Por Cristian Alarcón
¿Vos tenés
basura no? No tengo basura común. Tenés
PCB. PCB. Listo, yo te lo saco (...) Hera
se llama el lugar que se puede llegar a disponer. Así de
fácil. El falso empresario del interior en realidad un periodista
de Telenoche Investiga conseguía de esta manera
y ante la cámara oculta que Antonio Aguirre, uno de los dueños
de International Waste Group, le enseñara cómo deshacerse
de sus desechos tóxicos y cancerígenos. Así como
el PCB, un producto tóxico utilizado en los transformadores eléctricos,
los desechos patológicos también han sido objeto de grandes
negocios para el trío de amigos de Carlos Menem, prófugos
después de que la cámara oculta los mostrara confesando
sus vínculos con la venta ilegal de armas y la mafia del oro. Página/12
publicó hace un año una de las historias de residuos truchos
del Crematorio de Morón, propiedad de Aguirre. En otros dos casos
se denuncia a la empresa española argentina Hera Ailinco, vinculada
a ellos, por no enterrar los tóxicos con el debido tratamiento
en su planta de Zárate. Pero la de hacer dinero con desechos contaminantes
es una vieja y larga historia.
El procedimiento que tan didácticamente Antonio Aguirre, y luego
sus socios Alberto Rossi y Angel Ramini, le explicaron al periodista disfrazado
dejando claro lo fácil que es deshacerse de desechos tóxicos
cancerígenos como el PCB es un método con una década
de desarrollo. La gestión de este servicio comenzó con el
Crematorio Privado Morón, que se lanzó el 25 de setiembre
de 1992 como Primer centro de tratamiento final de residuos patológicos.
Así lo anuncia Manuel Aguirre Constructora la empresa base
de Aguirre padre en una solicitada en el diario La Nación
el día anterior. Empleo de alta tecnología en aras
de la salud de la población y la preservación del medio
ambiente, publicita.
Lejos estaban de la realidad: después de dos años de denuncias
de los vecinos afectados por la combustión de sustancias cancerígenas
a sólo diez cuadras de la municipalidad de Morón, el Concejo
Deliberante revocó la autorización para quemar residuos
patológicos. Sin embargo continúan haciéndolo
y a esta altura nuestras estadísticas indican que un centenar de
personas que padecieron cáncer producto de la inhalación
permanente del humo del crematorio, le dijo ayer a Página/12
Gladys Enciso, miembro de la Coalición Ciudadana Anti Incineración,
una red de ONGs que combaten los hornos como el de Aguirre. Gladys ha
esperado que la justicia federal, en la que existen tres causas contra
la empresa, llegue a una resolución. Pero para nosotros es
tal el poder de ellos que eso ya no es algo que esperemos, ahora todo
está archivado en el despacho de (Alberto Daniel) Criscuolo, juez
federal de Morón, disparó.
La queja de los moronenses atraviesa la Justicia, las áreas de
medio ambiente de la provincia y de la Nación y la actual gestión
municipal de la Alianza. Desde el Ejecutivo de Morón, la secretaria
de Gobierno, Sandra Yanetti, le explicó a este diario que desde
1999 el lugar fue inspeccionado 15 veces y clausurado en marzo del 2000.
Fue cuando se descubrió que pegado al crematorio la empresa tenía
un depósito clandestino de desechos patológicos. En efecto,
eran 500 toneladas de contaminantes cancerígenos ocultos. Yanetti
contó que si bien el municipio clausuró el crematorio, un
juez de faltas actual candidato a concejal de Luis Patti y con un
juri en puerta mantuvo la clausura sólo 24 horas.
El Ejecutivo ordenó entonces el traslado de los residuos a una
planta legal de incineración. Los vecinos, alertados por la experiencia,
hicieron con Greenpeace un seguimiento de los camiones desde el crematorio.
Cuando debían doblar hacia el sur, lo hicieron hacia el norte y
enfilaron al Crematorio Privado de San Isidro, donde las sustancias fueron
cambiadas de camiones. De allí transportaron 200 toneladas a un
terreno en Matheu, partido de Escobar. Como se pretendía hacer
con los residuos del falso empresario, enterrando el PCB en el predio
de Hera Ailinco, en lugar de exportarlo, en este caso se lo escondió
en un descampado. La actividad de Ailinco no es nueva. Según Verónica
Odriozola, de Greenpeace, fue al comienzo un joint venture entre el Invap
y la danesa Kommunekei. Pero desde Dinamarca, ante las consultas de la
ONG, enviaron una nota en la que explican que se alejaron de la sociedad
porque su política es no involucrarse con proyectos que no
alcanzan los estándares daneses en cuanto a la seguridad del medio
ambiente. Eso se confirma en principio en dos denuncias. En una
de ellas, Jorge Santoro denuncia que Ailinco no le dio tratamiento a los
residuos de pilas provenientes de córdoba. En otra, Juan Manuel
Morsella acusa que los residuos tóxicos de importantes empresas
son almacenados indiscriminadamente sin ningún tratamiento,
a la intemperie y sin siquiera conocer el contenido de los tambores, provocando
gravísimos riesgos a la salud pública.
Y también Martínez
de Hoz
El trabajo de investigación en torno de IWP comenzó
hace mucho más de un año entre los miembros de diferentes
organizaciones no gubernamentales que combaten la destrucción
del medio ambiente, de donde surgieron los primeros indicios de
grandes negocios ilegales. Así, Greenpeace recibió
de sus oficinas en Amsterdam información sobre la ahora famosa
empresa International Waste Group. Sabían que IWP tenía
un contrato para trasladar desechos tóxicos hacia Mozambique
y querían comprobar que Antonio Aguirre era propietario de
Crematorio de Morón y también de la exportadora de
residuos contaminantes. Fue por eso que Greenpeace, entre ellos
Verónica Odriozola, fueron a la Inspección General
de Justicia. Allí vimos quiénes eran los socios,
y entre los miembros del directorio aparecía el nombre de
José Alfredo Martínez de Hoz, le contó
la especialista en tóxicos a Página/12. La aparición
del ex ministro de Economía de la dictadura no es una sorpresa.
Junto a Angel Ramini papito integra el selecto
Safari Club Internacional, donde también revistaban Carlos
Menem y Alfredo Yabrán.
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