Por Cristian Vitale
Víctor Hugo Morales
recuerda que recibió la noticia de los atentados en Nueva York
y Washington, un rato después de un partido de tenis frente a Norberto
Beto Outes, aquel 9 de Independiente de fines de los setenta.
El cruento episodio lo conmovió, como a todos. Sin embargo, al
tiempo en que el tema se volvió inevitable inicio de conversación,
el periodista uruguayo tiene de qué ocuparse y decir a Página/12.
La demanda por daños derivados de una campaña de desprestigio
que le iniciaron el presidente de Torneos y Competencias, Carlos Avila,
y el director de esa empresa, Luis Nofal, tiene para Morales una razón
principal. Será porque siempre digo que hay un negocio perverso
en el fútbol, un negocio que le ha servido a los pocos que se han
hecho millonarios con eso. Y pienso que los responsables son Grondona
y los dirigentes que abonan todo lo que él resuelve. Creo que su
actitud tiene que ver con mis opiniones al respecto, dice apuntando,
obviamente, sobre Avila.
La historia de cruces verbales entre Víctor Hugo basta llamarlo
así en Argentina hoy, para saber de quién se trata
y los dueños del fútbol argentino por televisión
(el mencionado empresario y Julio Grondona, presidente de la Asociación
del Fútbol Argentino) no se inició con este litigio ni mucho
menos. Desde sus tribunas de opinión siempre en Competencia,
por radio Continental, eventualmente en televisión, desde la conducción
de Desayuno, por canal 7, Morales lleva adelante una cruzada personal,
casi quijotesca con lo que él llama monopolio del fútbol
televisado. Torneos y Competencias tiene la propiedad de la difusión
exclusiva de las imágenes de los campeonatos oficiales de fútbol
argentino hasta 2014 y también participó activamente en
el negocio de la transmisión de los partidos de la Selección
Argentina, durante las eliminatorias para el Mundial Corea-Japón
2002. Sobre sus críticas a Grondona en particular, el relator de
fútbol más popular de la Argentina título virtual
que ostenta casi desde su llegada a la Argentina, hace veinte años
dice: Me enfrento con él porque critico cosas que están
mal. Siempre pasa que el protagonista se enoja mucho porque está
acostumbrado a ser mimado y tolerado por un establishment de protección
que les cambia el humor y los convierte en incapaces de recibir críticas.
Sólo están preparados para el elogio.
¿Siente que está enfrentándose a un adversario
muy grande?
Tienen mucho poder. Inventan periodistas, y acceden a ese círculo
solamente aquellos que abonan sus convicciones. Mantienen un dominio sobre
los periodistas propios y sobre los que sueñan con ser contratados
algún día por ellos, y esto es tremendo para la ética
de la profesión. Está el caso de un periodista que trabajaba
en la revista Noticias mientras Adrián Paenza aún estaba
dentro de TyC. Ese periodista, cada vez que le hacía una nota a
Avila, lo llamaba para preguntarle qué le parecía y a los
dos días lo volvía a llamar para pedirle trabajo. Lo lamentable
es que esta persona era un tipo con ideas muy buenas que, estimo, ya habrá
perdido dentro de TyC. Con esto quiero decir que una vez que pasás
a formar parte del monopolio, si no tenés chapa propia, sos parte
de un ejército de personas adheridas a un discurso elaborado a
conveniencia y determinado por el poder. TyC es dueño de casi todos
los programas de televisión, de El Gráfico, de la parte
de deportes de Ambito Financiero, de parte de Clarín, un medio
con el cual no puede escupirse el asado. La obediencia debida de los que
sueñan con entrar al medio, sumada a la seducción que implica
el poder de Grondona que le da a determinados periodistas una exclusiva,
una primicia o le paga la invitación a un restaurante donde los
deja comer con ellos es tremenda. Hay muchísimos periodistas
que de jovencitos se hicieron con él y que se sienten halagados
porque los tutea o porque les habla con cariño.
Su descripción de Grondona es la de un caudillo de la vieja
escuela política...
Ni más ni menos. Si vos no rompés cadenas con eso,
sos prisionero de él. Entre Grondona y TyC dominan más del
90 por ciento del periodismo deportivo del país.
¿Por qué cree usted que sucede esto?
Tiene que ver con las pequeñas miserias humanas, que son
producto de los privilegios que Grondona brinda. También es producto
de los miedos, la conveniencia, complicidad o vanidad. Grondona es un
hombre que ha podido manejar muchos beneficios. Aún está
pendiente la investigación de los aviones charter que llevaron
a mucha gente ligada al fútbol, invitada por la AFA, a hoteles
lujosos en el campeonato mundial de 1998. A una persona que te invita
así, nadie le puede morder la mano. Es muy lindo para la gente
ser amigo de un poderoso. En el caso del periodismo deportivo, funciona
de esa manera. No te olvides que esta rama del periodismo está
hecha por gente, en líneas generales, menos capacitada. Entonces,
cuando tus defensas son bajas y tus criterios también, tu personalidad
es más fácil de comprar. Hay gente que se siente feliz por
el solo hecho de poder decirle Don Julio. Entonces, ante este
marco, cuando aparece un tipo que a las 7 de la tarde dice que el manejo
hecho con la televisación de las eliminatorias es una vergüenza,
provoca una molestia intolerable.
¿Vive esta oposición como una lucha solitaria?
He quedado separado del ambiente, salvo un escasísimo grupo
de periodistas que ni siquiera sé quiénes integramos.
El antecedente directo de la postura que sostiene fue la transmisión
simultánea del partido entre Boca y Real Madrid por la Copa Intercontinental,
durante su programa Desayuno ¿Fue una manera sútil de enfrentar
al poder?
En realidad, esa decisión no la tomé yo. Simplemente
participé como hincha. Moría porque las cosas se hagan de
esa manera, porque hay una ley de radiodifusión que nos ampara
y da manija con eso. Ojo, que no quiero mostrarme diciendo vieron
que no pasó nada, vieron que está todo bien, porque
de alguna manera las personas que se sintieron afectadas fueron tolerantes,
ya que pudieron ir más a fondo judicialmente y sin embargo no lo
hicieron.
¿A qué lo atribuye?
Creo que los frenó el hecho de que yo era casi inimputable,
porque figuro como un empleado del canal. Al no poder hacerle daño
a mi persona prefirieron dejar las cosas así. En definitiva, son
gente de negocios y todo el tiempo se tienen que encontrar con los canales
y demás. Pero estoy seguro de que, si hubiesen podido, me hubiesen
perjudicado.
¿Por qué tiene esa presunción?
Porque los molesto. Y ellos no pueden permitir que un tipo chiquitito
comparado con todo el poder que manejan se atreva a pelearlos. El tema
es que, ante determinada circunstancia, vos siempre resolvés acorde
a una cosa que siempre está en tu conciencia. Siempre hay que dar
testimonio de lo que pensás, aunque te perjudique. Sostengo, por
ejemplo, que me parece un negocio vergonzoso que el Mundial se televise
por cable. Y no solamente lo digo, sino que también trato de demostrarlo:
pego gritos, voy al Senado y demás. Todo lo que después
se transformó en ley al respecto, está contenido en lo que
dije en el Senado, frente a los abogados de las radios, de la TV abierta
y de la TV cerrada.
Se autodefine como difícil de corromper, ¿cuál
su flanco débil, entonces?
Les temo a los halagos. Son muy corruptores. Me ha pasado con personas
sobre las cuales tenía mala opinión, y lograron comprarme
afectivamente con halagos. Siempre estoy arrepintiéndome de pensar
así, porque es muy difícil romper con alguien que te toca
por el lado afectivo. Por eso,nunca me gustó tomar contacto con
los protagonistas. Es lo que más condiciona a un periodista.
¿Le quedó algún resabio de sus peleas con Menotti?
Siempre fueron por cuestiones periodísticas. Me dejó
como enseñanza que todo protagonista que recibe una crítica
rechaza a quién se la hizo. Es muy difícil encontrar una
persona tolerante cuando recibe una crítica.
¿Usted se considera tolerante?
Tengo reacciones humanas. Me pasa a veces que tengo que manejar
mis controles, darme avisos internos para sobrellevar las críticas.
En Desayuno desarrolla un estilo de conducción que parece
menos crítico e incisivo. ¿Es así?
No es mi idea hacer comentarios ácidos que aumenten la pálida
de las noticias. De todas formas, es cierto que me manejo con más
libertad en Competencia. En Desayuno, en cambio, puedo tener condescendencia
con el productor y sus internas. Por ahí, en algún momento,
aparece algo que en mi programa haría más duro. Quizás
en la TV morigere un poco.
Más allá de esas concesiones, ¿tiene
total libertad para expresarse en los medios en que trabaja?
No sé manejarme de otra manera. Nunca fui fácil de
manejar en este rubro, y menos ahora que soy grande. ¿Quién
me va a decir lo que tengo que hacer? Me pueden echar, pueden no renovarme
contrato o criticarme por afuera. Pero jamás me van a decir quiero
que hagas tal cosa.
Macri, Marín y las
privatizaciones
Pese a su visión crítica de la privatización
del fútbol, Víctor Hugo descarta que Mauricio Macri
tenga algo que ver con el grupo inversor -Blanquiceleste SA
que se hizo cargo del manejo del fútbol profesional del Racing
Club de Avellaneda. No hay pruebas. Yo le critico muchas cosas
a Macri, por ejemplo que diga públicamente que vería
con simpatía un Racing campeón. El no puede apostar
a un equipo gerenciado para demostrar que su proyecto es el mejor.
Creo que es otra perversidad más que se suma a todos los
daños que le han hecho al fútbol bajo la bandera de
que lo van a salvar. Ahora, que Macri sea un inversor de Racing
y que, como única prueba aparezca que él y Marín
son amigos, me parece poco creíble.
¿Usted se opone al gerenciamiento del fútbol?
Absolutamente. Pero creo también que en algún
momento va a ser la única salvación, como lo fue para
Racing.
¿Le parece, efectivamente, la salvación?
Sólo digo que fue la única manera de que Racing
siga subsistiendo. Antes, ese club era un caos generado por Grondona
y los contratos de televisión.
¿Cómo presagia el futuro del fútbol en
un contexto generalizado de privatizaciones? ¿Puede ocurrir
lo mismo que sucedió con las empresas estatales?
Es probable, pero existe un solo problema para los inversores:
la sociedad ya sabe lo que le pasó al país. El hecho
que Carlos Heller y Rafael Bielsa hayan tomado la bandera para enfrentar
a Macri es importante. Estoy seguro de que Independiente, Boca y
River no van a ser gerenciados. Hay grupos que quieren apropiarse
de manera indebida de un valor no económico sino social,
pero no tiene que ser tarea fácil para ellos. Dado el caso,
vamos a ver si el gobierno, en vez de operar para que estas sociedades
tengan cabida, les pone las trabas que les tiene que poner y comienza
por cortarles los privilegios de los que gozan siendo sociedades
sin fines de lucro.
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