Por
Pablo Rodríguez
Hoy
se cumplen 28 años del golpe militar de Augusto Pinochet. Siendo
el 11 de septiembre un icono tanto para los pinochetistas como para las
víctimas de la dictadura chilena, habrá manifestaciones
de distinto tipo y también, como hace muchos años, incidentes.
Pero antecedentes y consecuencias del 11 se extienden como
mancha de aceite en el tiempo y en el espacio. Por un lado, la familia
del ex jefe del ejército chileno, general René Schneider,
presentó ayer en Washington una querella contra el ex secretario
de Estado norteamericano Henry Kissinger. Schneider fue asesinado en 1970,
tres años antes del golpe, en un hecho que habría contado
con el apoyo logístico de la CIA. Por el otro, los abogados querellantes
en el caso Caravana de la Muerte solicitarán nuevamente
el desafuero de Pinochet (sus fueros como senador vitalicio le fueron
quitados para ese solo caso hace poco más de un año), pero
por un juicio en Argentina: el que el juez Rodolfo Canicoba Corral tramita
por el Plan Cóndor.
El general René Schneider era un personaje importante a fines de
los 60 y principios de los 70 en Chile. Su política
como jefe del ejército se conoció como la doctrina
Schneider, y establecía que las Fuerzas Armadas debían
subordinarse al poder civil. En un contexto donde Salvador Allende se
aprestaba a asumir como nuevo presidente chileno y donde grupos violentos
de extrema derecha comenzaban a actuar, la posición de Schneider
no era tan obvia en su formulación. El 22 de octubre
de 1970, un grupo de oficiales retirados y suboficiales en servicio, apoyados
por la CIA, intentaron secuestrar a Schneider, y en el intento lo mataron.
Su sucesor en el ejército, el general Carlos Prats, continuó
la línea de Schneider hasta que fue relevado por Pinochet la semana
antes del golpe militar. Y Prats también terminó asesinado,
en Buenos Aires, en 1974, por la DINA de Manuel Contreras.
La querella contra Kissinger fue presentada ayer ante una corte federal
en Washington por René Schneider Arce, hijo del general asesinado.
También están acusados el ex director de la CIA, Richard
Helms, el agregado militar norteamericano en Chile de aquel entonces,
Paul Wimert, y otros funcionarios de la Casa Blanca. La vinculación
de la CIA con el crimen de Schneider y con el golpe de Pinochet está
documentada en los archivos desclasificados por esta agencia durante el
año pasado. Schneider Arce y ex funcionarios de la Casa Blanca
revelaron otros datos que confirman estas relaciones. Según todos
estos datos, el entonces presidente norteamericano, Richard Nixon, ordenó
a Kissinger y Helms que impidieran la asunción de Allende. El plan
incluía el secuestro de Schneider como puntapié inicial.
Apoyándose en el Informe Hinchey, Kissinger argumentó ante
el Senado que la CIA cortó el apoyo a este grupo una semana antes
del asesinato de Schneider. Pero el informe también señala
que la CIA entregó armas a este grupo ese mismo 22 de octubre,
aunque no fueron utilizadas. La CIA después entregó dinero
al grupo: 35.000 dólares por razones humanitarias.
El ex secretario de Estado norteamericano ya fue requerido por las justicias
francesa y argentina por el caso del Plan Cóndor, la coordinadora
de represión entre las dictaduras latinoamericanas que contaba
con la anuencia norteamericana. Uno de los pedidos de interrogatorio le
llegó por la justicia francesa cuando él estaba en París,
por lo cual su partida de la ciudad casi tuvo olor a fuga. Ahora el caso
parece más complicado porque está radicado en Estados Unidos.
Justamente por el Plan Cóndor, los abogados querellantes de Pinochet
en el caso de la Caravana de la Muerte están buscando una vía
alternativa para llevar al ex dictador a juicio, ya que por el momento
Pinochet está sobreseído por su demencia leve a moderada.
El abogado Eduardo Contreras señaló al diario La Tercera
que pedirá el desafuero de Pinochet luego de que el juez Domingo
Kokisch rechazara el pedido de Canicoba Corral de detención preventiva
del ex dictador, argumentando que el fueroparlamentario se mantiene para
cualquier causa que no sea la Caravana de la Muerte. También la
jueza argentina María Romilda Servini de Cubría ha intentado,
sin éxito, enjuiciar al ex dictador, en su caso por el crimen del
general Prats.
Y hoy será un día tenso en Chile. El 11 de septiembre, fecha
del golpe, feriado nacional hasta hace tres años, siempre fue día
de violencia, simbólica y de la otra. Los carabineros redoblaron
su vigilancia en las zonas estratégicas de Santiago
y otras ciudades. El martes pasado, en ocasión del Día de
la Unidad Nacional que intenta bajarle el perfil al 11 de septiembre,
murieron dos personas en manifestaciones de repudio a Pinochet. Anteayer,
hubo varios incidentes en el Cementerio General de Santiago, donde unas
10.000 personas homenajearon a Allende en su tumba. Jóvenes que
se identificaron como miembros de un Grupo de Acción Popular (GAP)
prometieron más incidentes para hoy.
La clase política, sea la oposición derechista como la Concertación,
intentó minimizar todo lo que implica el 11, incluso
con críticas de ambos lados a la instauración de ese remedo
de 11 que es el Día de la Unidad Nacional. Pero el
Movimiento Vitalicio General Pinochet depositará hoy una ofrenda
floral en la Llama de la Libertad que los militares instalaron
en el centro de Santiago, conmemorando lo que hasta hace tres años
era el Día de la Liberación Nacional, feriado
impuesto por Pinochet.
Claves
- El general
René Schneider era jefe del ejército chileno meses
antes de la asunción como presidente de Salvador Allende.
Su secuestro (que terminó en muerte) formaba parte de un
plan golpista apoyado por la CIA. El hijo de Schneider quiere probar
la vinculación de Kissinger con el plan.
- Los abogados querellantes de Pinochet en el caso de la Caravana
de la Muerte pedirán un nuevo desafuero del ex dictador como
senador vitalicio para permitir que continúe otro proceso
contra él, en Argentina, por el caso del Plan Cóndor.
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