Alma                                 6 puntos

Argentina, 2023

Dirección y guion: Juan Pablo Martínez

Duración: 63 minutos

Intérpretes: Florencia Otero, Carolina Kopelioff, Guillermo Pfening

Estreno en el cine Gaumont.

“El único lugar donde me siento feliz es en el agua”, dice Alma, que gestiona la escuela de buceo que le dejó su madre. Cuando la madre murió, Alma pensó que el padre la había abandonado. Pero unas cartas que aquella había dejado ocultas le revelan que no es tan así. La comunicación (verbal, escrita, por lenguaje de señas, por señas bajo el agua) es el eje de Alma, tercera parte de una trilogía de mujeres iniciada con Emma (2017) y continuada con Lucía (2020), cuyas protagonistas sufren de alguna dificultad en los sentidos. En Emma la protagonista no habla, Lucía va perdiendo la visión y Alma es sorda de nacimiento. Las tres películas están dirigidas por el realizador y guionista Juan Pablo Martínez.

La sordera funciona como expresión de distintos problemas de comunicación, no solo de Alma (Florencia Otero) para con los demás sino también a la inversa. Alma se niega a aceptar como tal a su hermana por parte de madre, Julia (Carolina Kopelioff) y se siente injustamente tratada por su madre, que en el testamento le impone ciertas condiciones que a Julia no. Entre Alma y Julia bascula un instructor de buceo (Guillermo Pfening), que parece no terminar de decidir entre ambas. Disponiendo de las pertenencias de su madre, Alma encontrará unas cartas dirigidas a ella de las que nunca le habían informado y eso terminará cambiando su relación con el mundo.

Alma se comunica con un mundo sin sonidos, como es el del fondo marino, y la palabra escrita le devuelve al padre. El instructor de buceo enseña a sus alumnos sobre el lenguaje de señas que es necesario practicar bajo el agua, y Julia se comunica con el cuerpo, bailando y haciendo expresión corporal. Formas de comunicación que remplazan a la palabra oral. Por otra parte, casi todos los integrantes de un grupo para hipoacúsicos hacen saber que, aunque están en condiciones de ejercer la oralidad, sus respectivas familias los aceptan tal como son. Algo que no sucede con Alma, cuya madre le impone, en su testamento, realizarse un implante coclear, privándola en caso contrario de la herencia. Una forma de incomunicación, que motiva la ira de la protagonista.

Como el protagonista masculino, Alma parece no terminar de decidir cuál es el eje de su relato: si la incomunicación con su madre y su media hermana, que domina la primera mitad de la narración, o la busca del padre, tema hacia el cual se encamina la segunda parte.