Por Fernando D�Addario
En el siglo XXI, los métodos tradicionales de idolatría popular incorporan los beneficios del fetichismo tecnológico. A un año de su muerte, Rodrigo revive y agoniza de los modos más diversos, desde la precariedad emotiva de su santuario en Berazategui hasta el videowall que permitió el �milagro� de que cantara ayer junto con Walter Olmos, en el programa �Pasión Tropical�, por Azul. Rigurosos con las debilidades ajenas, los números (eufemismo para referirse al dinero) constituyen el mejor fetiche para quienes rodean el cadáver exquisito del Potro cordobés: se calcula que después de su muerte, la �marca� Rodrigo generó unos 15 millones de dólares. Es decir, tres veces más de lo que ganó en vida. La industria del Rodrigo post mortem incluye entre sus items las reediciones de discos viejos, el invento de bandas nuevas, los réditos de una película impresentable pero taquillera, merchandising informal y la proyección cuartetera de la llamada guerra de los canales.
Si la muerte de Rodrigo fue entendida, en perspectiva, como una parábola del fin del menemismo (ascenso vertiginoso, éxito, mujeres, una 4x4 accidentada a 150 km/h, de madrugada, una muerte simple devenida en misteriosa), debe hacerse una salvedad: a diferencia de Menem, de quien casi todos quieren despegarse después de su caída, a Rodrigo se le pegan hasta quienes no lo conocieron, porque su radio de acción fue tan amplio que cualquiera encuentra un recoveco para escarbar en un posible negocio. Hasta la religiosidad popular se vio teñida de pragmatismo mediático: Crónica supo reflejar la tensión que provocó en un barrio de Florencio Varela, la noticia de que dos fotos de Rodrigo lloraban sangre, mensaje desde el más allá que se repitió en Paysandú. El suicidio de dos adolescentes, después de su muerte, se inscribió en ese mismo terreno de lo inexplicable y lo excesivo, como la reacción de su madre, Beatriz Olave, que cantó ante las cámaras pocas horas después de enterarse de la muerte de su hijo. Del otro lado del suicidio, otro fenómeno de fe: la imagen de Rodrigo ayudó a resucitar a Belgrano de Córdoba, un equipo que estaba casi condenado a irse al descenso y que, con la cara del Potro inscripta en la camiseta (como una publicidad a la inversa: Rodrigo publicitando a Belgrano) ganó en forma insólita los tres últimos partidos del Clausura, eliminó a Quilmes en la promoción y se quedó en Primera.
La desmesura de los sentimientos no tiene lógica, un atributo que sobra en los escritorios de las compañías discográficas. Los directivos del sello Magenta (que disputa con Leader Music la supremacía en el mundillo tropical), que no son hinchas ni de Belgrano ni de Talleres, le iniciaron juicio al club cordobés, por presunta violación de sus derechos exclusivos sobre la imagen del cantante. Es que el lirismo tribunero también cotiza en la alicaída realidad comercial de Córdoba. Las remeras de BelgranoRodrigo se venden como pan caliente, a 30 pesos cada una. En la presentación oficial estuvo Beatriz Olave.
Magenta maneja la parte más apetecible de la torta que dejó Rodrigo. En ese sello grabó sus mejores discos. Todos coinciden en que las ventas de las ediciones post mortem no estuvieron a la altura del boom. Es que Rodrigo era prolífico, pero todo tiene un límite. Sony exhumó material perteneciente a la era previa al estallido del fenómeno y Magenta tiene los derechos correspondientes a todo el �período cuartetero�. Del 24 de junio de 2000 hasta acá, hicieron todo lo posible �y un poco más� para maximizar los alcances del catálogo de Rodrigo. Editaron una serie bautizada �La historia de Rodrigo� que fue saliendo en el transcurso del año: Rodrigo en el Luna Park (vendió 48 mil unidades), En vivo en el Astral (12 mil), Unplugged (24 mil) y Ultimo show en Palmira, registrado en Córdoba. Ahora presentan una novedad: un disco recopilatorio de temas inéditos. Incluye la canción �Figúrate tú�, en la que Rodrigo aparece cantando con Alejandra, su ex novia. La misma Alejandra llevó la canción a la compañía, en estudios la retocaron un poco y ya está en la calle. Roberto Ricci, director artístico del sello, sostiene, en diálogo con
Página/12, que �esto pasa con los ídolos en todos lados. En el mundo, todos los meses sale un disco distinto de Elvis Presley. En vivo aquí, en vivo allá, la grabación perdida en tal lado. Y se venden lo que se puede vender en esta época, tratándose de discos en vivo, que tienen temas que la gente ya compró en otros discos. El boom sigue intacto, pero la crisis es cada vez mayor y los fans ya tienen los discos de Rodrigo�.
En un esfuerzo de producción, Sony Music editó ayer, con puntillosidad cronométrica, Todos juntos con Rodrigo, un cd en el que se escucha a Rodrigo cantando en dueto con artistas de distintos géneros: Ariel (cantante de Ráfaga), Valeria Lynch, Sebastián, Facundo Toro, Ulises Bueno (uno de sus hermanos), Celia Cruz y Luciano Pereyra, entre otros. Las canciones pertenecen a Sabroso, un disco de la etapa �salsera pop� de Rodrigo, que en su momento pasó inadvertido y que en este último año, con su oportuna reedición, vendió 72 mil unidades. El agregado de estas voces invitadas ayudará seguramente a superar esa cifra. Estos datos pertenecen al mundo de lo �oficial�. Debajo, transita �el otro país�, cuya economía informal, flexibilizada a la fuerza, tiene su correlato en la circulación de discos piratas, grabaciones truchas y reproducciones de dudoso origen. De Rodrigo andan por ahí, en trenes y estaciones, más de diez cd piratas, que se venden entre cinco y quince pesos, según su idoneidad no garantizada y, principalmente, según la cara del eventual comprador.
También para los ex músicos de Rodrigo la vida sigue y, como no cobran regalías por el pasado de gloria, deben seguir trabajando. La banda se dividió en dos: �La 840, la banda del Potro� (pertenece a Leader Music) y la �Auténtica Banda de Rodrigo� (Magenta). En esta última actúan dos hermanos de Rodrigo, Ulises y Flavio, y el tío Alberto, pero la estrella es Olave, que agita e invoca el espíritu de su hijo entre tema y tema. Los dos grupos sacaron discos, que no vendieron como se esperaba, y ganan más centimetraje con las declaraciones cruzadas que con las canciones. La antinomia se proyecta a otros ámbitos, porque las diferencias, como es de esperar, exceden largamente lo musical. Incluyen la disputa por la herencia, los agujeros negros que aparecen en el patrimonio de Rodrigo (hay una guerra entre Olave y el ex manager José Luis Gozalo, por cuentas que no se aclaran), el tema del juicio a Pesquera (empieza en agosto) y rivalidades entre canales de TV. �Movete�, en América, y �Venite con Georgina�, en Azul, canalizan en el tema Rodrigo sus viejas diferencias. La pelea es también institucional. Azul programó, los sábados de junio a las 20, especiales llamados �Rodrigo, la historia�, conducidos por la Tota Santillán, una figura top dentro de la farándula tropical. El sábado pasado midió 8.3 con picos de 9.1. América puso al aire a la misma hora �Fuego y pasión�, monitoreado por Camilo García y tuvo un rating de 2.1. Azul desplegó toda su artillería: mostró los primeros shows del Potro, el acústico exclusivo, los conciertos en el Luna Park, los recitales que hizo en �Pasión Tropical�, un compilado con su participación en las novelas, la canción que grabó para �Los Buscas�, la pelea con la Hiena Barrios. América, sin ese material, tuvo de su lado las excentricidades de Olave.
También hubo una película, bastante mala por cierto, pero bendecida por la varita mágica de Rodrigo. La vieron 319 mil espectadores y será repuesta en vacaciones de invierno. Argentina Sono Film, Olave, Patricia Pacheco (ex mujer de Rodrigo) y Magenta pasaron por caja. Hay cosas, sin embargo, que nadie ha logrado manejar: ese merchandising casero, pobre, que se multiplica en fotos, remeras, vinchas, gorritos, muñecos, cartitas, genuinos actos reflejo de un cariño que se abre paso en el kilómetro 25 de la autopista Buenos Aires-La Plata, recorre ese camino asfaltado y señalizado especialmente para los fieles y llega en procesión al santuario pagano de Rodrigo. Allí, el héroe en cuestión, que murió el mismo día que Gardel, debe responder por gente que pide trabajo, o que tiene una hermana presa, o la mamá enferma, chicas que lo extrañan, que no pueden vivir sinél, pero soportan la sobreexposición de su ausencia gracias al más extraordinario de los reality-shows argentinos.
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