El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) puso ayer en marcha un sistema de videollamadas para poner en contacto a los internos de las cárceles con sus familiares. Es una respuesta ante la situación de crisis que hay en los penales argentinos y del mundo ante la restricción de las visitas. Este viernes, la Cámara Criminal 1 de Necochea dispuso que los internos de Batán y Barker puedan usar celular y una disposición más amplia, que regirá para todos los establecimientos carcelarios de la provincia, será resuelta el lunes por el juez de la Cámara de Casación bonaerense, Víctor Violini, en diálogo con el defensor general, Mario Coriolano, el fiscal general Carlos Altuve y el ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Julio Alak.

La tensión en los penales es máxima, en primer lugar por el temor al contagio. Eso produjo varios motines en la semana que pasó, además de enfrentamientos que en algunos países como la Argentina, Colombia, Brasil e Italia terminaron con víctimas mortales. La política que se está implementando a nivel internacional es descomprimir las cárceles con excarcelaciones y prisiones domiciliarias.

Pero otro factor de crisis es el corte total de las comunicaciones entre los detenidos y sus familias, lo que produce paranoia, depresión y desesperación. El SPB buscó alternativas en ese cuadro de situación y puso en marcha el sistema de videoconferencias, que funciona desde este fin de semana en 15 penales, a los que se sumarán tres más en las próximas horas. "Entre los contactos más significativos se destaca el que logró tener un interno alojado en la Unidad 13 de Junín con dos de sus hijos que cumplen una cuarentena en Italia, o el de un detenido de la cárcel de Bárker, quien pudo hablar con su madre, la que padece Coronavirus y se recupera en su domicilio. Esta iniciativa es histórica e inédita", explicó el jefe del SPB, Xavier Areses.