Fue una constante de la última ceremonia de los Globos de Oro: una vez que el ganador o ganadora subía el escenario, los organizadores le daban menos de un minuto para balbucear algunas palabras de agradecimiento de rigor antes de aumentarle el volumen de los violines, signo inequívoco de que era hora de cerrar la boca y volver a su asiento. Solo a un premiado lo dejaron hablar largo y tendido, como si se tratara de un reconocimiento honorífico y no de uno normal, como si el sonidista hubiera tenido un lapsus de lucidez para saber que no, que apurarlo era una falta de respeto a una de esas personas cuyo nombre es sinónimo de cine. Ese premiado fue Steven Spielberg, que recibió el Globo de Oro como Mejor Director por Los Fabelman.
La escena ilustra a la perfección el significado del director de E.T para la industria. Quizás el director vivo más importante de la historia del cine junto a Martin Scorsese, Spielberg ha construido una carrera insoslayable, creando películas que ya no son de él, sino parte del patrimonio cultural del mundo. Basta un dato para ilustrar su relevancia: fue ternado al Oscar en ¡seis décadas! distintas y, si se suman las nominaciones acumuladas por todas sus películas, el resultado es impresionante: 145.
Los Fabelman aspiraba a siete Oscar en la gala del domingo, incluyendo los más importantes: Mejor Película, Dirección, Actriz protagónica para Michelle Williams, Actor de Reparto para Judd Hirsch y Guion Original. No consiguió ninguno por lo que Spielberg, como ha ocurrido el año pasado con West Side Story, se fue con las manos vacías. Sin embargo, puede ufanarse de haber conseguido su novena nominación como director, igualando la línea de Martin Scorsese y quedando a tres de William Wyler.
De ese total, dos terminaron en triunfo: en la gala de 1994 por La lista de Schindler y cinco años más tarde por Rescatando al Soldado Ryan. Las otras seis presencias en el rubro de las sillas plegables fueron por Encuentros cercanos del tercer tipo (1978), Indiana Jones y los cazadores del arca perdida (1981), E.T: El extraterrestre (1982), Múnich (2005), Lincoln (2012) y la mencionada West Side Story (2021). Entre la primera y la última pasaron casi 45 años. Si se tiene en cuenta que la del domingo fue la 95º edición del Oscar, Spielberg ha estado presente durante casi la mitad de su historia.
Su vigencia, queda claro, es indiscutible. Durante más de siglo filmó 36 largometrajes, incluyendo los que hizo para la televisión en su primera etapa. Los Fabelman es el 14º que consigue un lugar en la categoría Mejor Película, lo que da un promedio de casi una nominada por cada dos realizadas. Esa cifra le permitió empardar el récord que ostentaba en soledad Wyler. Sin embargo, solo La lista de Schindler se llevó la estatuilla más importante. El resto de sus películas nominadas fueron Tiburón (1975), Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, E.T: El extraterrestre, El color púrpura (1985), Rescatando al Soldado Ryan, Múnich, Caballo de guerra (2011), Lincoln (2012), Puente de espías (2015), The Post: los oscuros secretos del Pentágono (2017) y West Side Story.
Es cierto que la relación entre la cantidad de nominaciones y premios recibidos no es favorable. Sin embargo, pocos directores pueden –y podrán– ufanarse de tener una obra con un total de 145 nominaciones. Entre sus trabajos con mejor performance están Lincoln y La lista de Schindler (doce), Rescatando al Soldado Ryan y El color púrpura (once, con la particularidad de que la segunda no ganó nada), Indiana Jones y los cazadores del arca perdida y E.T (nueve) y Encuentros cercanos del tercer tipo (ocho). Spielberg y la Academia de Hollywood, un solo corazón.