Por Eduardo Tagliaferro

Esta semana, Pilar perdió su habitual tranquilidad, ésa que una troupe de artistas famosos, políticos encumbrados y empresarios acaudalados buscan en los más de cien countrys radicados en la zona. No fue por la falta de insumos hospitalarios, ni tampoco por la rebelión de los proveedores que no pueden cobrar sus deudas en un municipio que se encuentra en cesación de pagos. Fue por la incorporación de Carlos Tórtora como secretario Legal y Técnico de la administración comunal. Muy vinculado al ex almirante Emilio Massera y a la derecha lopezreguista, vocero del levantamiento carapintada de abril de 1987, Tórtora fue mencionado por el brigadier Tomás Medina en la causa por la venta ilegal de armas, como quien desde la SIDE pretendió construir con Alberto Kohan empresas que lograran tercerizar el negocio de las armas. Negocio que por esa época, el gobierno menemista tenía en carpeta. El frondoso prontuario de Tórtora puso en estado de alerta a algunos dirigentes políticos locales, que luego de discutir en el Concejo Deliberante un voto de censura en su contra, le pidieron al intendente Sergio Bivort su separación del cargo.
Aunque niega insistentemente haber pertenecido a la Concentración Nacional Universitaria (CNU) –la agrupación derechista que persiguió a los estudiantes de izquierda con mayor vehemencia que la esgrimida tiempo más tarde por la Triple A–, Tórtora no abjura de su amistad con el genocida de la ESMA. “Yo soy amigo del Negro Massera”, suele repetir con frecuencia. Su relación se probó en las buenas y en las malas, y de ella hay muchos testimonios. Fue uno de los asiduos visitantes de Massera en el Penal de Magdalena, mientras se desarrollaba el juicio a las Juntas Militares de la última dictadura. De hecho, la declaración que Medina le entregó al juez federal Jorge Urso estaba vinculada a la frustrada venta de seis submarinos a Taiwán. Los submarinos eran los restos de un megaproyecto que se había gestado con el almirante Emilio Massera en los astilleros Domecq García y que pomposamente se había denominado “Plan de Equipamiento Naval”.
Cuando Massera se sintió elegido para actuar en política, se imaginó asimismo como el heredero de Juan Domingo Perón. No por casualidad impulsó el Partido para la Democracia Social, un engendro que tuvo entre sus nutrientes a los cuadros peronistas de Guardia de Hierro. La simbiosis volvería a reencontrarse en la Fepac, la fundación impulsada por Kohan para idear la política estratégica de Carlos Menem, en la que recalaron el suicidado integrante de los Grupos de Tareas, Horacio Estrada, otro torturador de la ESMA, Jorge Rádice, y también Tórtora.
Durante el menemismo Tórtora, supo asesorar a Carlos Corach en el Ministerio del Interior, llegó a la SIDE de la mano de Juan Bautista Yofre e incluso tuvo el respaldo de uno de los juristas del menemismo: Rodolfo Barra. Sin embargo, su principal referente en el menemismo es Alberto Kohan, quien también fue uno de los gestores del triunfo electoral de Sergio Bivort en Pilar. La candidatura de Bivort, un joven abogado egresado de la Universidad Católica, supo ser discutida en el Boating San Isidro, en la casa de Mario Fernández, ex jefe de asesores de Kohan en la Secretaría General de la Presidencia. Además de Bivort, de los asados del Boating solían participar Kohan, el eléctrico Luis Patti, y Héctor Fernández, ex secretario de Menem.
Que un personaje como Tórtora haya desembarcado en Pilar para tan sólo cobrar un sueldo de 2 mil pesos generó la lógica sospecha de los vecinos. Uno de los primeros lugares en los que Tórtora hizo pie fue en los foros de la seguridad, una entidad nacida para fomentar la participación democrática y generar políticas de prevención del delito. De amplia trayectoria en Inteligencia, Tórtora supo ocupar un cargo en la Secretaríade Seguridad Interior. Al radical Enrique Mathov le llevó ocho meses desembarazarse del funcionario, heredado de la estructura menemista.
“La llegada de Tórtora a Pilar es preocupante y descalifica a las instituciones democráticas, cuando hay que fortalecerlas”, dijo a Página/12 el concejal del Frepaso Osvaldo Pugliese, miembro de la comisión que realiza el seguimiento de la licitación de la red de agua potable y cloacas, un emprendimiento que comprometerá una inversión privada cercana a los 20 millones de pesos. La designación de Tórtora como representante del municipio en la comisión produjo la inmediata renuncia de los ediles Humberto Zuccaro y José Molina del PJ, César Martino de la UCR y Pugliese y Fabio Gómez del Frepaso.
La participación de las entidades Transparencia Internacional y Poder Ciudadano como monitores de la obra no es una acabada garantía de la declamada glasnot. Precisamente la falta de ella, fue el motor de la gran cantidad de denuncias que jaquearon al gobierno municipal. Incluso luego de impulsar su candidatura, Patti echó a Bivort de su fuerza política acusándolo de un manejo irregular. El secretario de Gobierno de Pilar, Ernesto Camps, recibió esta semana a los frepasistas que concurrieron a repudiar la presencia de Tórtora en Pilar y su impulso al proyecto de un Puerto Seco. Curiosamente fue una idea similar, una zona franca argentinoparaguaya, la que reunió a los hombres de Massera y de Emir Yoma. Zona franca que contaba con la bendición del golpista Lino Oviedo y de Carlos Menem.

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