El interés por determinar el origen del virus que se ha cobrado más de 3,4 millones de vidas en todo el mundo continúa generando controversias. Desde el inicio de la pandemia, Estados Unidos trata de responsabilizar a China. La ofensiva se desplegó durante el gobierno de Donald Trump, pero en los últimos días volvió a cobrar fuerza la hipótesis de una filtración del coronavirus de un laboratorio chino, una explicación que contradice las desarrolladas hasta ahora por la comisión internacional que trabajó en el tema.

"La lista de personas que apoyan la tesis de un origen animal no se ha movido. Sin embargo, la de personas que sugieren que [el virus] pudo haber salido de un laboratorio siguió creciendo", expresó Scott Gottlieb, exjefe de la Agencia Estadounidense de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) a la cadena CNBC.

Y agregó: “Lo que se denomina ‘el huésped intermedio’, es decir, el animal del cual se transmitió el virus a los humanos, aún no se ha descubierto. Y no porque no se lo haya buscado".

"La pregunta, para muchas personas, es, ¿cuándo las coincidencias son demasiadas?", señaló, indicando una creciente cantidad de "evidencia circunstancial".

En tanto, el domingo, el diario The Wall Street Journal afirmó haber tenido acceso a información de inteligencia estadounidense no publicada, y reveló que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan -la ciudad en China donde primero se reportó el nuevo coronavirus- habían sufrido ya en noviembre de 2019 "síntomas compatibles tanto con los de Covid-19 como de una infección estacional", y que habrían requerido ser hospitalizados.

Por su parte, el secretario de Salud estadounidense, Xavier Becerra, pidió estudios “independientes y transparentes” del origen del coronavirus, durante su intervención en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Tenemos que entender mejor la pandemia con el fin de poder responder mejor a amenazas futuras, y los estudios del origen de la Covid-19 tienen que ser transparentes, basados en la ciencia y en la independencia de los expertos”, subrayó Becerra.

En febrero pasado, Estados Unidos ya había manifestado su insatisfacción con los resultados preliminares de las investigaciones realizadas por expertos internacionales en Wuhan (China) para buscar el posible origen de la pandemia, y consideró que las autoridades chinas habían ocultado datos a esa misión de la OMS.

Después de cuatro semanas de trabajo en China, los expertos indicaron que la hipótesis más probable del origen del nuevo coronavirus era que se había transmitido al ser humano desde animales salvajes vía una o más especies que actuaron como intermediarias.

En su informe también indicaban que la hipótesis menos probable era la del origen en un laboratorio y tampoco consideraba demasiado plausible el contagio a través de alimentos congelados importados, una teoría lanzada por medios oficiales chinos.

Sin embargo, el propio jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió una nueva investigación sobre la hipótesis de la filtración del laboratorio. Varios países, incluido Estados Unidos, expresaron sus "preocupaciones" y pidieron a China que otorgue "pleno acceso" a sus datos. Este lunes hubo una solicitud renovada con motivo de la 74ª Asamblea Mundial de la Salud.