Te escucho como el culo El cable de una prestigiosa agencia de noticias dice escuetamente: Insólito. Una mujer de 20 años llegó al Hospital Universitario de Taipei con fuertes dolores en el estómago. Los médicos le realizaron una radiografía que reveló que la joven tenía alojado en el recto un teléfono celular. Una vez extraído el objeto (de marca Nokia y modelo 8850, explicitó quirúrgica o marketineramente la oficina de relaciones públicas del hospital a la agencia de noticias), la mujer explicó a los médicos que su novio le había introducido el celular al utilizarlo como juguete sexual. La doctora Elaine Weng declaró a la prensa: Todos nos preguntamos por qué ocurren estos hechos, y argumentó a continuación que quizá se deba a que algunos teléfonos celulares pueden vibrar. Lo que no dice el cable es si el novio de la operada se presentó después en el hospital para preguntar si lo había llamado alguien. La con-hueso El Diario Popular dio la primicia: Médicos de Georgia implantaron, a un hombre de más de 50 años, un dedo en sustitución del pene que había perdido. El jefe de la clínica, Iván Kusanov, aseguró desde Tiflis que la innovadora operación fue un éxito: apenas doce días después de la intervención, el paciente ya podía orinar con normalidad por el conducto urinario artificial que le implantaron. Además, continúa el inefable doctor Kusanov según el inefable Diario Popular, el dedo-pene también funciona de manera completamente normal como órgano sexual. Y agrega el siguiente (y escalofriante) detalle: Tras su utilización, puede volver a doblarlo. Kusanov declaró que el costo de la intervención es de 5 mil dólares, pero para los georgianos; los pacientes extranjeros tendrían que pagar bastante más. ¿Será que los georgianos tienen manos más grandes que los pobres extranjeros? ¿O Kusanov se referirá sólo a extranjeros a quienes les gusta comerse las uñas? Qué tendrá el petiso Entre las novedades del mes que anuncia la editorial Emecé, brilla con luz propia El sexo y el varón de hoy, una suerte de manual que aborda el tema en sus más variados aspectos: la impotencia, la eyaculación precoz, la aparición del Viagra, el sexo en las distintas etapas de la vida. Su autor, el doctor Adrián Sapetti, ofrece propuestas enriquecedoras orientadas hacia una sexualidad plena y gozosa, tanto para el varón como para su pareja, según anuncia la editorial. Y la foto que ilustra la tapa del libro lo confirma: una dama es besada en el cuello por un varón de estatura evidentemente menor que su pareja. Lamentablemente, el doctor Sapetti no se explaya sobre la veracidad del mito acerca de la potencia y sapiencia sexual de los machos de breve altura. Cuando el saber ocupa lugar Los escritores Jorge Di Paola, Héctor Libertella y Carlos Elliff, el polígrafo Rafael Cippolini y el pintor Alfredo Prior acaban de constituir el denominado Grupo Delta, cuyo único objetivo es realizar un viaje al Casino del Tigre para ganar el dinero que les permita, a cada uno de ellos, comprar la colección completa de la Enciclopedia Espasa Calpe, que cuenta con más de ochenta voluminosos volúmenes. A esta edad, confiesa Prior, es lo que se merece un hombre que se precie de tal. Cippolini, por su parte, agrega: No se trata de usar ese dinero para la vida cotidiana. Para no tentarse con el súbito circulante que esperan ganar, los miembros del Grupo Delta han pedido la presencia de un promotor de la editorial a las puertas mismas del casino, de manera que la transacción se haga de inmediato y regresen en el Tren de la Costa con los más de cuatrocientos volúmenes adquiridos. Suponemos que, siendo cinco clientes, el descuento puede ser sustancial, calcula Libertella. El problema del flete de semejante masa libresca está en manos de Elliff y Di Paola. Negociaremos con el Ferrocarril. La idea es alquilar un vagón de encomiendas y pagarlo de nuestro bolsillo, con el sobrante de caja. Para los interesados en ver cuán efectiva es la martingala del Grupo Delta, el acontecimiento se producirá el sábado 10 de marzo, entre las 14 y las 22 horas, salvo que lo logren antes. Juegue usted también y gane (conviértase en mecenas de este proyecto cultural o, en su defecto, tírele unos pesos a los muchachos para que puedan volver a sus casas, si la quimera no les funciona). |