Por Marylene Smeets
*
El martes por la noche la organización
neoyorquina Comité para la Protección de los Periodistas
(CPJ, por sus siglas en inglés) galardonó con un Premio
Internacional a la Libertad de Prensa a Horacio Verbitsky. También
recibieron tal premio periodistas de China, Cisjordania y Zimbabwe. Joseph
Lelyveld, el ex director periodístico del diario The New York Times
fue honrado con el premio Burton Benjamin por la obra de toda
su vida. Esta fue la undécima vez que el CPJ llevó a cabo
la ceremonia anual en la que honra a periodistas que se han destacado
por su valiente labor periodística y su contribución a la
libertad de prensa.
Por primera vez la ceremonia, celebrada en el hotel Waldorf-Astoria y
considerada un evento de primera clase para el mundo de los medios, no
fue de etiqueta, sino de traje oscuro, en reconocimiento de las circunstancias
difíciles que atraviesa el mundo después de los ataques
terroristas del 11 de setiembre. Verbitsky fue una de las personas que
solicitó ese cambio. Me alegra el premio, que servirá
para fortalecer la lucha por la libertad de expresión, pero no
puedo ni quiero olvidar la difícil situación económico-social
que vive mi pueblo. En estas circunstancias una fiesta de etiqueta sería
ofensiva, dijo.
El presentador de NBC News Tom Brokaw fue el conductor de la ceremonia.
También intervino en la conducción Dan Rather, presentador
de CBS News.
Entre el público presente estaban las mayores luminarias de la
prensa estadounidense, entre ellos el presidente del CPJ y también
ex director periodístico del New York Times Gene Roberts, la editorialista
del mismo diario Tina Rosenberg y el columnista Anthony Lewis, así
como los presentadores del CNN Judy Woodruff, Aaron Brown y Paula Zahn.
Al iniciar la ceremonia, se observó un momento de silencio por
las víctimas de los ataques terroristas, y otro por los siete periodistas
que han muerto en Afganistán.
Después de que se mostrara en una pantalla gigante que dominaba
todo el escenario un video sobre el trabajo de Verbitsky, Alberto Ibargüen,
director del diario The Miami Herald, le entregó el premio. En
su discurso de aceptación, Verbitsky sostuvo que la experiencia
argentina podría resultar útil a los Estados Unidos en estos
momentos difíciles, por demostrar cuán devastadores pueden
ser los efectos de sacrificar las libertades civiles y derechos humanos
en nombre de la seguridad (ver aparte el mensaje completo).
Los 850 asistentes de la cena aplaudieron de pie el discurso.Varias personas
se acercaron a la mesa donde estaba sentado el recién galardonado,
pidiendo una copia de su discurso, a fin de poder publicarlo. Entre ellas,
el reverendo Jesse Jackson; Katrina vander Heuvel, editora de la revista
The Nation; y John R. Mac Arthur, editor y presidente de la revista Harpers
Magazine.
El hijo del difunto periodista Jacobo Timerman, Javier, quien, con su
esposa Eva Pomice, estaba sentado en la misma mesa, dijo: En medio
de esta guerra al terrorismo es importante que un argentino pueda decirle
al más poderoso grupo de periodistas del mundo qué esencial
es decir la verdad aún bajo las más difíciles circunstancias.
Joseph Lelyveld, al aceptar el premio que recibió por su distinguida
trayectoria profesional y su dedicación a la causa de la libertad
de prensa, hizo observaciones complementarias a las de Verbitsky. Objetó
la detención de personas en EE.UU. sin la garantía del debido
proceso, la creación de tribunales militares para juzgar en secreto
a sospechosos de terrorismo y criticó la reducción en las
grandes cadenas norteamericanas de la cobertura internacional, cosa que
se hizo particularmente visible después del 11 de setiembre.
Los otros recipientes del Premio Internacional a la Libertad de Prensafueron
Geoff Nyarota, director del único diario independiente de Zimbabwe,
y Mazen Dana, camarógrafo de la agencia de noticias Reuters en
la ciudad de Hebrón, en Cisjordania. El Daily News que dirige Nyarota
fue objeto de atentados con bombas y de hostigamiento administrativo.
Mazen Dana fue herido varias veces en los últimos 14 años
en cumplimiento de su deber.
También fue galardonado con un Premio Internacional a la Libertad
de Prensa Jiang Weiping, un veterano periodista que se encuentra preso
en China y es acusado de «revelar secretos de estado» por
sus incisivos reportajes sobre actos de corrupción estatal.
Con este último premio, otorgado en ausencia, el CPJ no solamente
quería reconocer a este valiente periodista; también espera
que el reconocimiento internacional contribuya a su pronta liberación.
Los asistentes a la cena firmaron cartas dirigidas al presidente de la
República de China, Jiang Zemin, instándolo a que libere
a Jiang Weiping y a los otros periodistas chinos encarcelados por haber
ejercido su labor. En el pasado, tales campañas han tenido gran
éxito: todos los periodistas encarcelados que fueron honrados por
el CPJ, hoy en día se encuentran en libertad.
En general, los Premios Internacionales a la Libertad de Prensa no solamente
sirven de reconocimiento, sino también para atraer atención
a las luchas que los galardonados y sus colegas están librando,
a las situaciones difíciles que están enfrentando.
En el caso de Verbitsky, el premio demostró los avances inmensos
que ha vivido la prensa argentina: asediada por violencia mortal hace
dos décadas, ahora puede enorgullecerse de investigar hechos de
corrupción y otros abusos sin excesivo temor a represalias violentas.
Ese avance se debe en gran medida a las batallas que han librado los periodistas
argentinos. El premio igualmente subraya que las batallas de la prensa
argentina no han terminado. La lucha por un marco legal de la libertad
de prensa que sea justo continúa con toda vehemencia. Si bien ya
no es una lucha de vida o muerte, es una lucha sumamente importante: la
prensa necesita un ámbito adecuado en qué hacer su contribución
a la democracia argentina.
* Coordinadora del programa de las Américas del CPJ.
|