La televisión está en silencio y, sin embargo, al verla desde la mesa de este bar de Almagro, junto a la ventana que da a Sarmiento, uno puede deducir las imágenes y hacerse una idea de lo que pasa. En cámara hay una chica con paraguas y sobretodo oscuro. En el cuello lleva un pañuelo rosa: sonríe. El plano es cerrado y no se ve mucho detrás. Uno podría pensar, con esos pocos elementos, que transmite desde un festival de cine en algún país europeo. La primera impresión (el prejuicio a partir de la expresión distendida) la sitúa como una frívola cronista de espectáculos. Sin embargo, el graph aparece y se lee "Bolivia" y uno ya duda, no sabe qué pensar, porque la chica dice que sí con la cabeza y vuelve a sonreír.

La cámara muestra y el espectador ve unas bolsas de basura, un alambrado y unos tachos que parecen cortar la calle. Y el graph, sobre fondo rojo confirma: "Tres camionetas del ejército piden levantar los cortes de calle". Tres camionetas piden. Tres camionetas piden parece una referencia inmediata a aquel titular: “La crisis causó dos nuevas muertes”. La sintaxis repetida como si procediera de un manual de estilo: el verbo estará conjugado y en voz activa. El sujeto que encarne ese verbo será un concepto o un objeto inanimado, libre de culpa y de cargo. Ya no es el ejército el que pide. El ejército por definición, todos nosotros lo sabemos, no pide: obedece y cuando no lo hace, en ciertas circunstancias lamentablemente no tan poco usuales: exige, ordena, conmina, impera. Aunque quizás esas tres camionetas tengan mejores modales o sean, como suele suceder, una fracción moderada de las fuerzas que desde hace unos días golpetean la estabilidad política en Bolivia.

El graph, acompañado por el silencio de este bar de almagro, dice que (cariñosamente) “Evo” renunció y denunció un golpe de Estado. Hace no tanto, el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos publicó en Facebook aquella máxima que indica que si una persona dice que llueve y otra que no, el trabajo del periodista no es darle micrófono a las dos para que digan lo que les plazca sino abrir la ventana y averiguar si llueve.

Le pido, entonces, definiciones al graph silencioso de TN y el operador (lo que es la literalidad del castellano), como si me escuchara, cambia el graph y escribe "Bolivia acéfala". Aunque me queda la duda: por algún motivo, tendrán miedo de que entre agua, no terminan de abrir la ventana.

Me saca del sopor un nuevo graph: en mayúsculas: URGENTE. En este bar nadie mira la televisión pero las imágenes se suceden, acompañadas por esas palabras como si estuvieran siguiendo un guion varias veces repetido: “Convocó a nuevas elecciones, la oposición pide que no se presente”. Quizás sea porque nadie está mirando que no se oyen voces de queja contra la frase tan antidemocrática que haría estremecer hasta al más furibundo de los republicanos. ¿Por qué no debería presentarse? ¿Por qué quitarle la posibilidad de que el pueblo reunido lo humille dejándolo solo, sin votos, derrotado políticamente? Tal vez, estas sean las preguntas que están respondiendo los analistas políticos en el piso aunque ninguno de los que estamos en este bar escuchemos, por decisión de alguien que nos puso la televisión en ese canal pero nos quitó el sonido y, con él, gran parte de la posibilidad de entendimiento.

"Las FF.AA. le habían reclamado que renunciara"

La crisis. Las tres camionetas. Las FF.AA.

¿Las FF.AA. reclaman?

Las camionetas piden, las Fuerzas Armadas reclaman y en ciertos momentos, digamos, el lenguaje se vuelve sutil y silencioso como lo está la televisión en este bar de Almagro: allí, en Bolivia según el graph, no hay golpes de ningún tipo, ni de puño, ni de Estado. Hay diferencias, tal vez, hay posiciones encontradas, hay palabras suaves que contrastan con la brutalidad de algunas imágenes que no se ven hoy en esta pantalla pero que hace unos días circularon profusas por twitter: la alcaldesa de Vinto, Cochabamba, Patricia Arce Guzmán, agarrada entre varios, sobre una tarima, manchada con pintura roja, denunciando entre gritos que le habían pegado, le habían cortado el pelo y la habían pintado mientras le pedían la renuncia. Jurando por su madre, al borde de las lágrimas, denunciando que si le pasaba a algo a ella y a sus hijos. Humillada. Tampoco se ve el video en que los dos policías que se tapan el rostro con una bufanda precaria detienen a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral María Eugenia Choque y la exhiben esposada frente a las cámaras, delante de una bandera de Bolivia.

Son las 9 y 20 de la mañana y en las imágenes tampoco aparece Evo Morales: el graph urgente sigue allí, pero ahora vemos a Bonelli y a Lapegüe que hablan mirándose entre ellos. Me sorprendo al ver que los dos, por un momento, se ríen. ¿De lo que pasa en Bolivia? Hasta que me doy cuenta de que no, en realidad cambiaron de tema. Ahora, el graph indica que las naftas subirán un 5%.