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arqueología
fotográfica
Buenos
Aires, vida cotidiana en el siglo XIX
Las fotos de Esteban
Gonnet y Benito Panunzi (1860-1870) muestran el Buenos Aires urbano y
rural durante la presidencia de Bartolomé Mitre, en un nuevo libro
de la serie de archivos fotográficos históricos publicado
por la Fundación Antorchas.
Por
Fabián Lebenglik
La Fundación
Antorchas acaba de publicar Buenos Aires ciudad y campaña. Fotografías
de Esteban Gonnet, Benito Panunzi y otros, 1860-1870, el octavo volumen
de la serie sobre el pasado fotográfico argentino, a cargo del
fotógrafo e investigador Luis Priamo.
Se trata de las fotografías de dos pioneros del documentalismo
urbano y rural, uno francés y el otro italiano, paisajistas y retratistas
que trabajaron activamente en Buenos Aires, en la década 1860-1870.
Si nos remitimos a la daguerrotipia, como cuentan Priamo y Abel Alexander
en uno de los artículos del libro, las vistas fotográficas
más antiguas que se conservan de Buenos Aires datan de entre 1850
y 1855; son nueve daguerrotipos que están en el Museo Histórico
Nacional. Pero en este caso, se trata de fotografía propiamente
dicha y de las series de álbumes que ambos pioneros editaron. Las
fotos, más allá de su excelente calidad, constituyen una
fuente iconográfica, un registro del Buenos Aires que cambiaba
vertiginosamente, preparándose para el salto modernizador que encararían
los liberales de la generación del ochenta. Se trata de imágenes
sobre el Buenos Aires en épocas de las presidencias de Mitre -fundamentalmente-.
y Sarmiento. Aquí se ven los paisanos y aborígenes evocados
por la literatura gauchesca.
Como en libros anteriores de la colección, en este también
hay un ensayo histórico, de Pablo Buchbinder, que pone al lector
en el contexto de aquella ciudad-puerto que acababa de erigirse en el
poder central del país, tras la derrota de Urquiza y la Confederación
a manos de Mitre, en la batalla de Pavón, durante la primavera
de 1861. El modelo agroexportador triunfante, que todavía sostiene
el país y del cual el diario fundado por Mitre sigue siendo
un incondicional abanderado-. es el telón de fondo de las imágenes
del libro. El país de entonces, como el de ahora, siempre ha sido
un gran proveedor de alimentos y materias primas y un gran importador
de manufacturas y valor agregado.
Las fotos de Gonnet y Panunzi, de quienes se sabe relativamente poco,
coinciden muchas veces en temas e incluso en puntos de vista y encuadre;
también sirven como fuentes para indagar en la antropología,
la sociología, las costumbres y la vida cotidiana del Buenos Aires
de entonces, cuando como ahora la mayoría de los negocios
estaban en manos de extranjeros.
En este sentido, el género mirada de extranjero se
da literalmente en estos archivos que se hacen públicos gracias
al libro de Antorchas. Esa mirada extrañada, a lo largo de la historia,
ha servido para objetivar, documentar, informar y, sobre todo, para analizar
y criticar un contexto del que ambiguamente se es y al mismo tiempo no
se es parte. La muerte del género es decretada por Historia funambulesca
del profesor Landormy, la disparatada parodia de Arturo Cancela.
Por su parte, Priamo y Alexander, como si fueran dos detectives -.a través
de una investigación rigurosa (que incluye reportajes, pesquisas
en registros de nacimientos, peritajes grafológicos, etc) en la
Argentina y también, por medio de colaboradores, en Italia, España,
Venezuela, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Canadá
fijan información, rectifican falsas atribuciones de larga data,
corrigen a otros investigadores y, con mirada experta, deducen evidencias
del propio material fotográfico. Ambos descubrieron, entre otras
cosas, que se debe a Gonnet la mayoría de las fotos sin firma
atribuidas al italiano, al que, además, precedió en la empresa
de documentar tanto la ciudad como las costumbres gauchas.
Esteban Gonnet nació en Francia en 1930 y murió en Buenos
Aires a los treinta y ocho años. Era agrimensor y, usualmente,
la profesión de medir y observar el territorio traía aparejada
la tarea de documentar y complementar fotográficamente las parcelas
mensuradas. Gonnet tenía su estudio fotográfico en la calle
25 Mayo número 25. Y aunque no firmó granparte de las fotos
que de él se conservan, sí las identificó con el
sello de su estudio. Si bien el francés tomó fotos del entorno
urbano y rural, no se dedicó como tampoco lo hizo Panunzi-.
a documentar a los habitantes de la ciudad, sino que puso en foco la tipología
de aborígenes y paisanos. Como dice el dúo de ensayistas
en el libro: Fue el primero en fotografiar sistemáticamente
escenas de yerra, carneada, mate, asado, juego de taba y arreos, temas
que tipificaron el género gauchesco....
Los usos costumbristas de la fotografía, provenientes de Europa,
ponían el acento en la mirada extranjera, según la cual
los tipos humanos, paisajes y contextos extraños debían
ser tomados al detalle, así como los recursos formales debían
apuntar al efecto didáctico, para acercar ese mundo al de los espectadores
de las fotos. Las fotos de Gonnet fueron las primeras que se usaron para
hacer grabados y ser publicadas en los diarios porteños, en 1864.
Por su parte, tampoco hay demasiados datos del Panunzi fotógrafo.
No se sabe exactamente su año de nacimiento, pero se supone que
nació en 1819. Sí se sabe que fue dibujante, pintor y arquitecto
y que, una vez que dejó la fotografía, en 1870, enseñó
arte y que murió en 1894. Panunzi no anunció su actividad
en los diarios, lo cual es sumamente desconcertante: Quizá
-.escriben Priamo y Alexander-. Panunzi, cuya formación central
parece haber sido en las bellas artes y la arquitectura, subestimara la
fotografía, a pesar de lo cual y tal vez apremiado económicamente,
debió dedicarse a ella para salir del paso, hasta abrirse camino
en las actividades que más le interesaban y con las cuales deseaba
que lo identificasen.
Es probable que ambos fotógrafos hayan tenido contacto con el pintor
Palliere, especialmente Panunzi, porque reprodujo alguna obra del pintor
y a su vez hay indicios de que Palliere también se dedicó
a la fotografía.
Si bien hay varios puntos de contacto en la obra fotográfica de
Gonnet y Panunzi, puede decirse que mientras el primero aparece sobresaliendo
en las tomas de paisanos e indios, el italiano sacó pocas fotos
del mundo gauchesco porque ésa era precisamente la especialidad
del francés. A su vez, Panunzi se destaca por sus paisajes porteños,
en los que Gonnet no le iba a la zaga.
A través de las fotos del libro se va dando cuenta bastante pormenorizadamente
del Buenos Aires de 1860-70. La aduana, la estación de tranvías
a caballo, las calles de la ciudad, el Paseo de Julio, los muelles, el
viejo teatro Colón, la Plaza de Mayo (Plaza de la Victoria), La
Catedral, el Cabildo, la pirámide de Mayo, la recova vieja, el
edificio de La Bolsa, los mercados y estaciones, Constitución y
Retiro, la Recoleta y los ferrocarriles se ven con absoluta claridad y
gran calidad.
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