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Por Raúl Kollmann
 Tres de cada cuatro argentinos se opone a que la Argentina intervenga en la represalia que prepara Estados Unidos. Pero una inmensa mayoría �casi el 90 por ciento� considera que el ataque en Nueva York y Washington fue una gran catástrofe y no hay forma de justificarla. Al mismo tiempo, también seis de cada diez personas considera que �se trató de una consecuencia de la política que llevan los Estados Unidos para con el resto del mundo� y nada menos que un 78 por ciento piensa que el gobierno norteamericano tuvo responsabilidad �supuestamente por su política imperial� en que los ataques ocurrieran. Los consultados se mostraron más bien pesimistas respecto del futuro del mundo y en especial de la Argentina: tres de cada cuatro sondeados consideró que los hechos ocurridos el martes perjudicarán al país.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta, exclusiva para Página/12, realizada entre el jueves y el viernes por la consultora Ibope OPSM, que lidera Enrique Zuleta Puceiro. El estudio abarcó a 600 personas de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El sondeo estuvo bajo la dirección técnica de Isidro Adúriz y Julián Lisa.
El punto clave del relevamiento de Ibope es el rechazo a la participación argentina en la represalia militar que, casi seguro, prepara Estados Unidos contra Afganistán. En ese terreno, los argentinos siempre vieron con malos ojos la participación de sus soldados en operaciones de cualquier tipo. Además, no faltan quienes creen que la Argentina sufrió los dos atentados contra la AMIA y la embajada de Israel por la participación en la Guerra del Golfo. Esta vez, los datos se parecen mucho a los que mostraban las encuestas en aquel tiempo: la gente está en contra de involucrarse en conflictos bélicos.
De todas maneras, la definición de rechazo a los ataques perpetrados en Estados Unidos es muy mayoritaria: un 85 por ciento de los consultados cree que la matanza fue una catástrofe y que no tiene ninguna justificación. A esto deben haber contribuido mucho las tremendas imágenes entregadas por la televisión, de las que surge también que la primera sensación de la mayoría fue de miedo y dolor. O sea una percepción de la incertidumbre que abarcó a todo el planeta y que para la gente abre grandes interrogantes sobre el futuro. Hay un 9 por ciento, un porcentaje más bien bajo pero no irrisorio, que sintió satisfacción o revancha, algo que seguramente está relacionado con un razonamiento que apareció esta semana en algunos mensajes que llegaron a las radios: �ellos ayudaron a los ingleses en las Malvinas, siento cierta revancha con lo que les pasó�.
Estos últimos conceptos, más la negativa opinión que existe sobre lo que se considera una política imperial norteamericana, configuran la base para afirmaciones como que �el gobierno de Estados Unidos tiene responsabilidad para que los ataques ocurrieran� (78 por ciento) o .los ataques fueron una consecuencia de la política que lleva Estados Unidos para con el resto del mundo� (61 por ciento). Como se ve, existe un fuerte resentimiento, entre otras cosas porque se considera que el país del Norte tiene un fuerte dominio sobre el planeta y está vinculado con la crisis y las penurias económicas de los argentinos.
El cuadro de opiniones de los consultados se cierra con la percepción de un aire más bien pesimista. Nada menos que el 65 por ciento cree que el mundo va a estar peor que antes después de los ataques de Nueva York y Washington y en consonancia con ese marco, un 74 por ciento cree que la Argentina resultará perjudicada por lo que pasó el martes.
El diagnóstico pesimista se completa con otro dato: también el 65 por ciento cree que es probable o muy probable que la Argentina sufra un nuevoatentado en su territorio, teniendo en cuenta los que sufrió antes y su alineamiento con Estados Unidos. En general, la percepción de que existe una gran falta de seguridad ya se veía antes, básicamente porque la gente sostiene que los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel quedaron impunes en tanto nunca se encontraron a los culpables. Ese idea de que podría haber un nuevo atentado trepó ahora casi al doble, tras el dantesco espectáculo del martes.
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