista que lleva hacia los posibles instigadores
volvió a orientarse hacia el entorno familiar, dijeron fuentes
policiales. Peralta habría trabajado en el negocio de uno de los
hijos de Dolza.
El policía fue detenido en la noche del viernes en la ciudad cordobesa
de Las Varillas, donde vive el estanciero, quien fue secuestrado el 29
de marzo pasado y recuperó su libertad sano y salvo 26 horas después.
Peralta quedó alojado en la comisaría de distrito y está
imputado como presunto copartícipe del delito de secuestro extorsivo
y robo calificado.
Ahora, al igual que Rocha en su momento, Peralta será indagado
y sometido a un reconocimiento en rueda de personas. Rocha fue identificado
como uno de los secuestradores por Elba Celeste Depetris, esposa del estanciero
Dolza. La mujer lo acompañaba en el momento en que se produjo el
secuestro, que convulsionó a la tranquila ciudad de Las Varillas.
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