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NOBEL DE QUIMICA A DOS NORTEAMERICANOS Y UN JAPONES
La orientación de la molécula

Los tres científicos premiados investigaron la quiralidad de las moléculas, es decir su orientación espacial. Sus hallazgos se utilizan hoy en un gran número de productos farmacológicos.

El norteamericano Barry Sharpless, uno
de los premiados con el Nobel de Química.

Por Leonardo Moledo

Como tantas veces, el asunto es la izquierda y la derecha. Aunque en estas épocas tanto una como la otra son algo difusas. Los trabajos de los estadounidenses William S. Knowles y Barry Sharpless y el japonés Ryoji Noyori, a quienes la Academia de Ciencias sueca otorgó el Premio Nobel de Química de este año, se remontan a los años 60 y 80, cuando las cosas estaban (o parecían estar) un poco más claras. No se trata, sin embargo, de la orientación política de las moléculas, sino de su distribución espacial. Los premiados han desarrollado métodos para catalizar importantes reacciones capaces de producir sólo una de las dos formas simétricas que presentan algunas moléculas quirales (esto es, orientadas) esenciales en biología, farmacología y muchos otros campos. Los resultados obtenidos por los nuevos nobeles se utilizan hoy en gran número de síntesis industriales de productos farmacológicos, como los antibióticos, los antiinflamatorios y los cardiotónicos. El Premio Nobel de Química de este año es de unos 920.000 dólares y será entregado, junto a los demás, el 10 de diciembre.
Ocurre que determinadas moléculas aparecen en dos formas según su orientación espacial (es la propiedad que se conoce como quiralidad): aunque son químicamente idénticas en todo, su orientación es distinta y especular; esto es, cualquiera de las formas, reflejada en un espejo, daría exactamente la otra, del mismo modo que un guante “izquierdo”, reflejado en un espejo, da un guante “derecho”. Aunque los dos guantes tienen las mismas propiedades, no pueden superponerse, ni encajar sino en la mano correspondiente. Esta propiedad ya había sido observada por Pasteur en el siglo XIX respecto al ácido tartárico (el “izquierdo” o levógiro desviaba la luz polarizada hacia la izquierda y el dextrógiro, hacia la derecha). Muchas de las moléculas que juegan un papel importante en la biología, como los aminoácidos animales y vegetales –y por ende las proteínas–, o los ácidos nucleicos son quirales. Los azúcares comunes que consumimos, como la sacarosa, la glucosa o la fructosa son de la variante dextrógira: si ingiriéramos la variante levógira, no la podríamos degradar. Estas propiedades se extienden a los receptores que, en la superficie de las células están listos para capturar moléculas: una variante la fijan, la otra no. La fenulalanina levógira es amarga, la dextrógira es dulce. Un ejemplo terrible: la talidomida en una de sus variantes es inocua y en la otra produce devastadores daños fetales. La tragedia de los años 60, relacionada con esta droga se debió, justamente, a que las víctimas ingirieron variedades mezcladas.
“En general, cuando se usan materias primas comunes, cuando se parte de compuestos simétricos, como los derivados del petróleo, no se puede obtener compuestos quirales. Al partir de una sustancia simétrica se obtiene una mezcla y no se pueden separar por los métodos comunes, ya que son idénticas, salvo la capacidad óptica. Y las proteínas son quirales y sus propiedades biológicas dependen de la quiralidad”, dice Oscar Varela, director del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, abrumado por la catarata de consultas que recibió.
“Lo que consiguieron los hoy premiados –sigue– es producir catalizadores (sustancias que aceleran los tiempos de reacción químicos), capaces de producir una sola de las dos variantes del producto final. Los catalizadores diseñados por Knowles, Noyori y Sharpless se basan en metales de transición (metales ubicados más o menos en el centro de la Tabla Periódica, como el titanio, el hierro, el tecnecio, el rodio) a los que les agregaron complejos quirales (orientados), capaces de, al actuar sobre las sustancias neutras, orientarlas, o separar las variedades orientadas y obtener así un producto con las propiedades deseadas”.

 

OPINION
Por Ernesto Calvo *

Abrieron un nuevo campo

La química quiral que es la referida a moléculas asimétricas es un área cada vez mas importante, principalmente por sus aplicaciones en química medicinal y farmacéutica. Dos moléculas que son imágenes especulares como nuestras manos pueden tener propiedades muy diferentes y fabricarlas separadamente no es un trabajo trivial.
Hoy la patente que cubre a una de las formas en cuanto a su acción farmacológica o a su síntesis no cubre a la otra molécula-imagen especular.
La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Química 2001 por el desarrollo de Síntesis Catalítica Asimétrica, conjuntamente a William S. Knowles (St. Louis, Missouri, EE.UU.), Ryoji Noyori (Nagoya University, Chikusa, Nagoya, Japón), por su trabajo en reacciones de hidrogenación catalíticas y por otro lado a K. Barry Sharpless (Scripps Research Institute, La Jolla, California, EE.UU.), por su trabajo en reacciones de oxidación catalíticas. Los galardonados con el Premio Nobel de Química de este año han desarrollado moléculas que pueden catalizar reacciones importantes que conducen a sólo una de las moléculas que son imágenes especulares. La molécula catalizadora, que en sí misma es quira, acelera la reacción sin consumirse en el proceso. Sólo una de esas moléculas catalizadoras puede producir millones de moléculas de la forma especular deseada. William S. Knowles descubrió que era posible usar metales de transición para sintetizar catalizadores quirales por un tipo de reacción importante llamado hidrogenación, obteniendo la imagen especular deseada como producto final. Sus investigaciones rápidamente condujeron a un proceso industrial para la producción de L-DOPA, la droga que se usa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Ryoji Noyori lideró el desarrollo del proceso del actual catalizador quiral de hidrogenación. K. Barry Sharpless, por otro lado, fue galardonado con otra mitad del Premio Nobel por el desarrollo de catalizadores quirales para otro tipo de reacción importante, la oxidación quiral.
Los laureados han abierto por completo un nuevo campo de investigación por el cual es posible sintetizar moléculas y materiales con nuevas propiedades. Hoy, los resultados de su investigación básica se usan en distintas síntesis industriales de productos farmacéuticos como antibióticos, drogas antiinflamatorias y remedios cardíacos.

* Doctor en Química, profesor titular y secretario de Investigación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

 

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