“Gracias por venir a presenciar lo que va a pasar hoy. Será una noche inolvidable”, dijo Juanse apenas se colgó la guitarra. El nombre del show con el que el músico volvió al Luna Park el viernes, Ratones Paranoicos: 40 aniversario, era toda una invitación a disfrutar no sólo de uno de los mejores cancioneros del rock argentino. También proponía una gran fiesta para la nación stone, que tuvo como corolario la reunión de la formación original de los Ratones. Y el anuncio de la gira Adiós para siempre. Tour 2024 cuya escala en Buenos Aires sucederá en septiembre en cancha de Vélez. 

En la previa del recital, el público respondió a la convocatoria desbordando la Plaza Roma para consumar una suerte de kermesse. Como en los viejos tiempos. En el cruce del Alem y Lavalle, con dirección al estadio, “(I Can't Get No) Satisfaction”, himno por excelencia de la tribu, daba la bienvenida a la feligresía.

Poco después de que la horda de remeras que se dividían entre la popular lengua roja inspirada en la diosa hindú Kali y el ojo en espiral acuñado por Marta Minujin colmaran el predio, Juan Sebastián Gutiérrez irrumpió en el escenario, en medio del bullicio. Fue el primero en hacerlo, secundado por el bajista Pablo Memi (compañero de mil y una batallas), el guitarrista Ponch Fernández y el baterista Juan Colonna. Lo que decantó en un vitoreo a la altura de la contundencia del repertorio inicial. Pasadas las 21, el cantante y guitarrista inauguró la ceremonia con “Sucia estrella”, seguida por “Enlace”: la metamorfosis, el salvajismo y la urgencia sintetizados en una misma canción. Si lo anterior ya era demasiado, el rapto germinal tomó aún más vuelo con “Líder algo especial”, con Facundo Soto, frontman de la banda Guasones y heredero del legado de los Ratones, en calidad de voz invitada. Antes de introducirlo, Juanse imploró: “Que se desate la tormenta”.

A la terna de clásicos de Los chicos quieren rock (1988) se le sumó otro tema de culto del segundo álbum de los Ratones, el fundamental “Carolina”. Bien a lo taurino, a manera de estocada. Pese a que ese comienzo puso la vara bien arriba, el maestro de ceremonias se atrevió a bajar un cambio con el blues “Dama negras”, para a continuación equilibrar la balanza con el boogie “El vampiro”. Si “Simpatía” los puso en plan funk, tomando prestados matices de “Miss You” de los Stones, “Bailando conmigo” la rockea. Aunque con precisión groovera. En “El centauro” retomaron el rock and roll raudo, de autopista sin peajes, donde un Juanse inspirado sacó chapa de su PhD en el arte de dominar el instrumento a su antojo. Regresaron a Los chicos quieren rock de la mano de “El hada violada”, lo que desató la locura entre el público. Dos años después de esa obra maestra, el grupo lanzó Tómalo o déjalo, del que el artista rescató “Boogie”.

“Nos vamos a bañar y volvemos”, bromeó Juanse para justificar la pausa que estaban por encarar. Mientras salía de escena junto a su banda, Mustang Cowboys, el protagonismo lo tomó una murga que alentó al artista y a su séquito hasta la vuelta. La última vez que este adalid del rock argentino se presentó en el Luna Park fue en junio de 2022, para celebrar su cumpleaños 60. Si bien esta vez la consigna fue repasar única y exclusivamente la obra de Los Ratones Paranoicos, en aquella ocasión, por más que el show se basó principalmente en los discos del cuarteto, el cantante y compositor incluyó algunos temas de su carrera solista, junto a covers de Viejas Locas y Sui Generis. Al festejo acudieron invitados de la envergadura de Fito Páez, Fabiana Cantilo, Nito Mestre, Toti Iglesias, Fachi Crea y el ex futbolista Mauricio “Junior” Lescano. Sin duda se trató de una velada inolvidable. No sólo para él, sino también para sus parroquianos.

Pero lo que estaba por suceder iba a tener tintes épicos. Los Ratones Paranoicos estuvieron nuevamente en boca de todos en la pandemia, a raíz del lanzamiento en Netflix del documental Rocanrol Cowboys. Unos años antes, en 2017, se produjo la reunión de la formación original. Sucedió en el Hipódromo de Palermo, ante 25 mil personas, y hasta originó el estreno de un tema nuevo: “Yo te amo”. Desde entonces, no volvieron a tocar en vivo. O al menos los cuatro juntos (el baterista Roy Quiroga estuvo invitado en el cumpleaños 60 del frontman). A partir de la inclusión de Memi en la banda de Juanse, la camaradería entre ambos se aceitó de tal forma que el cantante y guitarrista solía buscarlo de tanto en tanto en el escenario, al tiempo que el bajista estaba en los detalles. Como arreglarle el tahalí de la viola. Es por eso que la elección de la fecha para llevar a cabo ese recital no fue fortuita. Cuenta la leyenda que el grupo nació el 14 de octubre de 1983 en Villa Devoto.

Y un poco de esa historia fue desempolvada en las pantallas ubicadas en el escenario. Tras el collage de imágenes que repasó su trayectoria, Los Ratones Paranoicos aparecieron ante el público, luego de que cayera el telón blanco que estaba delante de ellos. Comenzaron tocando “Destruida roll”, lo que dio paso a “Rock del pedazo” y a uno de los momentos mágicos del show. A causa de un problema de sonido en el inicio del tema, la audiencia tomó la posta y, palmadas y aguante mediante, lo cantó como si nada hubiera sucedido. Hasta que el cuarteto retomó la guía. Invocaron “Ceremonia” y “Rainbow”, también incluidas en Los chicos quieren rock, y continuaron con “Juana de Arco”. Si antes Juanse había pedido un aplauso por los 40 años del grupo, luego pidió otro para Sarcófago. Incluso se llevó un “Olé, olé, Sarco”. El guitarrista cantó “Un vodka doble”, para después devolver el liderazgo en “Ya morí” y “Una noche no hace mal”.

Juanse llamó al Zorrito Quintiero, y elogió el rol que tuvo en sus 10 años con ellos. Mientras iba camino al piano, el músico tuvo el gesto de levantarle el brazo a Memi, en señal de fraternidad, porque entre 1997 y 2007 ocupó su lugar en el bajo. Ahora convertido en quinteto, Los Ratones Paranoicos hicieron “La nave”. Acto seguido, el mandamás convocó a Andrew Loog Oldham: productor del álbum que contiene a ese temazo, Fieras lunáticas (1991), y pilar de un tramo de su discografía. “El nos dijo que teníamos que grabar ‘La nave’”, evocó el artista. A lo que la gente respondió con un “Vamos los Stones” (Oldham fue el descubridor del grupo inglés). Vino el final con “Rock del gato”, “Cowboy”, “Sigue girando”, “La banda de rock and roll” y el anuncio de la gira. Aunque reconocieron que estaban agotados, la banda retornó a escena. Y lo hizo con una versión de “Ruta 66” que sumó decibeles. Clara advertencia de que los Ratones están de vuelta.