Carlos Ghosn, el millonario brasileño que fue jefe de Nissan y Renault, contó en una entrevista los pormenores de su fuga de la justicia japonesa, ocurrida en diciembre de 2019, y reveló la red de ayuda con la que contó para poder viajar a Líbano. Ghosn había sido detenido en noviembre de 2018, acusado de malversación de fondos de Nissan y de haber cobrado un salario mayor al notificado a la empresa, acusaciones que niega. 

Al momento del arresto, Nissan y Renault tenían una alianza con Mitsubishi que lo tenía como jefe. El CEO se había convertido en una celebridad del mundo empresario por los recortes que llevó a cabo en Nissan, y que permitieron la supervivencia de la automotriz.

El empresario, de 67 años, tiene un pasaporte libanés, por lo cual no puede ser extraditado. Desde Beirut, pasado un año y medio de su sorprendente fuga, explicó los detalles del escape, que implicó ir escondido dentro del estucha de un contrabajo. “Los 30 minutos que estuve dentro de la caja en el avión, esperando el despegue, fueron probablemente la espera más larga que he experimentado en mi vida”, dijo al respecto en su diálogo con la BBC.

Ghosn definió “como si te atropellara un autobús o te sucediera algo realmente traumático” la sensación que tuvo al ser arrestado en el aeropuerto de Tokio en noviembre de 2018. “De repente tuve que aprender a vivir sin reloj, sin computadora, sin teléfono, sin noticias, sin bolígrafo, nada”, afirmó sobre lo que le tocó vivir en los siguientes trece meses. Acababa de recibir el beneficio de la libertad bajo fianza y esperaba su juicio cuando se escapó. Prefirió huir antes que afrontar ua posible condena a quince años de prisión. 

El momento en que decidió escapar fue cuando le dijeron que no podría tener contacto con su esposa.  “El plan era que no podía mostrar mi rostro, así que tenía que estar escondido en algún lugar”, aseguró. “Y la única forma en la que podía esconderme era permanecer en una caja o en una maleta para que nadie pudiera verme, nadie pudiera reconocerme y así el plan podría funcionar”. De allí al estuche del contrabajo había un paso. "Era la más lógica, particularmente porque en esta época había muchos conciertos en Japón”.

El punto era llegar desde su casa hasta el aeropuerto. Todo se basó en comportarse lo más normal posible. “Debería ser un día normal donde doy un paseo habitual con ropa normal, actitud normal y de repente, todo cambia”, afirmó. 

Para eso debió cambiar su vestuario: ya no circular en trajes sino en jeans y zapatillas deportivas. “Puedes imaginar que tuve que ir a lugares donde nunca había estado, comprar ropa que nunca había comprado”, expresó al respecto. “Todo esto para tener el máximo de posibilidades de tener éxito sin llamar la atención en absoluto”.

El empresario viajó en tren bala a la ciudad de Osaka. Allí, un jet privado lo esperaba para partir. Antes, en un hotel, se metió en el estuche “Cuando entras en la caja, no piensas en el pasado, no piensas en el futuro, solo piensas en el momento”, manifestó. “No tienes miedo, no tienes ninguna emoción excepto la enorme concentración en ‘esta es tu oportunidad, no puedes perderla. Si la pierdes, lo vas a pagar con tu vida, con la vida de un rehén en Japón’”, agregó.

Allí entraron en escena los estadounidenses Michael Taylor y su hijo Peter, que se hicieron pasar por músicos. Ellos lo llevaron del hotel al aeropuerto dentro del estuche. El brasileño calcula que pasó dentro del estuche una hora y media. “Los 30 minutos que estuve dentro de la caja en el avión, esperando el despegue, fueron probablemente la espera más larga que he experimentado en mi vida”, describió ese momento.

El avión hizo escala en Turquía. Al día siguiente llegó a Líbano, donde la no vigencia de acuerdo de extradición con Japón le permite vivir allí con tranquilidad. Los Taylor no tuvieron tanta suerte. Tras ser identificados, Estados Unidos los entregó a Japón, y ahora pueden ser condenados a tres años de cárcel por su ayuda en la fuga. 

Otro que puede ir a la cárcel es Grg Kelly, colaborador de Ghosn en Nissan. Se lo acusa de haber ayudado al brasileño a alterar las cuentas de la empresa y está con arresto domiciliario en Tokio, donde niega los cargos. “Me han dicho que el final del juicio (de Greg Kelly) probablemente será a finales de este año. Y luego Dios sabe cuáles serán los resultados de este juicio por, como dije, una razón falsa”, afirmó Ghosn al respecto. “Lo siento por todas las personas que son víctimas del sistema de justicia de rehenes en Japón, todas ellas”, agregó.